EL ORDEN DE LOS APELLIDOS

Según una reforma de la Ley de Registro Civil, que se va a debatir, próximamente, en el Parlamento español, se acabó la prevalencia de los apellidos del hombre sobre los de la mujer. Si la pareja no se pone de acuerdo, los apellidos del hijo se decidirán por orden alfabético. Hasta ahora, el padre decidía siempre, en el caso de que hubiera desacuerdo entre los progenitores.

En otros países, como Estados Unidos, Suecia o Reino Unido, la tradición sigue dictando la primacía del apellido paterno. Incluso, cuando una mujer se casa, adopta el del marido.

Personalmente, nunca he entendido cómo mujeres, que se han convertido en iconos del feminismo, como Yoko Lennon, o que han luchado por la presidencia de Estados Unidos, como Hillary Clipton, han adoptado el apellido del marido, renunciando al suyo propio.

Algunos compañeros y amigos, con los que he comentado este asunto, relativizan la importancia del mismo, con el argumento de que, al fin y al cabo, se trata sólo del apellido, que va a continuación del nombre y que, cuando estas mujeres actúan así, lo hacen por tradición.

Ante estas reflexiones, me pregunto si la tradición puede justificar que una mujer renuncie a lo que le une a sus padres, como si éstos no hubieran existido, para pasar a formar parte de la familia del marido.

Es algo parecido a lo que sucede en países islámicos, como Marruecos, donde la mujer, que ha dependido, a todo los efectos, de su padre, hasta que contrae matrimonio, pasa, a partir de este momento, a depender completamente del marido.

Se trata de un residuo de la sociedad patriarcal tradicional, donde todo gira en torno al hombre, que está insuflado de una superioridad, que discrimina claramente a la mujer, y que está en el germen, como ya se ha comentado en una entrada reciente de este blog, del machismo y la violencia, que aún padecemos, en nuestra sociedad.

De modo que el orden de los apellidos y, en concreto, la nueva Ley de Registro Civil, que establece la no prevalencia del paterno, no es, en mi opinión, una cuestión baladí, sino un paso hacia la igualdad entre hombres y mujeres.

36 pensamientos en “EL ORDEN DE LOS APELLIDOS

  1. Sinceramente, me parece extremista primeramente catalogar este curioso caso de nuestra sociedad como:

    «Un residuo de la sociedad patriarcal tradicional, donde todo gira en torno al hombre, que está insuflado de una superioridad, que discrimina claramente a la mujer, y que está en el germen, como ya se ha comentado en una entrada reciente de este blog, del machismo y la violencia, que aún padecemos, en nuestra sociedad»

    Y, en segundo lugar, comparar nuestra cultura con la islámica que, por grande que sea el proceso de globalización mundial en el que vivimos, no compartimos al menos actualmente esa tradición…

    Creo que la importancia del apellido es más bien absurda, con la única función de tener una segunda partícula con la que identificar además del nombre. Si, quizás la «renuncia» al apellido de la esposa puede sonar algo machista, desde este punto de vista; pero, si grandes mujeres de la historia que han luchado por sus derechos y que han aspirado a grandes cargos de su sociedad contemporánea han optado por adoptar el apellido de su marido, quizás haya sido por eso por lo que han llegado a ser grandes: por preocuparse de las cosas realmente importantes y no por estas nimiedades…

    En mi humilde opinión, esta ley pondrá contentos a todos las/os feministas/os extremistas para que no haya peleas sobre quién tendrá más importancia en el nombre del niño, aunque tristemente no se den cuenta de que la importancia de una persona, hoy en día, no está en los apellidos sino en ella misma. Quizás sea un paso de igualdad entre hombres y mujeres o quizás sea otra ley que ponga de manifiesto nuestra incapacidad de ver problemas mayores y nuestra falta de unidad para llegar a absurdos acuerdos, como los de este tipo.

    • Me parece que tú comentario no aporta nada al tema… La perdida del primer apellido de la mujer es casualmente tradicionalista a países de costumbres cristianas y la comparación de países occidentales con los islámicos es casualmente es porque los islámicos se rigen con lo que viene siendo el antiguo testamento y casualmente es donde viene que el hombre es superior a la mujer… No se te hace mucha casualidad?

  2. Estamos ante una sociedad en la que no pueden negar que, desde tiempos atrás, se le ha tomado una mayor importancia al hombre que a la mujer. Un ejemplo sin duda es el de la tradición del apellido.
    ¿Cuál es la verdadera importancia de un apellido? Quizás es esa, la de mantener un lazo de unión entre una persona y sus padres.
    ¿Qué piensa un padre, al ver que el apellido de su hija desaparece por una dichosa tradición?
    A pocos padres, pienso yo, le agrada esta tradición. El apellido es una manera de recordar quién eres y de dónde vienes, porque al fin y al cabo todos acabamos destinados al mismo lugar y tu apellido queda por un tiempo grabado en la memoria de algunos.
    Mi apellido es una parte de mí y, aunque parezca una tontería, desde pequeñitos escuchamos nuestro apellido y lo tenemos vinculado a nuestro Yo, si luego te lo quitan y te ponen otro, es como darte otra identidad, yo me niego a eso, y menos si es impuesto.
    En la cultura hispana, la mujer tiene el derecho de mantener su apellido y de pasarlo a los hijos, aunque luego desaparezca, pero al menos no pierden esos derechos en vida, y la misma ley reconoce este derecho como un patrimonio más del individuo.
    Me parece buena idea la nueva Ley de Registro Civil, dado que todos poseemos el mismo derecho de libertad, ¿Por qué no con el apellido?
    Esta situación, como dije antes, viene dada por el machismo que había en tiempos anteriores.
    Antes, podían votar solo hombres, y eran principalmente los que mandaban en nuestra sociedad.
    Claro que, poco a poco, la cosa ha sido modificada. Nuestra sociedad ha ido evolucionando y a la misma vez nosotros mismos.

  3. Pienso que esta nueva Ley de Registro Civil marca un progreso importante en España.
    Durante todo estos años, se ha puesto en el registro civil el apellido del padre, antes que el de la madre, pero estamos en el siglo XX| y eso debía cambiar.

    Hoy en día, las mujeres siguen estando por debajo de los hombres, no hay igualdad en la sociedad. Y creo que ya es hora de que por lo menos la pareja pueda decidir cuál será el primer y el segundo lugar de sus respectivos apellidos.

    Esta nueva ley es un paso más hacia la igualdad entre hombres y mujeres, aunque habrá personas que decidan seguir la tradición de poner antes el apellido del hombre que el de la mujer sólo por tradición, pero por otra parte, las mujeres de hoy en día siempre buscan la igualdad de género y pienso que están de acuerdo con esta nueva Ley de Registro Civil.

    Por otra parte, pienso que el Gobierno debería ocuparse de temas más importantes que donde colocar el apellido de los padres.

  4. Ante este tema, he de decir que me parece mal que, desde un principio, siempre haya sido el primer apellido del padre y el segundo de la madre, porque esta es otra señal de la discriminación hacia las mujeres por parte de los hombres, por esto, cuando me enteré de esta noticia me la tomé como un paso más hacia la igualdad entre hombres y mujeres, que me parece estupendo; pero, cuando me paré a pensar, caí en la cuenta de que esto va a traer muchas complicaciones, por ejemplo, a la hora de saber si algunas personas son familia, y saber si son primos, etc, porque ya tenemos por costumbre un orden, si ahora se deja ese orden a elección, creo que va a ser un pequeño «caos», porque no se sabe quiénes han invertido sus apellidos.
    Por todo esto, creo que ya que se impuso en su momento un orden, aunque no nos parezca bien, no se tiene que invertir, y pensaría exactamente lo mismo si el orden impuesto desde un principio fuera el contrario(en primer lugar el apellido de las mujeres y en segundo lugar el de los hombres).
    También quiero añadir que, desde siempre, los padres han podido elegir el orden en el que querían que fueran los apellidos de sus hijos, aunque les llevaba mucho papeleo.
    Por otro lado, dejando aparte las repercusiones de esta ley y mi opinión sobre ella, y tocando el tema de la igualdad, he de decir que si mujeres tan importantes en el feminismo como Yoko Lennon y Hillary Clipton no le han dado importancia a la desaparición de su apellido (al igual que otras muchas mujeres) y no se sienten discriminadas por ello, será porque este tema no es de vital importancia en el desarrollo de la igualdad entre hombres y mujeres, ya que el tema de los apellidos es algo que ha estado ahí siempre y que se toma como una tradición y hay cosas más importantes en el tema de la igualdad que sí deberían ser llevados a debate, como el hecho de que, en algunos empleos en un mismo puesto, las mujeres cobren menos que los hombres o que haya puestos en los que no se permitan mujeres, etc…
    Concluyo mi opinión sobre este tema, diciendo que pararme a pensar en todo esto me ha llevado a preguntarme lo siguiente:¿Por qué el gobierno expone esta ley, si siempre se ha podido elegir el orden de apellidos? Creo que lo han hecho con la intención de desviar un poco nuestra atención a otros problemas, por ejemplo, el paro, y creo que deberían plantearse los problemas de igualdad que he nombrado antes y muchos otros que también hay y no se exponen en el parlamento.

  5. No hace tanto tiempo, Abraham, que en España las mujeres necesitaban el permiso del padre o del marido, para comprar y vender bienes, para abrir una cuenta en el banco, para aceptar una herencia, para hacer un contrato o para trabajar fuera de casa. Precisamente, con esta discriminación, acabó la Constitución de 1978, que estable la igualdad de todas las personas ante la ley, con independencia de su sexo, raza o religión. Por eso, no estamos tan lejos de los países islámicos.

    Lo que ocurre es que la Constitución hay que desarrollarla para que no se quede en una declaración de principios. Esto es lo que pretende la reforma de la Ley del Registro Civil, porque la norma actual, que establece la prevalencia del hombre sobre la mujer para elegir los apellidos de sus hijos, es claramente discriminatoria hacia esta última e incompatible con el mandato constitucional.

    Con respecto a la poca importancia que concedes al nombre y apellidos de una persona, te puedo decir que cada uno de nosotros, desde que nace, somos llamados y conocidos por estos. Por tanto, el nombre y apellidos identifican a la persona y forman parte de ella, como su sexo, su carácter o su forma de ser.

    Por último , me sorprende que califiques de extremista mi reflexión de que la Ley actual de Registro Civil -que discrimina a las mujeres y beneficia a los hombres- es un residuo de la sociedad patriarcal tradicional. Si esta reflexión te parece extremista, ¿qué calificativo pondrías a los que defienden la pervivencia de esta norma?

  6. A lo que yo me refería es a la imposibilidad de realizar un acuerdo que debería ser tácito entre las unidades paternas. ¿Es de verdad importante el orden de los apellidos en tu hijo?¿No serías capaz de cambiarlos si tu pareja te planteara la idea?¿Necesitamos una ley para ello? Esas son las cuestiones que yo me planteo, no la validez de la norma.

    La norma es totalmente válida ya que plantea la igualdad de condiciones en última instancia si el acuerdo no llegase a su realización, ¿Pero de verdad hay que llegar a ese extremo y considerar este tipo de leyes tan importantes?; ¿Nuestra naturaleza no nos permite ni siquiera ponernos de acuerdo en ello? Creo que nuestra mentalidad actual es un poco más abierta que la de «No hace tanto tiempo» y que la figura autoritaria paterna en la mayoría de los hogares se ha extinguido, y son en esos casos donde todavía se mantiene ese modelo donde se debería luchar por la igualdad.

    Creo que tenemos otros tipos de problemas sociales relacionados con la igualdad que deberían solucionarse antes que esto, que al fin y al cabo es solo un «retoque constitucional».

    Referido a la otra cuestión de los extremistas me refería al tipo de gente que lucha por una «supuesta victoria» sobre el machismo cuando lo que solo han conseguido ha sido el cambio de orden de los apellidos.

    Mi conclusión es que tanto como los que abogan por crear una ley cuya función determina la resolución incluso de este tipo de casos tan ridículos (a mi manera de ver) y los que no está de acuerdo con ella y prefieren la supervivencia del apellido paterno, se deberían denominar extremistas porque esto no es la guerra de los sexos sino la guerra de la igualdad.

  7. Este tema me llama mucho la atención, ya que desde que naces, se te inculca el primer apellido como el del padre, y es una cosa que vemos normal, ya que estamos acostumbrados a ello.
    Pero, si te paras a analizarlo profundamente, llegas a la conclusión, de que no tiene sentido ninguno colocar en primer lugar el apellido del padre, y menos en esta sociedad actual, en la que las mujeres son igual que los hombre. Me parece sorprendente como a estas, les da igual que se imponga el apellido del hombre al suyo, en el caso de no llegar a un acuerdo, a la hora de ponérselo a su hija/o.

    Esto hace retroceder un paso más en la evolución de la igualdad de la mujer, de tal modo, que me parece totalmente correcta la ley que ha establecido el Registro Civil de acabar con la prevalencia de los apellidos del hombre sobre los de la mujer. Así, si la pareja no se pone de acuerdo, los apellidos del hijo se decidirán por orden alfabético.

    Esto, a simple vista, se acusará de lioso, pero solo hay que esperar unas cuantas generaciones hasta que nos acostumbremos a ello, tal y como hicimos con la forma vigente.

  8. Estoy totalmente de acuerdo con que se saque esta ley, ya que no tiene por qué estar siempre el apellido del padre delante y no el de la mujer. Esto viene muy bien para fomentar la igualdad entre sexos, aunque, si te paras a pensar qué importancia tiene esto, a lo mejor, para algunas personas ninguna; pero para aquellas mujeres que quieren mantener su apellido y que no se pierda, tiene muchísima. Además, todos los apellidos no son iguales de bonitos e incluso algunos pueden llegar a ser motivo de burla, ya que nos pasamos tanto tiempo pesando cuál puede ser el mejor nombre para nuestro hijo, dé que nos sirve si el apellido lo va a eclipsar, muchas veces se nos suele llamar más por el primer apellido que por el nombre. Por tanto, debemos pararnos a pensar si queremos que eso les suceda a nuestros hijos; pienso que este es el motivos más importante, porque a nadie le gustaría que le llamaran: Conejo, Pechoabierto, Mayordomo, Poyato,… Esta es una gran disputa, ya que a todo el mundo le gustaría que su apellido sea el primero, por eso la solución del orden alfabético es importante, porque ahí ya no se puede hacer nada,la ley tiene que respetarse, en caso de desacuerdo.

  9. Pues bien, respecto a este tema, siempre lo he aceptado como algo normal, sin pararme a pensar en la posibilidad del intercambio, aunque bien es cierto que me ha chocado que, sobre todo mujeres de presidentes de Gobierno y en Estados Unidos, la mujer adopte el apellido de su marido, cuando se casa con él, véase a la señora Obama, ¿cuántos saben que Robinson era su apellido de soltera?

    La verdad es que la primera impresión es de un cierto machismo, pues, sobre todo , me refiero al caso de los Estados Unidos, la mujer, al adoptar el apellido del marido, parece que se convierte en propiedad de él ,pues renuncia a los apellidos de su familia y pasa a tener el de su esposo; sin embargo, si hasta nuestros días este tema no ha sido solucionado, es decir , si las mujeres no se han quejado o no se han opuesto a esta regla es porque quizás no sea de tanta importancia, o por lo menos eso pienso yo. ¿Qué importancia tiene el llevar el apellido del padre primero y el apellido de la madre después, o al revés? Es quizás el llevar el apellido de la madre después signo de discriminación a la mujer, yo creo que no, para discriminación la que sufre la mujer en Oriente Medio , en culturas, como la árabe, en la que la existe la poligamia, y el marido ordena y manda sobre ella, o discriminación es la actitud que la Iglesia tiene hacia la mujer, pues todos los miembros son hombres y en la que , a modo de anécdota, la mujer tiene un papel inferior, pues en la visita del Papa a España, cuando este llegó al altar, cuatro monjas se levantaron y limpiaron donde este se iba a sentar, mientras que no lo hizo ningún hombre, todos los obispos y demás estaban sentados. Esto si me parece discriminación a la mujer.

    Me parece que utilizar la palabra discriminación a la mujer en este tema , el de los apellidos, no es correcto, pues es bien sabido por todos que existen mil casos en los que sí se discrimina a la mujer, y estos son los que verdaderamente deben ser erradicados.

    Por tanto, la finalidad de esta regla adoptada por el gobierno creo que es más bien una cortina de humo, para ocultar problemas más serios, que un intento por conseguir la igualdad de la mujer. Creo que el Gobierno ha sido inteligente a la hora de seleccionar el tema, pues, hoy día , la lucha para conseguir la igualdad de la mujer es persistente y constante y cualquier acto en contra de la mujer es castigado , y este tema suscitará opiniones muy diferentes, algunas de ellas pueden herir a la mujer y, por tanto, se puede dar lugar a que se genere un debate público , consiguiendo el Gobierno el objetivo que buscaba: hacer a los ciudadanos debatir sobre temas que no poseen importancia alguna, alejándolos de este modo de los verdaderos problemas que aquejan a nuestra sociedad y que nuestro Gobierno no los está afrontando de la manera correcta.

    Por tanto, y en conclusión , me parece que la igualdad de las mujeres es un tema que nos debe ocupar tiempo y debemos hacerle frente hasta conseguirlo , sin embargo, no debemos ver actos discriminatorios dónde no los hay, pues nunca conseguiríamos ponerle fin. Asimismo, debemos ser conscientes de que la situación por la que pasa el Gobierno no es la más adecuada y cualquier tema que suscite polémica entre los ciudadanos será bueno para que estos no duden de la eficacia del Gobierno, pues temas, como estos, supondrán una “cortina de humo” que no le dejarán contemplar la realidad pues se mantendrán entretenidos en su debate.

    ——————-FERNANDO GÓMEZ AGUILAR—————

  10. La aparición de ésta noticia, me ha hecho recordarme siendo pequeña y diciendo orgullosa: “Cuando sea mayor, si tengo bebés, les pondré primero mi apellido”. Ahora me paro a pensarlo y me da pena, porque sé que probablemente, cuando esto ocurra, tendré mayores preocupaciones que discutir o dar explicaciones sobre algo así, y me dejaré llevar por la tradición, aunque creo que lo importante, es que exista esa posibilidad, no que realice el cambio o no (por ejemplo, no me voy a casar con una mujer, pero me alegro de que en mi país exista esa posibilidad).

    Aunque ante esto, crea que cedería, sí que estoy segura de que, si viviera en algún país como Estados Unidos o Suecia, mantendría mis apellidos, no por cuestión de feminismo (que a lo mejor), sino porque mi identidad debe seguir siendo la misma, independientemente de si estoy casada o no.

    Cada vez que relleno algún tipo de formulario debo elegir; Sra. o Srta. Sin embargo, si fuese hombre, no les importaría mi estado civil, para ellos sería la misma persona estando casado que soltero, es decir, Sr. En este aspecto, la lengua inglesa posee algo que la nuestra no, un tratamiento para la mujer neutro (Ms. Frente a Miss y Mrs.) fruto de la lucha en los años setenta .

    Como has comentado, efectivamente, es un resto que queda de una cultura machista y patriarcal, que poco a poco se va suavizando e incluso invirtiendo (no considero mi entorno actual como patriarcal, ya que, salvando las excepciones, las mujeres, aunque sean amas de casa y el marido sea el que lleve el dinero, son ellas las que llevan la economía del hogar y las indispensables en el funcionamiento de éste).

    Buscando información sobre éste tema, he encontrado algún dato que no conocía, como que en Portugal y Brasil es el apellido materno el que se antepone al paterno.

    Aun así, me alegra que se haya dado éste paso, que puede ser de gran ayuda, sobre todo, para mujeres maltratadas y casos en los que la pareja no se pone de acuerdo.

  11. Esta nueva ley que se ha establecido, me parece una manera de continuar estableciendo la igualdad entre el hombre y la mujer. En sí, da igual qué apellido vaya primero, pero, bueno, siempre no tiene por qué ser el paterno el primero.

    Con respecto a otros países, incluso famosas, tienen y mantienen asignado el apellido de sus maridos excluyendo los suyos. Esta manera no me parece muy acertada, ya que, por el hecho de casarte, no se tienen por qué designar a la mujer con el apellido del hombre, porque parece como si ella le perteneciera al hombre.

    Al igual que han optado por cambiar eso aquí en nuestro país, espero que pronto en los otros países donde se mantiene el orden de los apellidos se establezca la nueva ley.

    Hay que luchar por la igualdad de la mujer y, aunque esto no parezca una desigualdad, sí lo es y, por eso, debemos cambiarlo aplicando la nueva ley en todos los países.

    Esta medida es buena y, además, pienso que hay muchos hombres a los que les parece bien, ya que no les importará cuál sea el primero, si el suyo o el de su mujer.

    Por último, quiero decir que sobre este tema hay diversidad de opiniones y cada uno es libre de elegir el apellido que, o bien, más le guste o el que mejor le parezca para que sea el primero. Yo optaría por el que mejor quede en primer lugar. Es solo un apellido que acompaña al nombre. En mi caso, el primer apellido es Ángeles y muchas personas creen que es mi segundo nombre y, sin embargo, si fuese segundo apellido, nadie diría nada ni siquiera se sorprenderían, porque no tomaría tanta relevancia al ir en segundo lugar situado. A mí me gustan como están colocados, porque, de la otra forma, sonaría un poco extraño.

  12. En este tema yo sí veo un posible caso de discriminación hacia la mujer o de superioridad del hombre (qué casualidad que el primer apellido sea el del hombre, ¿no?) que viene del pasado, otra cosa es que no nos afecte o no tenga importancia en nuestra vida diaria, como sí ocurre con algunas conductas discriminatorias en países árabes, que ya se han comentado. Mucho peor me parece la anulación del apellido de la mujer al casarse y pasar a tener el del marido. No le veo sentido alguno a este cambio, y lo veo como una prueba de sumisión de la mujer con el hombre, a parte de la también anulación del origen de la mujer, que ha adoptado el apellido del marido por encima del de sus progenitores.
    La propuesta del Gobierno no me parece mal. Si pensamos, por ejemplo, en un matrimonio sólo con hijas, las cuales quieran continuar su apellido al tener hijos, sólo podría hacerse al cambiar el orden normal de los apellidos, ya que si no, podría ir perdiéndose, o por otra parte, también puede ser efectivo en hijos que no tengan buena relación o ninguna con su padre y no quieran llevar su apellido en primer lugar.
    Desde luego, hay temas mucho más importantes que éste en lo que a discriminación de la mujer se refiere, pero al encaminar esta propuesta hacia la esperada igualdad entre hombres y mujeres, optar por no renunciar al origen e identidad familiar de cada uno y contribuir a la libertad de elección, el tema ya está justificado. Aunque esté a favor de esta propuesta, no niego que me gustaría que el Gobierno se centrara en temas realmente importantes que afectan más a nuestra vida diaria.

  13. Este tema puede suscitar bastante interés, pero es bastante relativo posicionarse en una opinión concreta, porque depende de varios casos.
    Por ejemplo, que en España vaya el apellido del padre y después el de la madre, no creo que haya inconveniente en ello, y que es una tradición y no veo nada de malo en este hecho, porque es simplemente una cuestión de apellidos, y considero que esta guerra que hay entre el machismo y el feminismo debería parar, porque ha llegado ya al extremo de ordenar alfabéticamente los apellidos, si no hay acuerdo. Ésto, en mi opinión, es un absurdo, ya que así se perderían muchos apellidos que son poco comunes como Zurita, o todos aquellos que empiezan por z, y al final, al cabo de un tiempo, toda la sociedad estaría en torno a los mismos apellidos, por tanto yo veo bien el orden que se ha tomado, independientemente de que sea primero el del padre, lo mismo podría decir si fuese al revés, pero, como es así, pues así debería quedarse.

    Por otra parte, sí pienso que están mal las costumbres de los demás países citados anteriormente, ya que no veo justo que una mujer cuando se case, elimine su apellido paterno, eliminando así sus raíces y adquiriendo el del marido. Pienso que cada uno debería seguir con la tradición de sus progenitores, y esto ocurre en países civilizados. Ni qué decir de los países subdesarrollados, donde la mujer depende del hombre durante toda su vida, ya sea del padre, del hermano o del marido. Eso ya es deplorable: que una persona por ser mujer no tenga libertad para nada y que se cometan tantas injusticias sobre ellas.

    Opino que se debería luchar más contra esos temas donde de verdad hay hechos claros de machismo, donde la mujer se encuentra en situaciones, como esas, sometidas al hombre, y no en el orden de los apellidos aquí, ya que eso no tiene relevancia ninguna, mientras que lo otro sí tiene consecuencias negativas y es más importante que estos países se desarrollen en estos aspectos.

  14. Sinceramente, no le doy importancia a este tema, lo siento, pero es así, y soy un gran defensor de los derechos de la mujer y del hombre por igual, y como muchos, me gustaría que no existiría discriminación o distinción alguna entre unos y otros, pero desgraciadamente y, como siempre digo, esto no es así, y sabe Dios si lo será algún día…

    El apellido, ¿es importante el lugar que ocupe?, muchos opinan que sí, otros muchos que no. Para mí no es más que un nombre, si bien es cierto que, como tú dices Matías, es el nombre por el que se nos reconoce desde pequeños, pero es sólo eso, un nombre . Al igual que otros, opino que hay cosas más importantes que preocuparse de cuál ha de ir primero, el del hombre o el de la mujer.

    Es cierto que en muchas culturas y regiones sucede algo muy parecido o incluso más extremista, como en el caso de la musulmana o estadounidense, por concretar, donde se adopta por completo el apellido del hombre, pero eso no es así del todo aquí.

    Desde siempre, cuando se tenía un hijo, se imponía el apellido del padre antes que el de la madre, y el de la mujer poco a poco se perdía. Esto ocurría, cuando se sucedían los nacimiento de hembras en lugar del de varones, pues con ellas se va dejando poco a poco atrás el apellido hasta que se pierde por completo.
    Por ejemplo, como sabéis mi apellido es Ruth muy poco común la verdad, pero, bueno, el caso es que tengo una hermana y, cuando ella tenga hijos, el apellido de Ruth que para ella era el primero pasará a segundo lugar, y su nieto lo perderá; así el apellido de Ruth desaparecerá por completo en la rama de mi hermana.

    Yo, el día de mañana tendré hijos, y me dará igual el apellido que lleven, si existiera discrepancia, habría que solucionarlo entre el padre y la madre y que decidieran por cualquier tipo de conveniencia qué apellido poner primero.

    En cuanto a la ley, me parece bien, si los dos están de acuerdo, ¿por qué no cambiarla?, me parece correcto, y sí, puede que sea un medio más para alejarnos de la discriminación de la mujer en la sociedad.

    Para concluir y volviendo a hacer un resumen de todo, solo quería repetir que para mí el orden de los apellidos es algo banal, porque como he dicho es sólo un nombre, “No es nuestro nombre lo que nos convierte en personas, sino el que seamos capaces de usarlo para hacernos sentir como tales”.

  15. Pienso que cada persona debe tener el derecho de elegir el primer apellido que quiera, el del padre o el de la madre, imponiéndose a la tradición. Si de verdad es una tontería el llevar un apellido u otro, por lo menos que exista la opción de poder elegir, ya que habrá personas que piensen que no lo es.

    Mi opinión se basa en casos, como cuando el padre, abandona a la hija y a la mujer y es ésta última la que cria a la hija; y yo me pregunto: ¿realmente debe llevar esta niña el apellido de su padre al que nunca vio y que la abandonó? Por casos como éste, defiendo la nueva ley.

    Por otra parte, en el caso de que la mujer adopte directamente el apellido del marido, lo veo algo completamente injusto(salvo que sea por decisión propia), ya que la mujer tiene que tener el derecho de llevar algo de sus padres, algo que le es propio por naturaleza, y no por un acuerdo, como es el matrimonio. Para mi ésto supone colocar a la mujer en un peldaño inferior al hombre.

  16. Este tema por lo visto ha tenido mucha trascendencia en la sociedad, a la vez de producir desconcierto. Primeramente, quería decir que mi posición respecto al tema es intermedia. Estoy de acuerdo con las dos partes entre a favor de la ley y en contra de ella, pero mi pensamiento es que, si lo que hemos tenido desde hace años y ha sido historia nuestra es mantener nuestras costumbres, y he aquí una de ellas, la de mantener el primer apellido como el del hombre, esto no es machismo sino, como antes he dicho, costumbre.

    Para continuar; sobre el tema de que en otros países las mujeres adopten el apellido del marido, eso sí me parece absurdo, aunque teniendo mis principios presentes, lo veo como una tradición y ante las tradiciones cada unos es libre de ejercerlas o no.

    Lo que he deducido de este tema es cómo la mujer aparece «discriminada». Pero, si nos paramos a pensar, es que siempre va haber una postura entre el hombre y la mujer que choque sin tener un debate entre ambos.

  17. Este tema para mí es un tema poco importante, pero me parece bien que se haya impuesto una ley como esta, porque así da derecho a que cada persona elija los apellidos, y es un paso más a la igualdad de la mujer con respecto al hombre.

    Por otro lado, lo de Estados Unidos, se piensa que no esta bien, porque la mujer deja el apellido de sus padres, como si no tuviera relación con ellos, y está mal visto, pero esto es una tradición, al igual que nosotros tendremos numerosas tradiciones que ellos verán mal, y que gente de nuestra propia sociedad también verá mal. Pues lo mismo puede ocurrir en Estados Unidos, que haya gente que vea mal eso de adoptar el apellido del marido, pero que a fin de cuentas lo adoptan.

    Solo quiero decir que estoy de acuerdo con la ley, porque todo el mundo tiene derecho a elegir los apellidos que quiera tener, pero como he dicho es un tema que no me despierta interés.

  18. Mi opinión respecto a este tema, es un poco contradictoria. Por una parte, pienso que la posición de los apellidos ha sido desde siempre una discriminación de la mujer, pero por otra no me importa que mis hijos vayan a llevar primero el apellido de su padre.

    Colocar en primer lugar el apellido del hombre es una acción discriminatoria. Los apellidos siempre han dado preferencia este, dejando a un lado la opinión de la mujer, incluso en determinadas ocasiones la del mismo hombre, ya que, por determinadas circunstancias, se de el caso en el que este no quiera poner su apellido en primer lugar.

    Pero este tema no sólo permanece vigente en España, sino que ocurre en casi todos los países. Incluso en algunos de ellos no dan importancia al apellido de la mujer, lo desprecian totalmente y hasta se lo cambian por el de su marido. Mi opinión en estos casos es totalmente diferente, ya que no sólo estamos ante la posición de los apellidos, sino que en parte privan a la mujer de sus raíces.

    En mi parecer, la mayoría de la sociedad nunca se ha parado a pensar en este tema. Es en parte por esto, por lo que no le damos una mayor importancia, ya que hemos crecido con esta decisión impuesta.

    En el caso de los famosos, desde hace años, estos han podido cambiar sus apellidos para obtener el nombre artístico que prefieran. En mi opinión, esto no tendría que haber sido así, ya que todos deberíamos haber poseído los mismos derechos para cambiar nuestros apellidos. Pero desde hace poco, se ha instaurado una ley, la cual permite la elección de la posición de tu apellidos, a la que veo muy favorable. Esta proporcionará mayor libertad sobre este tema a la persona, ya que se pueden dar circunstancias en las que alguien no quiera llevar el apellido de uno de sus padres.

    Por último, me gustaría aclarar lo que he citado al principio. En mi caso, no me importaría poner mi apellido en segundo lugar, ya que pienso que lo más grave que pudiera ocurrir sería la desaparición del este, a la que no le presto una mayor importancia.

  19. Ante el tema de la discriminación de la mujer, la nueva Ley de Registro Civil, me parece todo un paso hacia la igualdad, ya que sin duda alguna vivimos en una sociedad en la que, a pesar de que hay muchos aspectos en los que la mujer es ya igual con respecto al hombre, no podemos negar que siguen quedando algunos restos importantes de la no muy antigua sociedad en la que la mujer no tenía ningún derecho y estaba totalmente cohibida con las decisiones de su padre o marido. Por este lado, me parece, como ya he dicho, un total avance hacia la igualdad; sin embargo, considero algo exagerado que un hombre y una mujer, ya en pleno siglo XXI, no sean capaces de llegar a un acuerdo sobre cuál será el apellido que prevalezca tras el nombre de su hijo. Pero si realmente este es el caso, considero bastante acertada esta nueva ley, ya que no da preferencia ni al hombre ni a la mujer, sino que se decidirán por orden alfabético, convirtiéndose así en un puro trámite que no debería estar regulado por ninguna ley, sino que tendríamos que ser capaces de ponernos de acuerdo nosotros mismos en una cuestión tan simple como esta.

    De todos modos, espero que poco a poco, con leyes como esta o sin ellas, podamos alcanzar la total igualdad entre hombres y mujeres (ya que no debemos olvidar que ambos somos seres humanos por encima de todo) y no solo en algunos países, sino en todos, ya que esto debería ser una cuestión más que zanjada desde hace muchos años, pero por desgracia no es así, y en muchos lugares del mundo, la mujer sigue siendo aún inexistente para su sociedad.

  20. Bajo mi punto de vista, este tema no es algo del que haya que discutir mucho, porque sí, es un paso más para la igualdad, pero si para lograr la igualdad siempre se recurre al tema del machismo que siempre ha habido en la historia, no se va a olvidar, y por lo tanto, nunca daremos un paso hacia delante; es una ley que, bajo mi opinión, es necesaria, ya no sólo por la igualdad de los seres humanos, sino muchas veces por fonética, por estilismo gramatical, que conviene poner antes un apellido que otro, pero eso es cosa de que los padres lo hablen, de que se pongan de acuerdo en qué apellido quieren que lleve su hijo primero por cualquier causa, no pensando en el machismo, porque al crear esta ley, ahora se creará un debate entre los padres, cuando tengan que tomar esa decisión, pensando si uno de los dos es hijo único, por ejemplo, que quiere que su apellido perdure. Si fuera el caso de la madre, entonces el padre no estaría de acuerdo; es un ejemplo del problema ético que surgiría entre los padres al tomar la decisión.

    Pero estoy de acuerdo con la ley, ya que es un paso más hacia el futuro.

  21. Pues yo creo que habrá tanto gente en contra como a favor. Yo me posiciono en medio de todo, ya que lo veo bien para gente como madres solteras, las cuales no saben nada del padre de sus hijos, como gente que nunca ha conocido a sus padres biológicos, y así, cientos de casos más que existen, que quieren cambiarse los apellidos, pero no pueden, ya que la ley lo prohíbe, y también creo que todo esto es absurdo, ya que todo esto es otra de tantas cosas que sirven para entretenernos a la sociedad, en vez de que los políticos se ocupen de cosas más importantes, y como dice mucha gente que los apellidos del padre delante es un acto machista, pero yo creo que, como tantas como en esta sociedad española, esto de los apellidos, como lo de suprimir las corridas de toros u otros diferentes temas, más que por machismo se hace por tradición arraigada desde hace muchos años, y por eso permanece hasta nuestros días.

  22. Yo opino que, en primer lugar, habría que plantearse la verdadera importancia del orden de los apellidos.No para todo el mundo es igual de importante conservar el apellido familiar.Aunque es cierto que a las familias más conservadoras la pérdida del apellido les parecería una pérdida del patrimonio familiar, en el otro extremo, nos encontramos con familias que ven en el cambio del apellido un tema banal, ya que no les importa.

    Otro tema es el de cambiar el apellido familiar por el del marido, pues opino que debería hacerse por libre elección, no como una tradición de ciertos países del mundo, ya que priva a la mujer de esa parte de sus raíces que obtiene desde su nacimiento y acaba al contraer matrimonio.Además pienso que una decisión que para tantas personas significa tanto, no debería tomarse como una tradición, sino como una decisión libre y personal, sin coacciones de parte de la familia o de las leyes vigentes.No creo que la mujer sea un »residuo social» a la sombra del hombre sólo por el orden o el cambio de los apellidos, ni que eso desecadene la violencia que has mencionado ,sino que intervienen otros factores.

    En cuanto a el orden de los apellidos en España, creo negativos los comentarios que apuntan que esa disputa sea solucionada colocando los apellidos en orden alfabético, ya que eso ocasionaría la pérdida de los apellidos que empiecen por letras colocadas al final del abecedario, dando mayor prioridad a las primeras letras.Así se provocaría, con el paso del tiempo, apellidos tan »españoles» como: Sánchez, Rodríguez…
    Si algunas personas le parece que la pérdida de su apellido es una pérdida del patrtimonio familiar…¿cómo reaccionarán sabiendo que su apellido no sólo se perderá en su familia,sino en España entera?

  23. en mi opinión:deberíamos ser libres para decidir,si tratando de algo tan personal como nuestros nombres.En mi pais Brasil cuando la mujer si casa pasa a llevar los apellidos del marido, y para tramites el certificado de matrimonio una vez que este supri el de nascimento.ahora mismo en españa mi encuentro en un lió…..porque las feministas del registro civil no quieren que cambie de nombre por razones de adquisición de nacionalidad española.o que pasa es que mi pasaporte, tarjeta residencia estan con nombre de casada.

  24. El nombre (entendiéndose nombre más apellido), es un derecho humano intrínseco a la dignidad de la persona, pues es parte de la esencia misma del ser: su identidad. No es una cuestión insignificante decidir si llevar primero el apellido de la madre, comúnmente (en nuestra sociedad latina) quien más hace por el desarrollo integral de los hijos e hijas. Si resulta tan insignificante, invito a los hombres a modificar su apellido por el de sus esposas al casarse… medítenlo y seguramente comprenderán por qué se ha luchado por el derecho a elegir los apellidos libremente.

  25. Estoy de que acuerdo con esta ley que determina la igualdad entre hombres y mujeres, en el sentido de poder elegir entre el orden de los apellidos de padre y madre, porque ya va siendo hora de dejarse de «palabrería» y demostrar la igualdad entre hombres y mujeres. Ya que, me parece justo que los padres puedan elegir el orden, según sus propias opiniones..Si los dos están de acuerdo en poner primero el apellido de la madre, por qué no?…Aunque debo reconocer que también me preocupa la idea de que todo esto pueda crear confusión de algún tipo, ya sea para el hijo, o en cuestiones de papeleo, etc. Pero imagino que todo esto ya lo tendrán previsto las personas del gobierno para evitar posibles problemas.

    Debo añadir que, aunque esté de acuerdo con dicha ley, en mi opinión personal, yo le pondría a mi hijo/a el primer apellido del padre y luego el mío, ya que no tengo problema en que sea así, porque lo veo normal y por qué no decirlo, me gusta más por ese orden.

    Pero como conclusión final, decir que apruebo esta ley para que haya la opción de elegir con total libertad y respetando las opiniones de cada pareja.

  26. La nueva ley me parece perfecta,para que no todo lo tenga que decidir el hombre.
    Me parece asombroso que gente profesional diga que es una tradición que el hombre sea superior a la mujer en ese aspecto; pienso que ya era hora de poner una ley para una causa que traía tantas disputas a la hora de poner un apellido.
    Para mí el apellido es importante, pero yo a la hora de tener mi niño/a, si no tengo problemas de separación, seguiré la tradición de poner primero el del padre y luego el de la madre.
    Yo tampoco entiendo cómo las mujeres pasen de depender del padre, al casarse pasen a depender del marido, como si fueramos un objeto al que vender; yo creo que habría que cambiar las leyes de todos los países injustos con la superioridad del hombre que parece que está por lo alto de cualquier otra cosa.
    Lo último que quiero decir es que la nueva ley es lo mejor para alzar la igualdad entre el hombre y la mujer, ya era hora.

  27. El político y orador norteamericano Robert Green Ingersoll, dijo: “La verdadera civilización es aquella en la que todo el mundo da a todos los demás todos los derechos que reclama para sí mismo”. Curiosamente, en EE.UU., entre otros países, esta cuestión continúa siendo una utopía, ya que la superioridad del género masculino sobre el femenino (en algunos aspectos) sigue muy arraigada, justificándola como una tradición.

    Afortunadamente, en España, aunque lentamente, estamos avanzando hacia el objetivo de conseguir la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. El último paso, en este sentido, ha sido la aprobación por las Cortes Generales y posterior sanción por el Rey Juan Carlos I de la Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil y que aparece publicada en el BOE de 22 de julio de 2011.

    Con esta Ley, se pone punto final a la prevalencia del apellido paterno sobre el materno en el momento del nacimiento y posterior inscripción en dicho Registro. Precisamente, en su Sección 2ª (artículos 49 al 57 inclusive) se tratan cuestiones tan interesantes como:
    • Contenido de la inscripción de nacimiento y atribución de apellidos.
    • Derecho al nombre.
    • Principio de libre elección del nombre propio.
    • Cambio de nombre.
    • Cambio de apellidos mediante declaración de voluntad.
    • Cambio de apellidos mediante expediente.
    • Autorización del cambio de apellidos en circunstancias excepcionales.
    • Apellidos con elemento extranjero.
    • Reglas comunes al cambio de nombre y apellidos.

    Esta ley viene a incidir en la necesidad de consenso entre los progenitores ya que han de acordar el orden de transmisión de su respectivo primer apellido, antes de la inscripción registral. Se establece que, “en caso de desacuerdo o cuando no se hayan hecho constar los apellidos en la solicitud de inscripción, el Encargado del Registro Civil requerirá a los progenitores o a los representantes legales del nacido, para que en el plazo de tres días comuniquen el orden de los apellidos; transcurrido dicho plazo sin comunicación expresa, el Encargado acordará el orden de los apellidos atendiendo al interés superior del menor”.

    Coincido plenamente contigo, Matías, en que hemos de sentirnos muy satisfechos de pertenecer a este país. Son precisamente, hechos como la aprobación de esta Ley lo que nos hace muy diferentes al resto de países en los que, amparándose en la tradición, se niegan a otorgar a la mujer la igualdad que, como ser humano, le pertenece.

    Con respecto a la igualdad, Pitágoras -filósofo y matemático griego- dijo: “La perfecta igualdad no existe, sino entre los muertos”. La forma de proceder de países como Estados Unidos, Suecia o Reino Unido en los que la tradición sigue dictando la primacía del apellido paterno y que, incluso cuando una mujer contrae matrimonio, adopte el del marido, hacen que, desgraciadamente, esta frase cobre protagonismo y esté de rabiosa actualidad.

    Ojalá, al menos, el resto de los países civilizados sigan la estela de España en el terreno de la igualdad entre hombres y mujeres, abandonando el machismo -más propio de épocas ancestrales- que hasta ahora ha imperado.

  28. Gracias, Alfonso, por tu información puntual y actualizada sobre el orden de los apellidos en España, tal y como aparece en la ley del 22 de julio de 2011, que citas.

  29. A mí me parece un lío, sobre todo, porque en mi familia nos gusta mucho hacer genealogía y básicamente existe un orden con respecto a nuestros antepasados, gracias a que sabemos que los primeros apellidos pertenecen a los padres. Si lo hacemos con el fin de alcanzar la igualdad entre el hombre y la mujer y que ambos apellidos tengan el mismo peso de importancia, me parece bastante bien. Pero será que me falta visión, ya que realmente como he comentado, me parece un poco lioso en el caso de los antepasados y los descendientes de una misma familia, puesto que tendrán diferentes apellidos. ¿Se podrá tener un orden diferente de apellidos dentro de los hijos de la misma familia? ¿Y con respecto a los primos? Y, por supuesto, lo del orden alfabético me parece una barbaridad…, se generaría una extinción de apellidos. Eso sí, a la mayoría de los hombres de nuestra generación, educados en el machismo, les parecerá mal seguro.

  30. Es realmente difícil comentar este tema; tras leer varios comentarios, es cierto e inegable que otorgar a los padres el poder de elegir los apellidos de sus hijos es un avance igualitario y que deja la puerta abierta para aquel que quiera dar esa preferencia a su apellido materno, como para aquel que no quiera hacerlo. Las circunstancias de cada familia serán las que nos hagan elegir, por ejemplo, alguien que conviva con ambos padres, que se críe en una familia como suele decirse «bien estructurada», no creo que den más importancia a uno u a otro de los progenitores. Sin embargo, familias monoparentales en las que padre o madre esté ausente, veo algo lógico y una muestra de agradecimiento el tomar sus apellidos por ser la persona que los ha criado, que ha sufrido con y por ellos.

    También es cierto que complicaría un poco el hecho de la genealogía, pero lo veo un detalle sin importancia.

    Otro aspecto que me gustaría a mí marcar, es el hecho de que los apellidos típicos en España como García, Pérez o Fernández, dejarían paso a otros menos usuales, cosa que tampoco me parece mal.

    Está claro que la historia de los apellidos nos dice que el hecho de poner en primer lugar el apellido del padre es claramente machista, que con el tiempo ese principio se haya convertido en costumbre, puede ser, actualmente, y ya que tenemos la libertad de poder elegir, es algo que deberíamos apoyar, por nuestra libertad y por la de las generaciones futuras.

  31. En España desde que nacemos , nuestros padres nos inscriben con un nombre que en muchas ocasiones es repetido en la familia y nos otorgan un trocito de ellos e incluso también de sus padres con sus apellidos. Con esto empezamos a formar parte de algo , de un grupo del que ya siempre seremos miembro. Durante la vida, las personas evolucionan , encuentran su verdadero ser ,su personalidad, unas metas y unos éxitos de los que serán reconocidos por su nombre completo ,de ahí la importancia de estos , sin tener en cuenta que el materno sea el primero o que lo sea el paterno sino que sea una persona “hija de” y “de la familia” . Aun así la importancia de este tema es muy relativa, en los momentos que atraviesa nuestro pais son los temas económicos y políticos los que abarcan toda la atención.

  32. Estoy de acuerdo en la nueva propuesta de ley de registro civil que ha decidido hacer posible la libre elección para el progenitor. Yo lo veo muy bien como casos de violencia de género, pero sobre todo, gente que nunca a conocido sus padres biológicos o no han querido saber de ellos y cientos de casos similares.A todos ellos que quieren y se lo prohíbe la ley ahora podrían decidirse y existir más posibilidades de elección.Y en el caso de no estar de acuerdo se haría al azar, como en el caso de Alemania y así escoger el apellido que deseen.
    Pero cada país tiene sus costumbres y sus leyes para poder ejercerlas. Además, algunos apellidos pueden ser motivos de burla.

  33. Un apunte, con lo de Yoko Ono te equivocas. De hecho lo que hicieron John y Yoko es ponerse ambos los apellidos de los dos, teniendo primero el de la señora. Así, se convirtieron es Yoko y John Ono Lennon. John aprovechó para quitarse también su segundo nombre, Winston, que su madre le puso en homenaje a Churchill y que a él nunca le hizo mucha gracia.

    De todos modos Yoko era una polémica, no la considero un símbolo ni modelo del feminismo en absoluto.

  34. Buenos dias, esta muy bien lo que escribes, te sigo desde hace tiempo. Además, creo que es muy importante documentarse bien por Internet, pues aunque parezca fácil es muy complicado. Hay un blog que tambien sigo y da consejos muy parecidos. Saludos.

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