MONTAJE DEL GRUPO "NUMERELE IMPARE" dirgido por Daniel Sergio Pardo
Escribía León Felipe que todo el ritmo del mundo pasa por el cristal de una ventana. Se refería al pastor que va detrás de las cabras, a una mujer agobiada con una carga de leña en su espalda, a los mendigos que van arrastrando sus miserias y a una niña que va a la escuela de muy mala gana. Pues bien, todo el ritmo de la obra “La zapatera prodigiosa” de García Lorca pasa también a través de una ventana: los encantos de la zapaterita, las insinuaciones procaces de sus pretendientes, los chismorreos de las vecinas y los enfados del zapatero. Y es que pocas veces una ventana desempeña un papel tan importante en el desarrollo de una obra teatral, montada con agilidad y sencillez, en consonancia con los chicos jóvenes que la representaban: desde la simple, pero eficaz escenografía, pasando por una música muy bien seleccionada, que nos sitúa en la época republicana, hasta la notable interpretación, hecha, en general, con desenfado y un punto de espontaneidad. A destacar, sobre todo en el primer acto, las interpretaciones de la zapatera y su marido. Parece increíble que una alumna de 2º de ESO, apenas una niña, se mueva y gesticule con la gracia de Isabel Mª González. Por momentos, daba la impresión de que su frágil figura se transformaba, como por arte de magia, en la de una mujer seductora a la que ningún hombre puede resistirse. Casi a su misma altura raya el zapatero, interpretado por Israel Guillén, con un tono de voz grave y una dicción bastante aceptable, así como el resto de los personajes que, una y otra vez, pasaban a través de la ventana, que actúa como elemento de unión. Lástima, que el ritmo de la obra decaiga progresivamente en el 2º acto, probablemente por la falta de tiempo para ensayar. Pero, en conjunto, este montaje de “La zapatera prodigiosa” posee ritmo y frescura, y con unas escenas grupales –recuerdo ahora el montaje de “Tesmosforias” – de nuevo muy logradas. Se aprecia incluso en el buen ánimo de los actores y actrices cuando, por ejemplo, manifestan su asombro, mediante exclamaciones dichas al unísono, ante la historia que cuenta el titiritero. Plantea, además, un tema tan actual como la lucha de una mujer contra la realidad que la cerca. Nuestra felicitación, pues, a este grupo joven para que siga haciéndonos disfrutar con el teatro, y a quienes sabemos que lo impulsan y apoyan desde el DACE y la Casa de la Juventud.