Hace unos días, escuchando el disco homenaje a Javier krahe, me llamó la atención la letra de una de las canciones “Nos ocupamos del mar. Como iba en el coche, haciendo el trayecto de mi casa al instituto, volví a escucharla, una y otra vez, recreándome en esa ocupación, en principio tan extraña; imaginando al hombre y la mujer tendidos uno junto al otro, después del trabajo diario. Me pareció y me parece el mejor canto a la igualdad entre mujeres y hombres.
Nos ocupamos del mar
y tenemos dividida la tarea.
Ella cuida de las olas
yo vigilo la marea.
Es cansado,
por eso, al llegar la noche,
ella descansa a mi lado,
mis ojos en su costado.
También cuidamos la tierra
y también con el trabajo dividido.
Yo troncos, frutos y flores,
ella riega lo escondido.
Es cansado,
por eso, al llegar la noche,
ella descansa a mi lado.
Mis manos en su costado.
Todas las cosas tratamos
cada uno, según es nuestro talante.
Yo lo que tiene importancia,
ella todo lo importante.
Es cansado,
por eso, al llegar la noche,
ella descansa a mi lado
y mi voz en su costado.
Javier Krahe