RECONOCER LOS ERRORES

Hoy me he levantado con el firme propósito de que mis alumnos del PCPI leyeran lo que escribí ayer sobre su comportamiento inadecuado. Mientras llegaba el momento de reencontrarme con ellos, he estado corrigiendo el último trabajo que me entregaron: redactar una carta de amistad. Habíamos quedado en que le contarían a un destinatario elegido por ellos cómo es la vida en el instituto, y la verdad es que casi todos me han sorprendido gratamente por el rigor con el que han encarado el trabajo. Desde el punto de vista formal: aceptable presentación, buena construcción de la frase y variedad léxica; en cuanto al contenido: lealtad hacia sus compañeros, reconocimiento de la labor del profesorado y crítica constructiva y respetuosa. El único aspecto negativo: las faltas de ortografía, aunque la mayoría de los que las han cometido me han reconocido después que no revisaron la carta, antes de entregármela. 

La sensación agridulce de ayer ha dado paso a la satisfacción de hoy. Además, los alumnos me han demostrado con su comportamiento en la clase y con sus intervenciones en el blog que son capaces de reconocer sus errores. Por ahí, se empieza.

A ÚLTIMA HORA DE LA MAÑANA

Esta mañana, a última hora, he tenido clase con mis alumnos de 2º del PCPI. Al cabo de 10 minutos, aproximadamente, he logrado que todos estuvieran sentados en sus pupitres. Les he propuesto elaborar un microrrelato, término del que ninguno de ellos había oído hablar, aunque entre todos dedujimos que podía tratarse de un relato pequeño o resumido.  

Para aproximarnos a este subgénero literario, tan de moda hoy día, accedimos a un archivo, dentro del Wiki del Ámbito de Comunicación, donde se explican las principales características del mismo. Esta operación nos llevó, aproximadamente, otros 10 minutos, quizá 15, porque el Open Office es muy lento. Les propuse que fueran ellos los encargados de leer en alto la introducción; pero, la verdad, es que no resultó nada fácil, pues a las dificultades de los alumnos que iban leyendo, se añadió la actitud de poca colaboración de buena parte de  la clase: unos charlaban animadamente con el compañero; otros se reían sin parar, porque todo aquello les parecía muy divertido; un alumno, sentado en el último pupitre, accedía a otras páginas de Internet, pensando que yo no me daba cuenta; y en fin tampoco faltaban los que se entretenían mirando por la ventana el deambular de los alumnos de Educación Física.  

Tardamos en leer la introducción a los microrrelatos, que ocupa la carilla de un folio, aproximadamente 20 minutos.  Durante la lectura, surgieron dudas sobre el significado de algunas palabras, que yo preferí buscaran en el diccionario de la RAE, a través de Internet, para que investigaran ellos mismos, construyendo así su propio conocimiento. Les advertí de que no se trataba de copiar la primera acepción que se encontraran, sino de aplicar las distintas acepciones al contexto donde aparecían las diferentes palabras, hasta dar con la adecuada. Pero surgió otra dificultad añadida: los significados que vienen en nuestro diccionario no son fáciles de entender y menos de memorizar, especialmente el de algunas palabras. Así, por ejemplo, “enigma” es definido por los académicos como “dicho o conjunto de palabras de sentido artificiosamente encubierto para que sea difícil entenderlo o interpretarlo” o “concisión” que aparece como “brevedad y economía de medios en el modo de expresar un concepto con exactitud”. Salvamos la dificultad recurriendo a dos sinónimos, que perfectamente podían incorporar los alumnos a su caudal léxico: “misterio” y “sencillez” respectivamente.   

Cinco minutos antes de tocar el timbre, como se oían murmullos en el pasillo, decidieron dar por concluida la clase, sin contar conmigo, aunque, a duras penas, pude escribir en la pizarra 5 palabras más para que las buscaran en casa. 

Recogí mis cosas y, mientras me dirigía al aparcamiento del instituto, experimenté una sensación agridulce: por un lado, estaba convencido de que los alumnos habían aprendido varios términos nuevos, aunque tenía mis dudas de que los relacionasen con los microrrelatos; pero, por otro lado, la actitud de buena parte de ellos dejaba bastante que desear. Ignoro si porque era la última hora y estaban cansados o porque su interés por los estudios, por conseguir el título de ESO es escaso. En fin, mañana será otro día.

LIBROS QUE NOS ROBARON EL CORAZÓN

Javier Cercas, en este delicioso artículo, cuenta la historia de una separación que él mismo califica de desgarradora; pero no se trata de un matrimonio convencional, ni siquiera de una unión de hecho entre personas, sino de la relación íntima con un diccionario, en el que un infausto día reconoce una traición.

Os invito a leerlo y disfrutarlo, y si os apetece, podéis contar historias similares de libros que os robaron el corazón, pero que, con el paso del tiempo, acabasteis abandonando.     

¿TIENE LA ESCUELA QUE COMPRAR A SUS ALUMNOS?

Esta es una pregunta que se formula Francesc Pedró, experto en investigación e innovación educativa, ante la iniciativa que van a llevar a cabo tres centros franceses de premiar con dinero, al finalizar el curso, a los alumnos de varias clases, si cumplen unos objetivos prefijados de asistencia, resultados escolares y disciplina. Como son centros ubicados en una zona pobre, donde el problema del absentismo escolar es muy grave, se trata de motivar a los alumnos ofreciéndoles lo que sus padres no pueden ofrecerles. 

Está claro que para muchos chicos no basta, como motivación para el estudio, con el afán de saber; pero ¿puede ser eficaz una propuesta como ésta, similar a la de la Junta de Andalucía de premiar con 600 euros a los alumnos titulados en ESO que decidan cursar el Bachillerato? ¿Se debe recurrir a iniciativas más propias del mundo empresarial que del educativo? 

A mí me recuerda al programa de mejora de la calidad de los centros públicos en Andalucía, ampliamente rechazado por el profesorado, incluyendo el de nuestro instituto. En síntesis, este programa consiste en premiar económicamente a los centros que se acojan al mismo, si consiguen mejorar el rendimiento escolar de su alumnado. 

Cabe preguntarse si este tipo de motivaciones extrínsecas al sistema educativo, que no tienen nada que ver con el estudio en sí mismo, a la larga, no producen el efecto contrario, es decir, hacen disminuir el interés por el aprendizaje, en el caso de los alumnos, y por la enseñanza, en el de los profesores. Por  una sencilla razón: porque desapareciendo el estímulo, se acaba también la motivación. Así, sucede en el mundo empresarial, que hoy día se toma como modelo para todo y donde todo se compra y se vende. ¿Tiene precio el rendimiento de los alumnos y de los profesores?

MERCEDES SOSA

Cuando escucho “Alfonsina y el mar” en la voz de Mercedes Sosa, escucho también la voz de una amiga de la universidad interpretando esta misma canción; porque la cantante argentina perteneció a una época de lucha por la libertad, en la que memorizábamos sus canciones y las hacíamos nuestras, interpretándolas a la luz de la luna. 

Era otro tiempo y para los que lo vivimos Mercedes Sosa representa más que una cantante, como Rafael Alberti representa más que un poeta; eran símbolos de la libertad y de la justicia. 

Escuchar su voz es sentir el latido oculto de los que sufren o, como en la canción “Alfonsina y el mar”, el drama íntimo de una mujer que se suicidó por amor. 

Mercedes Sosa ha muerto, pero su voz potente y, al mismo tiempo, cálida, y su compromiso con los humildes permanecen con nosotros en el recuerdo.   

Rafael en su "Rincón solidario" también ha evocado su figura. 

 

LAS MIRADAS HABLAN

Por una mirada se inicia el proceso de investigación policial que conduce a la detención del asesino en “El secreto de sus ojos”. También por una mirada empieza una relación amorosa, que permanecía dormida en el tiempo. Y es que las historias que se cuentan en esta película de título tan acertado avanzan desvelándonos secretos que se ocultan tras las miradas de los personajes. 

Curiosamente, hablábamos ayer en clase de la comunicación no verbal, es decir, si existe una forma de comunicarnos más allá de las palabras; si nuestra actitud corporal, la del alumno y la del profesor, influye en el proceso de enseñanza-aprendizaje; si es importante dirigir la mirada a quien te habla para recibir no sólo sus palabras, sino también sus gestos y movimientos; si, en ocasiones, nuestros cuerpos pueden contradecir lo que afirmamos… 

Llegamos a la conclusión de que la comunicación no verbal es tan importante como la que realizamos mediante las palabras. De hecho, cuando hablamos, solemos acentuar lo que decimos con nuestros gestos y, al mismo tiempo, buscamos en la mirada y en la actitud corporal de quien nos escucha una señal que nos indique que la comunicación se está produciendo. En particular, para los profesores es muy importante, durante la clase, reconocer la complicidad y el interés de los alumnos hacia nuestra asignatura, a través de sus gestos y movimientos.  

En la película “El secreto de sus ojos”, aunque las miradas desempeñan un papel primordial, en un momento determinado, los personajes toman conciencia de que no es suficiente con ellas, que no basta sólo con los gestos, sino que son necesarios también los hechos y las palabras, para que la comunicación se produzca.  

Para facilitar vuestras intervenciones, os planteo algunas preguntas, relacionadas con lo que acabo de escribir:

 ¿Las miradas hablan? ¿Qué podemos expresar a través de ellas? ¿Influyen nuestros gestos y nuestra actitud corporal en el proceso de enseñanza- aprendizaje? ¿Es importante para vosotros que el profesor comunique también a través del lenguaje no verbal su pasión por la asignatura que imparte? ¿Puede el cuerpo contradecir lo que decimos, mediante las palabras?