Meursault, el protagonista de El extranjero, se siente extraño en un mundo del que no se reconoce parte. Todo lo hace maquinalmente (su trabajo en la oficina, la asistencia al entierro de su madre, etc.), como si fuera un autómata. Las relaciones que inicia son superficiales y producto de la casualidad. ¿Qué siente por los demás? ¿Qué siente por María, la joven con la que tiene encuentros sexuales? Una mera atracción física, ni siquiera está seguro de quererla. Cuando ella le propone casarse, le responde que le es indiferente, pero que está dispuesto a hacerlo, como lo haría con cualquier otra mujer.
Según el existencialismo, Meursault es un ser arrojado al mundo, sin que su presencia tenga alguna finalidad. Por eso, la vida para él carece de sentido. El mismo asesinato que comete, disparando repetidas veces a un hombre árabe, es absurdo, pues se debe a que el sol le bloquea los sentidos. Cuando le juzgan, no experimenta arrepentimiento alguno, como tampoco le resulta inmoral que su vecino Raimundo maltrate a su amante, o que Salamano golpee a su perro.
Releyendo esta novela de Albert Camus, he pensado en su actualidad y me ha parecido verla en la indiferencia de algunos jóvenes, a los que todo les da igual, incluyendo la educación que reciben en el instituto y a la que no encuentran ningún sentido; que pasan de la política, porque, según ellos, todos los que se dedican a ella son igual de corruptos; que dudan de las causas primeras, con las que les han familiarizado desde que eran niños; que lamentan, aunque en el fondo las vean con resignación, las injusticias sociales.
Sé que los tiempos han cambiado: que el planteamiento de Camus en El extranjero, como en otras de sus novelas, es progresista, porque cuestiona los principios establecidos y las convenciones sociales, tras las que hay mucha hipocresía; mientras que la posición de estos jóvenes es un tanto ecléctica, fruto de un sinfín de influencias diferentes y de un gran escepticismo hacia todas las verdades absolutas.
A lo mejor lo que se ha producido, siguiendo la teoría evolucionista de Darwin, es la adaptación al medio, y estos jóvenes han asimilado, sin saberlo, la ausencia de principios, a la hora de moverse en la vida, pero disfrutando de esta y aprovechando el momento, más de lo que lo hizo Meursault.