La violencia engendra más violencia. Ã?ste es el mensaje último que parece lanzarnos Steven Spielberg en su pelÃcula â??Munichâ?. Da igual que sea ejercida por los palestinos o por los israelÃes. En mi opinión ahà reside la grandeza de la pelÃcula que, a pesar de las dos horas largas de duración, no cansa en ningún momento. En la primera parte nos cuenta con emoción y suspense los asesinatos, a cargo de los servicios secretos israelÃes, de los palestinos que planearon la matanza de Munic en 1972. Y en la segunda parte, como en una pirueta dramática, los asesinos se convierten en vÃctimas, los perseguidores en perseguidos, la frialdad y el â??valorâ? en miedo y remordimiento. ¿Quiénes tienen la razón? ¿Los palestinos o los israelÃes? Spielberg no nos da la respuesta, aunque, si el mensaje último de la pelÃcula es que el ojo por ojo, el responder al terrorismo con violencia, sólo engendra más violencia y odio, podemos deducir que la solución al conflicto únicamente pasa por el entendimiento entre las dos partes. Y Creo que la enseñanza es trasladable a nuestros dÃas y a otro tipo de situaciones, porque, al fin y al cabo, los paÃses que recurren a la violencia para castigar los actos violentos son dictaduras camufladas de democracia. Del mismo modo, que las personas que proponen el castigo fÃsico y la humillación para castigar a los violentos son dictadores disfrazados de demócratas.
MatÃas Regodón
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Vaya, una frasecita que has puesto: «Da igual que sea ejercida por los palestinos o por los israelíes» puede traer cola, según muchos políticos conocidos no daría lo mismo, los primeros serían terroristas y los segundos estarían defendiéndose. Interesante debate.