Sobre el amor

Ya que estamos en la semana del amor, no viene mal releer algunas páginas escritas sobre este sentimiento. He seleccionado el capítulo 7 de â??Rayuelaâ?, novela escrita por Julio Cortázar. Un hombre enamorado habla de la boca de una mujer como si estuviera creándola de nuevo; juegan a mirarse cada vez más cerca y se besan:

â??Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.�

Bécquer es nuestro poeta del amor y quizá por eso nos guste tanto. En una de sus cartas literarias a una mujer, pregunta figuradamente a ésta: «-¿Quieres saber lo que es el amor?». Y responde él mismo: «Recógete dentro de ti misma, y si es verdad lo que abrigas en tu alma, siéntelo y lo comprenderás, pero no me lo preguntes». Es decir, el amor es algo personal e íntimo, difícilmente explicable». Añade: «Yo sólo te podré decir que él es la suprema ley del universo; ley misteriosa por la que todo se gobierna y rige». El amor es para el poeta sevillano fuente inagotable de la poesía:

«Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!»

Versos como éstos han sido memorizados por generaciones enteras, incluido el alumnado del I.E.S. Gran Capitán, porque Bécquer es nuestro poeta del amor. Por todo esto, porque lo hemos disfrutado en clase y porque es un poeta andaluz, os animamos, también a los padres y madres, a leer sus textos y hacer comentarios sobre ellos o sobre lo que ha significado Bécquer en vuestras vidas. Especialmente os recomendamos las Rimas seleccionadas por los alumnos y alumnas de 4º de ESO, para recitarlas con motivo del Día de Andalucía: II, IV, VII, XI, XII, XIII, XIV, XVI, XVIII, XXIV, XXVII, XXXVII, XLII, XLIII, LIII, LXVIII.

Si no disponéis en casa de un libro con sus poemas, podéis encontrarlos en la siguiente página Web:

http://cvc.cervantes.es/obref/rimas/rimas/indice.htm

Matías Regodón

LA VIDA EN LAS VENTANAS

 

A propósito de las relaciones entre Poesía y Matemáticas, comentábamos la fascinación que le produjo a Rafael Alberti la proporción áurea. Pues bien, de la fascinación del poeta gaditano ante este concepto matemático, pasamos a la inquietud y el desasosiego que despierta en sus lectores la novela �??La vida en la ventanas�?� de Andrés Neuman. Seguimos pues con la emoción.

Este es nuestro comentario de la novela:

LA VIDA EN LAS VENTANAS

Andrés Neuman

Espasa Calpe, S.A. 2002. Madrid

Del mismo modo que el siglo XX estuvo marcado por el cine, el siglo XXI está marcado por Internet, pues cada vez es más frecuente utilizar la Red para comunicarse. Por eso, que Andrés Neuman en �??La vida en las ventanas�?� trace una biografía imaginaria del protagonista, mediante los correos electrónicos que éste envía a una joven sin rostro, constituye un ingrediente de actualidad y un primer atractivo de la novela.

Pero no es el único, porque el ambiente en el que se mueve este chico universitario, la vida anodina que lleva, su familia, todo apunta a la época en la que estamos viviendo. Esto, unido al tono de confesión en el que está escrita, hace que «La vida en las ventanas» se lea con gusto y facilidad, reconociendo en la vida de Net, el protagonista, la de cualquier joven de hoy día.

Todas sus ilusiones se centran en escribirle mensajes a una joven casi desconocida, ante la que se desnuda interiormente, descubriéndole su amistad con Xavi, su difícil convivencia familiar, sus leves experiencias con las drogas, sus devaneos con Cintia… Tras estos correos electrónicos, se oculta un enorme vacío interior, una necesidad imperiosa de comunicación. Estas palabras resumen su situación: «Mi casa, un manicomio. La calle, una trinchera. El bar de Xavi, un cementerio». Además esa mujer a la que escribe y con la que tuvo una relación no le responde: «Después de mi último correo he estado buscándote. Necesitaba escucharte, saber que eres algo más que el eco blanco que devuelve mis cartas». Incluso llega a dudar de su existencia: «Dónde estás, Marina, ¿o eres un personaje para la memoria, un espejismo que he inventado para poder hablarle». Quizás la palabra que más le cuadre a Net sea la de náufrago («El correo del náufrago» se titula precisamente la primera parte de la novela). Un náufrago perdido en el océano de la vida que envía mensajes de socorro periódicamente. Un individuo, como le define Xavi, que trata de salir ileso de todo, que se acerca a los demás sin implicarse demasiado, pues eso le supondría sufrir y no está dispuesto a ello, de ninguna manera. En cambio, su amigo se vuelca en los que le rodean hasta el fracaso: «a mí lo único que me hace daño es la pasividad y no la rabia y ni siquiera el rencor, ésos me alimentan, ¿no ves que estoy hecho de ellos». También Paula, la hermana, de Net es muy diferente a él. Dice Xavi �??personaje clarividente de la novela- que es clara como una figurilla de cristal, que le gusta ver cómo la luz entra y sale de ella. Esto explica los enfrentamientos con sus padres. Son formas diferentes de caminar por la vida.

Pequeños saltos en el tiempo le permiten a Andrés Neuman avanzar en la historia, de un modo natural, proporcionándonos noticias de los hechos cuando ya han sucedido. Así, a través de su memoria, vamos conociendo el devenir de los personajes: la separación de los padres de Net, la independencia de su hermana y sus propios planes de futuro.

Logra también mantener la intriga, a lo largo de la narración, dejando cabos sueltos que los lectores esperamos recoja en algún momento. Uno es Xavi, a quien dábamos por perdido, y que retorna al primer plano con una inesperada relación sentimental, tras la que se oculta el deseo de estar con Net. Otro cabo suelto que se acaba recogiendo es la relación de su madre con alguien imprevisto y que explica las salidas nocturnas de su padre.

Nada es pues lo que parece en esta novela, incluso las cartas �??sus correos electrónicos- son escritas por el narrador protagonista para olvidar el dolor, proyectando en ellas sus imágenes que vienen y van por las ventanas de los ojos o de los edificios de enfrente de su casa o del ordenador, hasta desaparecer. Así, como una terapia para sobrevivir, como una forma de entender la literatura.

Si queréis conocer algo más sobre el autor de la novela, Andrés Newman, esta es su página web oficial: http://www.andresneuman.com/

Matías Regodón

El siguiente fragmento, extraído de un artículo de Antonio Muñoz Molina, â??El vicio sin castigoâ?, resume bien el acto de leer un libro:

â??Uno se sumerge en un libro, desciende lentamente hacia el fondo de un medio más denso y menos iluminado que la realidad exterior. Uno cierra su escotilla, se acomoda en el silencio. El mundo real unas veces es gozoso y otras es hostil. En la cámara sumergida del libro, uno se encuentra a salvo de todo, transitoriamente. El mundo real, la experiencia concreta, pueden ser felices o desdichados, estimulantes o tediosos: sea como sea, uno vive en ellos sometido a severas limitaciones de tiempo y espacio, a un reparto de personajes nunca numeroso, a la posibilidad del aburrimiento. El libro multiplica las dimensiones del mundo y la variedad de los paisajes y las vidas; lo salva a uno de la inmediatez literal de las cosas, de su anclaje fatal en el aquí y en el ahora, en el yo consabido. Pero el libro no embota la curiosidad hacia el espectáculo ilimitado y gozoso de lo más cercano: bien leído, es una lente de aumento, un microscopio, un telescopio, una máquina del tiempoâ?.

Para que el libro nos salve de â??la inmediatez literal de las cosas, de su anclaje fatal en el aquí y en el ahoraâ?, es necesario que lo hayamos elegido libremente, porque â??el verbo leer -como señala Daniel Pennac- no soporta el imperativoâ?.

Y eso es lo que vamos a hacer nosotros en este blog: elegir las lecturas que nos gusten y ofrecer un comentario sobre ellas.

Matías Regodón