IR DE CRÁNEO

Acabo de escuchar una tertulia, en el programa de radio nacional “No es un día cualquiera”, sobre la expresión “ir de cráneo”, que, según el diccionario de la RAE, se utiliza para referirnos a las personas que se hallan en una situación comprometida, de difícil solución; personas que pierden el control sobre lo que hacen.

Oyendo el programa, he recordado la película “Cisne negro”, recientemente premiada en los Óscar, cuya protagonista es una bailarina que ha alcanzado la perfección técnica; pero, para interpretar “El lago de los cisnes”, se le exige algo más: seducir, transmitir pasión, mediante sus gestos y movimientos, para lo cual necesita perder el control, que la hace técnicamente perfecta; dejarse llevar por la música y que su baile resulte espontáneo y lleno de vida. Esto la obsesiona hasta el extremo de lesionarse a sí misma con el fin de experimentar la fuerza y la pasión que necesita para encarnar al personaje; sin embargo, no es consciente de este proceso de autodestrucción, como no lo somos los espectadores, que asistimos sorprendimos a hechos, que aparentemente carecen de explicación. Sólo al final, cuando la bailarina representa, por primera vez, “El lago de los cisnes”, tomamos conciencia de la tragedia.

Resulta sorprendente que a una persona, que ha consagrado su vida a conseguir el objetivo de protagonizar un ballet, para lo cual se ha esforzado, hasta la extenuación, ha renunciado a su intimidad y ha llevado una existencia austera, sometida a una disciplina estricta, en especial en los hábitos alimenticios, se le exija justamente lo contrario para lo que ha sido preparada: la pérdida del control.

A algunos alumnos les sucede al revés que a la bailarina de «Cisne negro»: les exigimos que no pierdan el control, que no se dejen arrastrar por el instinto o las pasiones. Se comentaba, hace unos días, en la sala de profesores el caso de una chica, a la que las circunstancias, de vez en cuando, la desbordan y lleva a cabo acciones de las que luego se arrepiente. Las circunstancias son de lo más comunes en el ámbito docente: la comunicación de un suspenso que no espera, una amonestación verbal del profesor, que considera injusta, etc. Sin embargo, algo sucede en la mente de esta alumna, “se le cruzan los cables”, como se dice vulgarmente, y se enfrenta al profesor o a quien se le ponga por delante.

Es evidente que todos, alguna vez, nos hemos encontrado en una situación comprometida, y hemos perdido el control, incluidos los profesores, porque no siempre nos levantamos con el pie derecho ni nuestros alumnos se comportan adecuadamente.

Claro que perder el control no siempre nos va a llevar a faltarle al respeto a las personas con las que convivimos o a autodestruirnos, como le sucede a la protagonista de «Cisne negro», sino que, a veces, puede ser un incentivo, que nos saca de la rutina y nos hace madurar.

5 pensamientos en “IR DE CRÁNEO

  1. Hola Matías, me gustaría dejar mi comentario con la simple esperanza de que a alguien que lo lea, o se lo comenten, le haga pensar un poquito sobre el tema de perder lo que vulgarmente se dice “la compostura”.
    A mi edad, estoy segura de que influyen, entre otros, dos elementos: Uno el carácter, que cada cual lleva innato, aunque se puede modificar, de hecho todos lo vamos modificando con el paso del tiempo y el otro es la ignorancia. ¡¡Si si!! la ignorancia que nos hace un poquito irracionales y saltamos cuando pensemos que llevamos la razón, a veces, sin detenernos a empalizar y comprender a los demás. (A mí me ha pasado).
    Pienso nunca deberíamos perder el control, pero sí que debemos “protestar” aunque siempre de forma razonada y educada, porque pensándolo bien quien escucha nuestra protesta lo va a hacer si protestamos con educación y razonablemente, mientras que si nuestra protesta es malsonante, maleducada y fuera de lugar, con toda probabilidad no se nos va a prestar la atención adecuada.
    Y por supuesto, respetarnos a nosotros mismos, que no siempre es fácil.
    Todo es cuestión de proponérselo y practicarlo.
    Saludos.

  2. Me gustaría decir, en primer lugar, que desgraciadamente no he tenido la oportunidad de ver la película “Cisne Negro”, pero me han llegado comentarios bastantes buenos al respecto, catalogándola como una gran película, capaz de demostrar los límites del ser humano en sus más amplios conceptos.

    No obstante, sí puedo comentar sobre el tema central de tu entrada, Matías: ¿perdemos en ocasiones el control de manera injustificada? Sí por supuesto que sí, todos en algún momento hemos sido incapaces de controlar nuestros instintos o nuestros impulsos y hemos actuado de un manera alocada, reprochable, e incluso realmente incorrecta, que nos ha llevado a una gran angustia, al pensar posteriormente en nuestra forma de comportamiento. Todos, por más o menos correctos que nos consideremos, hemos llegado alguna vez a esta situación, y es que es propio de la naturaleza humana, somos como animales, en muchas ocasiones, actuamos sin control alguno, y basándonos en impulsos que a veces nos hacen obrar mal.

    Sin embargo, siempre, tras estos actos, viene un sentimiento de reproche, de culpa, que hace que nos sintamos aún peor por nuestros actos, y que nos demos cuenta de que no hemos obrado correctamente, es ahí donde está lo importante de cuando actuamos mal, lo fundamental no es impartir castigo o pena, sino que la persona que que ha molestado se dé cuenta de que no ha hecho bien, y sea capaz de mejorar por sí mismo.

    Con respecto a la protagonista de la película, me la imagino como una mujer muy recatada y perfeccionista, cuya representación en la famosa obra le hace ver un lado oscuro de sí misma que desconocía, pero que se hace cada vez más y más fuerte, originándole una pérdida completa del control.

    En cuanto a la chica a la que te refieres, Matías, no tengo la más mínima idea de quién se trata y tampoco es de mi incumbencia, pero estoy seguro de que si actúa de esa manera tan impulsiva, tendrá más de un problema, por ello, ha de aprender a controlarse como es debido, y en vez de pedir perdón y reflexionar después de haber obrado mal, pensar primero en cómo debe actuar.

    Para finalizar, y con respecto a los ejemplos expuestos, es cierto que en los casos del instituto, con lo referente a los exámenes o a las noticias académicas, los alumnos perdemos el control y también es cierto que los profesores no se comportan en muchas ocasiones lo mejor que pueden y deberían. Nadie es perfecto. Todos tenemos cosas que mejorar, y es eso lo que nos hace evolucionar como personas, sin embargo hemos de ser conscientes de donde están nuestros propios límites y hacer buen usos de ellos, porque de lo contrario, nos veremos encerrados dentro de un mundo propio del que nunca podremos salir…

  3. El tema que tratamos hoy es muy serio, ya que les afecta bastante a los adolescentes, pues, en esta etapa de la vida, es cuando más cambios de actitud se producen, y casi siempre se actúa de forma incontrolada, brusca, pensando que así nos hacemos más fuertes y podemos conseguir lo que queremos. Yo no he visto aún la película “Cisne negro” , espero verla pronto, porque creo que es muy buena, pero más o menos sé dé qué va, cuando una persona es demasiado perfeccionista, quiere que todo le salga bien y no acepta quedarse a medias en lo que quiere conseguir, cosa a veces muy peligrosa, porque intentar ser perfecto es algo imposible, y puede llevar a una persona a la desesperación o incluso a la locura. Por ello, todos deberíamos pensar que no es tan importante ser los mejores en lo que hacemos sino que lo que hacemos nos haga felices tanto a nosotros como a los que nos rodean, aunque seamos sòlo mediocres.
    Yo soy una persona bastante tranquila, pero, por ejemplo, cuando tengo que conseguir algo que me supera, como es estudiar filosofía y entenderla, no sé qué me pasa, pero pierdo los nervios y me desespero, solo me consuela ponerme a llorar y llorar, y es cierto, que después de hacerlo me siento más relajada y puedo seguir estudiando.
    Hay jóvenes que, cuando no consiguen salirse con la suya o se les recrimina algo, como es el caso de algunos alumnos, actúan de forma agresiva, pero eso, pienso que es un problema de carácter, y va a ser agresivo en el instituto y en cualquier otro lugar, con sus amigos, con su familia, etc.

    Yo pienso que la violencia y la agresividad no llevan a ningún sitio, lo único que se consigue con eso es que esa persona se quede aislada, que todos le den la espalda, tenemos que ser más humildes y no creer que siempre tenemos la razón, saber aceptar nuestros errores y sobre todo saber pedir perdón. Nadie es perfecto, ni falta que hace.

  4. En primer lougar, tengo que decir que he podido ver la película y creo que es fantástica y que se merece los premios que ha recibido.
    Centrándanos en el tema, pienso que, bueno, hay gente que, ante determinadas situaciones pierde los papeles muy rápido( en ocasiones puedo servir como ejemplo). Estas personas dederian recapacitar sobre su manera de ser y de comportarse y ver que no hay que ser así, no hay por qué saltar a la mínima, hay que pensar que hay gente detrás con sentimientos que se pueden herir en un arrebato de genio y no se lo merece, porque sólo intenta ayudar, como puede ser el caso de la niña citada por Matías. Hay que pensar en los demás, en las intenciones que tienen al decirnos lo que nos intentan decir, escucharlos e incluso agradecer su ayuda, porque al fin y al cabo nadie quiere el mal de nadie, ya digo, en mi caso, yo pensé esto mismo, pensé que no se pueden perder las formas por tonterias y que hay que escuchar todo lo que nos dicen y tratar bien a las personas y con educacion.

  5. Pues bien, el tema que se trata aquí está a la orden del día, sobre todo en nuestra edad, la adolescencia. Cierto es que en la sociedad de hoy día , en la que se están perdiendo los papeles , se ve cada vez más desbordada por este tema. En la sociedad se están perdiendo los valores y esto hace que las generaciones actuales pierdan el respeto a los demás.

    Sinceramente, me resulta incómodo y un poco molesto, cuando la gente pierde los papeles , pero a la vez los comprendo, es decir , me veo en esa situación y soy consciente de que hasta él más pintado puede perder los papeles y no estamos libres de ello , luego el tema de perder los nervios lo veo comprensible , pues es cierto que los exámenes se aprueban estudiando y siendo responsable , pero hay veces , como puede ser el caso de esta chica (aunque ahora matizaré una cosa) , que estudiando a lo mejor no se obtienen los resultados deseados, esto lo veo comprensible , pues amigos míos a veces se han desesperado al ver que la nota que han sacado en un examen no corresponde o equivale con la horas de dedicación que se le han invertido, esto hasta cierto punto es entendible y respetable.

    Pero, ahora bien y centrándome en la matización que quería hacer , pienso que se pueden perder los nervios , pero siempre se debe intentar desde el respeto , cosa realmente difícil, pues en caliente se dicen muchas cosas que en una conversación dialogada no se dicen , luego creo que esta “cruzada de cables” va en consonancia con la educación de cada uno, pues la persona consecuente es consciente de sus límites y no la “lía” cuando piensa que algo que no está a su alcance debería estarlo.

    Respecto al tema de la autoexigencia , creo que es un arma de doble filo , pues, en mi caso , que me considero bastante exigente, hace que intentes mejorar día a día y esto te hace vivir momentos de agobio , que realmente no sabes si te compensan , aunque la exigencia siempre da sus frutos.

    Respecto a la pérdida de control y dejarnos llevar por las pasiones o instintos, hace que nos convirtamos un poco en animales , pues no se atiende a razones y pensamos que llevamos la razón. Debemos siempre pararnos a reflexionar unos segundos antes de saltar al “ataque” , pero esto es difícil , lo digo desde la experiencia , pues a veces soy un poco inoportuno y no me paro a reflexionar ; cuesta.

    La película no la he visto , sinceramente, pero intentaré verla , pues si le han dado tantos premios por algo será.

    Para finalizar, quiero decir que cada persona es un mundo y que nadie lleva la razón absoluta , todo es relativo , y sobre todo , antes de perder los nervios deberíamos ser consecuentes y reflexionar.

    ———————FERNANDO GÓMEZ AGUILAR——————–

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