Alejandro Casona, dramaturgo perteneciente a la Generación del 27, participó en numerosos proyectos culturales, entre los que se encuentran las Misiones Pedagógicas, patrocinadas por el Gobierno de la Segunda República Española (1931-1939) y que tenían como finalidad difundir la cultura general y la educación ciudadana, especialmente, entre la población rural.
Retablo jovial, el libro que estamos leyendo en clase de 4º de ESO, se inserta en este proyecto de las Misiones Pedagógicas, pues las cinco farsas que lo componen las escribió Casona para el Teatro del Pueblo, compañía ambulante, dirigida por él mismo, que llevó a cabo, durante cinco años, más de trescientas representaciones, en otros tantos pueblos de España.
Comenzamos, hace una semana, con “El mancebo que casó con mujer brava”, adaptación teatral de un cuento homónimo de El Conde Lucanor de Don Juan Manuel, donde un joven logra domeñar el fuerte carácter de su mujer, fingiendo, desde el principio, una agresividad desmedida.
Su lectura nos hizo reflexionar sobre dos cuestiones: la moraleja de la historia y el control de los impulsos.
Si una persona hace creer a la gente que es de una manera y después se comporta de otra, no se podrá confiar en ella. Esta es la enseñanza que nos trasmite la farsa y en cuya actualidad todos estuvimos de acuerdo.
Con respecto a la segunda cuestión, el mancebo consigue doblegar el carácter de su mujer, mediante el miedo. Sin embargo, esta forma de actuar es hoy día a todas luces inadmisible, porque estamos en una sociedad donde se respetan los derechos de las personas y se sanciona cualquier tipo de agresión contra su integridad física o moral.
Aplicándolo a la enseñanza, me pregunto y os pregunto qué recurso le queda a un profesor, aparte de la expulsión, cuando algunos alumnos, dejándose llevar por los impulsos, interrumpen o dificultan el normal desarrollo de la clase. Si les reconviene amistosamente, estos alumnos no suelen reaccionar, al contrario, persisten en su actitud negativa; si se dirige a ellos de modo enérgico, elevando el volumen de la voz, le reprochan que un profesor nunca debe perder el control y las buenas formas.
En la actualidad, esta moraleja tiene que ver mucho con algunas familias en las que se siguen dando estos casos en el que el hombre es el que lleva los pantalones y se hace lo que el dice, si no se produce el maltrato, aunque yo eso no lo veo así, pues hay el mismo derecho para que los 2 puedan llevar la casa.
En mi clase la pérdida de control se da a menudo, por ejemplo, cuando el profesor nos regaña, porque hemos hecho algo; hay veces que eso es así, pero también hay veces en las que el profesor no lleva la razón y se lo intentamos explicar, pero no nos deja y es cuando se produce la perdida de control y el alumno discute con el profesor y el profesor con el alumno.
Sobre la moraleja de la farsa «Si una persona hace creer a la gente que es de una manera y después se comporta de otra, no se podrá confiar en ella.» pienso que tambien se vive en la actualidad. Mucha gente conocida se comporta así: muestra lo que no son y te trasmiten desconfianza.
Sobre la segunda cuestion, en mi clase se ve mucho esta situacion, y yo en lugar de discutir con el alumno, le pondría un parte y ya está. Así, verás, como ya no vuelve a pasar esta situación.
Moraleja del cuento:
La verdad es que hay mucha gente que tiene dos, caras porque cuando está delante de ti actúa de una manera y luego de otra e incluso dice cosas malas de ti a otras personas y tu te creías que era tu amigo. La verdad es que las personas que hacen este tipo de cosas no merecen ni siquiera que les hablen, porque lo que no puede ser es que tú le cuentes cosas íntimas tuyas a la persona que crees que es tu amiga y luego resulta que te pone verde por detrás.
Sobre la pérdida del control:
En ocasiones, es normal que la gente pierda el control, porque, si hay personas que las ponen a prueba, llega el momento en que explotas y empiezas a levantar la voz y cosas por el estilo, pero, una vez que nos hemos calmado, reflexionamos y entonces sabemos que lo que hemos hecho está mal y debemos pedir perdón, pero siempre debemos mantener la postura e intentar que la otra persona se dé cuenta de que lo que ha hecho está mal y debe rectificar sus actos.
Estoy de acuerdo, en que las personas que tienen doble personalidad a mí personalmente no me dan ninguna seguridad. No me gustan esos tipos de personas. Sí, estoy de acuerdo, en que poco a poco vamos creciendo, y pueden ir cambiando nuestros comportamientos, nuestros tratos…, con las personas.
Pero lo que yo no veo bien, es que seamos de una forma y delante de las personas seamos otras completamente diferentes a como somos en la realidad. Porque la gente se da cuenta y podemos tener un grave problema con ellas, e incluso, nos cogerán coraje, no confiarán en nosotros, y realmente no nos conocerán.
Tema, «sobre la perdida del control»:
A mí esto jamás me ha ocurrido, que una persona tenga que perder el control conmigo, que me tenga que decir dos o más veces algo que estoy haciendo mal. Entiendo que esa persona pierda el control, cuando ves que está haciendo algo mal un alumno, al que le imparte una educación, y él no hace caso a la primera, ¡lo entiendo!, por eso hay que ponerse a la defensiva cuando el alumno no hace caso de la primera advertencia que se le da. Tanto como el profesor puede perder el control, también esto le ocurre al alumno, pero de una forma mucho más defensiva.
Respecto a la pregunta que ha formulado el profesor de «El mancebo que casó con mujer brava»,en concreto sobre la moraleja, es verdad que, si una persona se comporta de una manera y luego es en realidad de otra forma, no puedes confiar en ella, porque te va a hacer lo mismo. Entonces todos pasarán de ella, porque no le creerán nunca, aunque hay veces que tiene uno un mal día y se comporta de manera muy diferente a como es en realidad.
Y respecto al tema de la pérdida de control, en mi opinión, se puede recurrir a avisarle una vez; que no hace caso, se le echa; y si tampoco hace caso, pues se le pone un parte y se queda en clase para «molestarle» aún más.
Primer tema.
Yo conozco a muchas personas con dos caras, por una parte, pueden ser muy simpáticas y buenas contigo y después a tus espaldas te insultan o les caes mal. Esas personas suelen caerte bien al principio, pero luego, cuando te das cuenta de como realmente son, la dejas de lado y buscas personas verdaderas.
También hay otro tipo de personas que se inventan o modifican anécdotas de su vida para contárselas a los demás para que crean que son mejores o más chulos, pero al final estas personas ante la sociedad quedan como unos mentirosos y nadie se cree lo que cuentan.
Segundo tema.
Yo creo que el método para que los alumnos tengan un buen comportamiento en clase es el respeto. Si un profesor el primer día de clase se presenta y deja que sus alumnos hablen o que hagan lo que quieran, estos se lo tomaran así y con ese profesor hablarán y tendrán un mal comportamiento; pero, si el profesor impone respeto y no deja que hable nadie y si alguien se pasa lo expulsa o le pone un parte, yo creo que esos alumnos tendrán otra impresión sobre ese profesor y tendrán un buen comportamiento.
Como siempre hay excepciones, por ejemplo, para esos alumnos que siempre, sin importarles nada, molestan y no dejan continuar la clase. Lo mejor sería expulsarlos y que los alumnos suspendieran y así se dieran cuenta de que su comportamiento no es el adecuado y, si no cambia, será porque no le importa su futuro.
Para que el profesor no pierda los nervios, yo creo que lo mejor sería llamarle la atención al alumno y, si no cambia, expulsarlo un rato para que se calme, como suelen hacer muchos profesores, y tener paciencia y esperar a que se pase el curso y tengas alumnos nuevos y recopilar paciencia durante el verano.
Yo pienso que este cuento sigue persistiendo en la actualidad, a la hora de conocer a alguien, porque no sabes si le va a gustar la forma de ser que tienes, actúas de una manera diferente a la corriente, como por ejemplo, cuando un amigo tuyo te presenta a una chica y el amigo un rato antes te dice que a la nena le gustan los chavales alegres y graciosos, y cuando pasa el tiempo, a la nena le gustas y, cuando ya ves que le gustas, actúas de otra manera, porque en realidad eres aburrido y con carácter. La nena se va a dar cuenta en realidad de cómo eres y va a pasar de ti.
Eso de que un profesor no puede alterarse no es del todo cierto, porque yo veo bien que se cabree, cuando sea necesario, como por ejemplo, cuando algún alumno pega voces e interrumpe la clase, que le castigue y le pegue él voces o incluso que le ponga un parte; pero siempre que tenga razón, porque hay otras veces que no se entera bien y se enfada con el que no ha sido o no ha hecho nada.
Sobre la moraleja del cuento, pienso que se sigue dando en la actualidad y bastante; es más, por mi vida han pasado algunas personas que me han hecho creer que son de una manera cuando al final me he dado cuenta de que son totalmente diferentes, y me han tenido engañada todo el tiempo; estas son personas falsas que te han hecho creer algo que verdaderamente no eran.
También sé que hay algunas que se dan cuenta de que así no pueden llegar a ningún lado, que la gente las rechaza y no las quiere tener a su lado. Entonces estas personas rectifican y vuelven a ser como han sido siempre.
Con respecto a la segunda cuestión, es verdad que muchas veces el profesorado pierde el control, porque dice algo al alumno de buenas maneras y este no le hace caso, y si a lo mejor le eleva un poco más la voz el alumno ya cree que le está pegando voces y le contesta también de malas maneras.
En resumen, que al final siempre pierden el control los dos, y esto lleva a no tener otra alternativa para el profesor, que poner un parte al alumno o expulsarlo de la clase. Estas cosas no pasarían, si todos escuchamos ,dialogamos e hacemos caso al profesor.
Yo pienso que todavía se sigue dando en la actualidad, pues hay personas que dicen que son de una forma y el día menos pensado te das cuenta de que es todo lo contrario; te llegas a dar cuenta tarde porque todo sale a la luz, pero el problema es que, cuando pasa eso, ya es tarde y hay cosas que no te crees .. Porque puede ser una persona importante en tu vida, has podido pasar buenos momentos con ella .. En general, las personas que son de verdad son aquellas que, pase lo que pase, siempre están ahí, con su cara verdadera, con sus verdaderos sentimientos y te aceptan tal y como eres, no hace falta inventar cosas y decir cosas que no son, porque cada persona es diferente, cada uno tiene sus defectos y sus virtudes, ya que somos personas. Aquellas que hacen eso yo pienso que nunca cambian y, si cambian, es porque se han quedado solas.
Segunda cuestión
Hay tanto profesores como alumnos que pierden el control, en general todos lo perdemos alguna vez .. Desde el punto de vista del profesor, puede ser un día malo o tal vez que ese alumno sea así constantemente, que todo lo que digas le de igual y ahí es cuando suben los humores, los malos genios, palabras mal sonantes.. Y cuando ya no le queda otra alternativa tiene que expulsar al alumno de la clase o ponerle un parte de incidencia por sus actos, y dicho alumno se intentará quedar en lo alto diciendo que no estaba haciendo nada, que le tienes manía, que siempre la tomas con él.. Es difícil esta cuestión, pero siempre hay que mantener la calma y hacer todo lo mejor posible para no llegar a actos no deseados por parte de cada uno, aunque muchas veces no es fácil.
En la moraleja de este cuento consigue que su mujer se vuelva sumisa a través del miedo, de la agresividad. Pero ahora eso no se puede hacer, como bien has dicho Matías «estamos en una sociedad donde se respetan los derechos de las personas y se sanciona cualquier tipo de agresión contra su integridad física o moral.» Si una persona nos muestra cada día una forma de ser, un carácter diferente al suyo, cuando muestra su carácter real, directamente piensas «será falso/a» y te enfada, te mosquea… Y todo cambia si desde el principio no muestra su forma de ser real, no hay que fingir para gustar a una persona o para darle miedo o temor, sino ser tal y como eres, así ganas más, no engañas a nadie con tu personalidad.
La segunda cuestión. Algunos alumnos para hacerse notar se portan mal. Cuando le dices que no lo hagan, lo siguen haciendo y en tus propias «narices». Muchas veces los profesores se muestran más «sensibles» de lo que debieran ser, no es que se sea más estricto, sino que con quien no obedezca sus órdenes debe mostrarse firme, porque si no nunca cambiará, porque una cosa es tener un día tonto y estar de guasa, no que todos los días haciendo el ganso en clase.
Quisiera reflexionar sobre estos dos puntos, ya que el profesor ha estado bastante interesado en mi punto de vista, porque ha habido algunas pequeñas disputas sin importancia en clase. Me hace gracia por qué el profesor me llama la atención de vez en cuando, sin venir a cuento, aunque algunas veces lleva un poco de razón, pero la mayoría no. Siempre intento decirle qué es lo que pasaba o lo que yo estaba haciendo realmente, pero resulta que el profesor habla para no dejarme hablar a mí, para no poder escucharme, no sé por qué motivo, pero me parece bastante gracioso.
Luego, aparte de mi propia experiencia, opino que el profesor debería saber primero qué alumno ha sido el que ha hecho alguna cosa, y no echarle las culpas al que le haya parecido, porque a lo mejor, no ha sido él, quién sabe. Por otra parte, si sabe quién ha sido y ese alumno está creando verdaderas molestias, el profesor debería echarlo al pasillo, pero todo esto, habiéndolo pensado antes con detenimiento.
Luego, por otra parte, está la moraleja esa, que no sé mucho lo que poner, ya que no estaba cuando leímos eso en clase, y no me he enterado muy bien de lo que va. Solo sé que es normal que la gente desconfíe de una persona, cómo decirlo, más o menos bipolar, tú puedes tener una forma de ser constante, no a ratos, que por ejemplo seas super buena gente y muy simpático, y otro día ser tonto y fanfarrón, por eso, estoy de acuerdo con esta moraleja.
Opino que depende de la persona a la que se le esté echando la bronca, porque, si esa persona está pasando del profesor de una manera olímpica, pues se le echa fuera y punto; pero, si esa persona intenta hablar con el profesor para explicarle lo que ha pasado y este empieza a pegar voces y no dejar al compañero expresarse, al alumno no le quedan más que dos opciones, o callar y salirse, cosa que molesta bastante porque te das cuenta de que no te han hecho ni caso, o recriminarle al profesor lo que ha pasado o decirle que se tranquilice.