Hace unos días una amiga me invitaba a leer una colaboración suya para una revista, en la que menciona fotografías que han marcado su historia personal y que, al contemplarlas de nuevo con el paso del tiempo, descubre que tienen la facultad de curar heridas pasadas y presentes.
Leer su colaboración me hizo pensar en mi propia vida reflejada en las fotografías que guarda mi madre en una caja de metal antigua y, que cada vez que la visito, solemos abrir juntos para recordar momentos del pasado.
Pero las fotografías no son el único medio para adentrarse en la historia personal. Ahora que estamos en otoño, estación del año en que las hojas de los árboles caen impulsadas por el viento hasta cubrir nuestras calles y plazas de una alfombra amarillenta, y que se anuncian lluvias generalizadas en toda España, me he acordado de un soneto de Jorge Luis Borges, en el que evoca la figura de su padre, a partir de las uvas mojadas por la lluvia:
Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto
Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.
Así como las fotografías de la madre de mi amiga le adormecen el dolor de su pérdida, prolongando su vida en la memoria, la lluvia minuciosa del presente se convierte, como por arte de magia, en algo del pasado, y le trae al escritor argentino la voz deseada de su padre.
Por desgracia, en mi vida falta una persona muy especial, mi abuelo. Mi abuelo era una persona muy cariñosa con sus seres queridos y muy justo con las personas que le rodeaban, en pocas palabras, era una persona ESPECIAL. Un día estábamos en casa de mi abuela y vi un álbum de fotos escondido y un poco viejo, lo cogí y empecé a verlo con mis padres, mi hermano y mi abuela. Empezamos a evocar recuerdos de hace unos 10 o 12 años y, al ver a mi abuelo siempre rodeado de buenas personas y de sus seres queridos incluida yo, me emocioné. Estuvimos unas horas recordando viejos tiempos y hablando de historias y aventuras que pasaron mis tíos con mi abuelo. Pero siempre pase lo que pase lo tendré en mi corazón al igual que mi familia.
Las fotografías son algo tan importante como la historia que llevamos vivida a lo largo de nuestras vidas, ya que son ellas las que guardan momentos increíbles que quizás no recuerdas, son ellas las que cuando echas la vista atrás te recuerdan cada momento plasmado en una imagen. Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras y así es, cuando te cuentan algo, te lo imaginas a tu manera y, sin embargo, con enseñarte una fotografía ya te haces una idea de lo que te cuentan.
Las fotografías guardan situaciones de las que no quieres olvidar y guardan alegría, cariño, felicidad … yo he tenido abuelos pero mi relación con ellos era muy normal y poco cariñosa y tampoco he tenido muchas fotos con ellos por motivos familiares . En cambio, cuando ingresaron a mi hermano en el hospital, varias semanas por un neomoorax , cuando volvía a mi casa y él no estaba miraba la fotos que teníamos juntos ,momentos en los que siempre estábamos felices y nos lo pasábamos muy bien , el mirar esas fotos me hacia olvidarme de que no estaba a mi lado ,porque me lo recordaba y no pensaba dónde estaba sino en cómo nos lo estábamos pasando . Las fotografías son un bonito recuerdo de cada momento de felicidad que estamos viviendo en ese momento , que siempre las tendremos y que puede hacer recordad y traer de nuevo a nuestros seres queridos haciendo olvidar que ya no están.
Me encanta mirar fotos de cuando yo era pequeña y álbumes de cuando mis padres eran jóvenes, me vienen a la mente muchísimos momentos y me ayuda a recordarlos mejor e incluso puedo ver situaciones que yo no viví. Cuando sea mayor y vea fotos, me vendrán muchos recuerdos buenos de personas que ya no me rodearán, estoy segura de que me emocionaré.
Es duro ver en imágenes a una persona que deseas ver a tu lado, pero es ley de vida y todos nos tenemos que ir, lo peor es que no sabemos ni cuándo, creo que es mejor no saberlo, ya que viviríamos angustiados por ese momento tan poco deseado. El destino es el que es.