Ayer se anunció la concesión del Premio Cervantes a Elena Poniatowska, una escritora y periodista mexicana desconocida para mí. Tecleo su nombre en Internet y lo primero que me encuentro es un cuento breve titulado El recado. Una mujer visita la casa del hombre al que ama, que en ese momento está ausente; se sienta junto a la puerta y observa su jardín, que le parece sólido y recio, y que le inspira confianza, como él: “Aquí estoy contra el muro de tu casa, así como estoy a veces contra el muro de tu espalda”. Piensa en su amado lentamente, para retenerlo dentro de ella: “Quisiera tener la certeza de que te voy a ver mañana y pasado mañana y siempre en una cadena ininterrumpida de días; que podré mirarte lentamente aunque ya me sé cada rinconcito de tu rostro; que nada entre nosotros ha sido provisional o un accidente”. Le escribe una nota para cuando regrese, donde le cuenta cómo le ha esperado desde que era niña, como hacen todas la mujeres: “Sé que todas las mujeres aguardan. Aguardan la vida futura, todas esas imágenes forjadas en la soledad, todo ese bosque que camina hacia ellas; toda esa inmensa promesa que es el hombre; una granada que de pronto se abre y muestra sus granos rojos, lustrosos; una granada como una boca pulposa de mil gajos”. Y al final, tal es el respeto que le tiene, decide no dejarle la nota: “No sé si voy a echar esta hoja debajo de la puerta, no sé. Me has dado un tal respeto de ti mismo… Quizá ahora que me vaya, sólo pase a pedirle a la vecina que te dé el recado: que te diga que vine”.
Acabo de leer el cuento y pienso en el amor, un sentimiento incondicional contra el que es inútil luchar y que conmocionó especialmente a los escritores románticos que ahora estamos estudiando en 4º de ESO, pues unos, como Bécquer, sufrieron lo indecible por el engaño amoroso, y otros, como Larra llegaron incluso a quitarse la vida por la misma causa. Pero, la lectura de este texto de Elena Poniatowska también ha traído a mi mente otro pensamiento: el de las mujeres de una época pasada, que vivían más en la imaginación que en la realidad, que fabricaban amores, que nunca llegaban a materializarse, y cuyo destino y máxima aspiración en la vida era esperar al hombre adecuado para casarse.
Pienso que no es necesario esperar al hombre de tus sueños, por así llamarlo, cada persona es independiente respecto a sus sentimientos hacia otra persona, a no ser que quieras compartirlos con él o ella.
Otra cosa es que ames a una persona y tengas muchísimas ganas de verlo, aunque solo hayan pasado unas horas, o incluso un día. Echar de menos a una persona que no has visto en mucho tiempo es que llores de la alegría, que pienses que lo vas a volver a ver y que te pongas nerviosa o nervioso, te tiemblen las piernas y las manos, y cuando por fin, lo ves, abrazarle todo lo que se pueda y poder olerle, haciendo que todo esto te traiga miles de recuerdos que has pasado a su lado y darte cuenta de que cada día lo quieres más.
Creo que para algunos el amor es más importante que para otros y concretamente esta mujer no puede hacer otra cosa, si está enamorada no puede olvidarse de él de un día para otro, pero también es verdad que no puedes estar toda tu vida esperando a una persona, que de esperar se cansa todo el mundo tarde o temprano.
Esta chica va a casa de él por el simple hecho de recordarle más de cerca, aunque sabe que luchar ya no tiene sentido, que él es como si fuese un muro que no puede atravesar ni conseguir. También hace mención a eso de que debería esperarle, «Que todas las mujeres aguardan» y no estoy de acuerdo del todo, si tienes claro, muy claro, que no tienes posibilidades, lo mejor es dejarlo estar, así puedes llenarte la mente con alguna otra cosa y distraerte.
Bajo mi punto de vista, tanto una mujer como un hombre no se merecen pasar por ese sufrimiento de estar esperando a alguien que nunca llegará . También tengo que decir que una persona no se puede desenamorar de un día para otro, pero tiene que hacerse a la idea de que, si no eres correspondido o es un imposible, hay veces que no se puede luchar y que la batalla esta perdida antes de empezarla.
«El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.»- Miguel de Cervantes Saavedra.
Cada persona vive su amor como ella cree conveniente, unas son más enamoradizas y otras menos, sé de personas que se han tirado muchísimo tiempo detrás de una persona, aunque esta pasara de ella y no le hiciera ni caso, pero esta persona está enamorada de ella y, al verla, no va a poder remediar mirarla y dirigirle un saludo, porque siente demasiado amor y aprecio por ella, aunque luego la otra persona desee lo contrario. Pero esa persona no puede luchar contra su corazón y sentimientos, por tanto, siempre habrá un lugar en su corazón donde esté todo aquel amor que nunca pudo darle. También existen personas menos enamoradizas o que se le nota menos, pero su amor por ella es muy fuerte.
En mi opinión, el amor es algo muy bonito si es correspondido, pero es una tortura si no lo es, y un sufrimiento, si es un amor idealizado o inventado por tu mente. Se pasa muy mal cuando se está enamorado…pero no puedo hablar de este tema demasiado porque nunca lo he estado. Por amor se hacen locuras, locuras que ni la mente imagina, pero el problema es que muchas veces te idealizas y enamoras de la persona que ni si quiera es así, por eso, se dice que el amor es ciego. Es más yo pienso que cuando nos enamoramos idealizamos a la persona perfecta, sin defecto alguno, pero a veces te llevas una decepción enorme al darte cuenta de que no es como imaginabas.
En cuanto a el relato me parece muy bonito, como se expresa, el tema que se habla y sobre todo como ella va a buscarlo inconscientemente sin saber que todo era fruto de su imaginación, como recuerda cada milímetro del chico y la confianza que le produce el muchacho.
(Me gustaría leer para el próximo trimestre algo parecido a este relato, profesor)
Pienso que no tenemos que obsesionarnos con una persona por mucho que se quiera , porque, aunque esperemos y estemos detrás de esa persona , si no te quiere de verdad, no vas a estar con esa persona y, además de agobiarla, se puede llegar a perder de verdad , pudiendo ser amigos; hay más personas que nos quieren y que también nos pueden gustar; por mucho que quieras a esa persona, si no te quiere, es mas fácil olvidar que seguir esperando y comerte la cabeza por alguien que no quiere como tú a él .
Yo pienso que un amor correspondido duele, sobre todo si estás muy enamorado, pero también pienso que, si llevas mucho tiempo enamorado de una persona, va a ser muy difícil olvidarte de ella, es más, dicen que solo nos enamoramos realmente una vez. Pero también pienso que, al no ser correspondida, cansa, porque puedes querer mucho a esa persona, pero esa persona, por mucho que le demuestre todo su amor,él no puede abrir su corazón hacia ella. Pero también, de tanto esperar a la persona que quieres, puede aparecer una persona que te haga olvidar a la que quieres.
Creo que no debes estar toda tu vida buscando a la chica o al chico de tu vida, ya que con el tiempo llegará y el amor es tan jodido, que el día que te enamores sin ser correspondido será el peor día de tu vida, cuando la veas pasar por tu lado y la veas sonreír y te des cuenta de que tu nunca serás él o la culpable de esa jodida sonrisa tan bonita, ahí te darás cuenta de que tu vida se basa en torno a esa persona y que, por mucho que te cueste, intentarás enamorarla, y que, si algún día consigues enamorar a esa persona, estarás taaaan pillado que la querrás enamorar todos los días de tu vida, sin pegos ni excusas, y ahí será el momento en el que sabrás que verdaderamente estás enamorado…
La espera no es nunca una opción, porque, si esa mujer no te quiere, al final lo que vas a hacer es una locura o incluso perderla por esa locura, así que, si no puedes tenerla, lo que tienes que hacer es apoyarla todo lo que puedas y olvidarte de esa persona. Y para ello tienes tiene que refugiarte en otra persona, ya sea amor, amigo, pariente,etc…
Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de algo: no sirve de nada esperar al amor, pues el amor llega cuando menos lo esperas, al igual que se va cuando menos lo imaginas.
Respecto a lo de las mujeres de una época pasada, pienso que tal vez ellas pensaron así debido a que la sociedad pensaba que la mujer solo servía para ser ama de casa y cuidar a sus hijos. Por eso ellas querían sentirse queridas por un hombre.
Pienso que hoy en día, y más a mi edad, no debemos estar esperando el amor, sino que debemos vivir nuestra vida diaria con felicidad, independientemente de si somos correspondidos o no, pues el amor correspondido ya nos llegará y tendremos nuestro momento para ser felices.