LOS RESTOS DE NUESTROS ESCRITORES

A mí, personalmente, me parece una discusión bizantina, pero hoy he leído en la prensa que existe una polémica sobre dónde deben reposar los restos del escritor Jorge Luis Borges: si en Suiza, donde permanecen, desde su muerte, hace 32 años, o en Argentina, en el panteón familiar, donde manifestó, en numerosas ocasiones, ser enterrado.

 Y digo que me parece una discusión bizantina, porque, al fin y al cabo, qué más da dónde reposen los restos de una persona, después de muerta. También hubo, con el restablecimiento de la democracia en España, una polémica sobre la posibilidad de trasladar los restos de Antonio Machado, desde Colliure, donde murió y fue enterrado, bien a su ciudad natal, Sevilla, o bien al cementerio del Espino donde yace su amada Leonor. 

Hace unos días lo comentábamos en clase y, en mi opinión, en este polémica, se impuso finalmente el criterio más sensato: que Antonio Machado permaneciera en la localidad francesa, entre otras razones, porque allí murió, pero también como símbolo de todos los españoles que se vieron obligados a exiliarse, al finalizar la guerra civil. 

Otro caso, aunque distinto, es el de Federico García Lorca, sobre el que hay información bastante fiable -pues se trata de testigos directos- de que, una vez fusilado en el barranco de Víznar, en agosto de 1936, junto a un maestro de escuela y dos banderilleros de la CNT, fue enterrado en este mismo lugar. La polémica surge en torno a la posible exhumación de los restos, a la que se oponen los familiares del poeta granadino, porque para ellos la fosa común, donde yace, es como un cementerio. Sin embargo los nietos del maestro Dióscoro Galindo quieren dar digna sepultura a su abuelo, para lo cual consideran indispensable exhumar sus restos. Después de tantos años de silencio, parece necesario que se sepa la verdad de lo que ocurrió y sea conocida por todos, aunque el proceso de exhumación pueda resultar doloroso. 

Son tres casos diferentes, pero que ponen de manifiesto el interés de las personas por sus muertos, sean estos familiares directos, conciudadanos, gobiernos… En cualquier caso, lo que nunca debiera permitirse es una utilización morbosa de estas situaciones, en las que los sentimientos están a flor de piel y resulta difícil encontrar una solución equilibrada que contente a todos.     

10 pensamientos en “LOS RESTOS DE NUESTROS ESCRITORES

  1. En principio, estoy totalmente de acuerdo en que la discusión sobre dónde deben reposar los restos de estos tres difuntos mencionados, se trata de una discusión bizantina; aunque reconozco que he tenido que buscar su definición e incluso añado esta información buscada:
    â??Este dicho tiene su origen en los interminables debates que mantenían los griegos del Bajo Imperio sobre el sexo de los ángeles. La cosa no hubiese trascendido, de no ser porque el debate se produjo en un momento políticamente delicado. Así es, los turcos estaban a punto de conquistar Constantinopla y los eruditos de Bizancio, en lugar de dar prioridad a pensar en cómo defenderse de los enemigos, perdían el tiempo en discusiones angelicales. Es por ello por lo que la expresión discusión bizantina se utiliza hoy para ridiculizar las discusiones intrascendentales y ociosas de las personas que no tienen en cuenta los problemas reales y acuciantesâ?.

    En cuanto a la polémica establecida acerca de dónde deben reposar los restos de Jorge Luis Borges, opino que no deberían perjudicar más a su familia y respetar los restos de dicho escritor y creo oportuna la elección que han tomado de dejarlos en Suiza a voluntad de su esposa.

    Por otro lado, aunque realmente no pienso en la existencia del más allá y de temas relacionados, sí creo conveniente el respeto de aquellas personas que sí lo creen. Además, considero absurdo el traslado de una persona muerta desde un lugar a otro y, es más, resalto la sensatez de haber dejado enterrado a nuestro escritor Antonio Machado en Colliure, sobre todo, tras sus sucesivos traslados, hasta llegar a este pueblo francés, por ser republicano; de ahí, que como último detalle se le añadiese a su tumba la bandera republicana.

    Diferente es la situación de los familiares de Federico García Lorca que van en contra de la voluntad y el propósito de los familiares o allegados de Dioscóro Galindo que piden la exhumación del maestro y que, según mi opinión, deberían de respetar.

    En conclusión, la polémica acerca de exhumar a nuestros escritores o a cualquier otra persona es una discusión ridícula y bochornosa sobre la que nunca debería de recaer la morbosidad y el interés malsano.

  2. Este tipo de polémicas me parecen absurdas, a veces, porque con los problemas que hay en el mundo, pierden el tiempo discutiendo cosas como éstas.

    Por una parte, la polémica del escritor Jorge Luís Borges. Si el autor murió en Suiza, y además, según la mujer del escritor, la última voluntad del mismo, fue ser enterrado en Suiza, ¿para qué la polémica de querer moverlo ahora a Argentina, después de 32 años que lleva enterrado en Suiza?

    Además, sobre el caso de los restos del poeta Antonio Machado, lo mismo digo, ¿para qué mover los restos del difunto que se encuentra enterrado en Colliure? Si supuestamente lo hacen para que el alma sea feliz en el otro mundo, ¿por qué no les respetan? ¿Tanto se aburren para dedicarse a montar polémicas de este tipo? La verdad, nunca comprenderé este tipo de cosas que pasan en el mundo.

    Por otra parte, el caso de Federico García Lorca. Aquí ya se trata de algo muy diferente, y yo estoy, en parte, con la familia del maestro, que quiere exhumar los restos de su abuelo para darle una sepultura digna, ya que este caso no es como los anteriores, aquí los difuntos han sido asesinados y enterrados en el barranco, no por voluntad de ellos. Aunque claro, la polémica está, en que está enterrado junto con otras personas en el barranco de Viznar, y exhumar los restos del maestro, implica también exhumar los restos de los demás difuntos, como Lorca, lo cual resultaría muy doloroso para la familia de éste. Por tanto, nos encontramos ante una situación muy difícil, aunque desde mi punto de vista, si el maestro Dióscoro Galindo lleva mucho tiempo enterrado en el barranco, lo mejor es dejarlo en su sitio, porque, ¿para qué queremos sacarlo y enterrarlo en otro lugar?, si al fin al cabo, como bien has dicho en el post Matías, ¿qué más da donde reposen los restos de los difuntos?

    Aprovechando el asunto de García Lorca, me gustaría añadir que, por curiosidad, investigué sobre este caso, y parece ser que al final la familia de Lorca ha cedido ante la petición de la nieta del maestro, de exhumar los restos de su antepasado, aunque por lo visto está a la espera de que el juez les diga cuándo pueden hacerlo. Todo esto se puede ver en el siguiente enlace: http://www.elpais.com/articulo/cultura/Lorca/les/ha/quedado/remedio/ceder/elpepucul/20080918elpepucul_5/Tes

    Finalmente, me gustaría concluir con una frase que resume mi postura ante estos casos: â??A los muertos hay que dejarles que descansen en pazâ?.

  3. Según mi punto de vista, en relación a los poetas y novelistas, al igual que todas las personas, por una parte, sería bueno dejar el cuerpo en el lugar en el que se encuentra viviendo en ese momento, para no tener que pararse a desplazar el cuerpo sin vida; por otra parte, comprendo a las familias que quieren que estén en su tierra, al lado de ellos donde poder visitarlos en su tumba y llevarles flores.
    Preferiría que estuvieran en su tierra de origen donde reside la familia; pero, sin embargo, las familias que buscan esos cuerpos, al cabo de muchos años, deberían dejarlos en su lugar y no mover momentos del pasado ni recuerdos innecesarios.

  4. Me permito entrar en este blog para dar mi opinión, que tal vez por mis años, no sea apasionante.
    Los restos mortales de las personas que ya no viven, en mi opinión, no son nada. Me explico: Cráneo, fémur, tibia, peroné, … ¿ Qué son ? Huesos.
    De las personas muertas, me quedo con el recuerdo de su existencia, su obra. A veces mejor, a veces peor, a veces incomprendida,a veces ilustre, a veces malvada y en la mayoría de las veces desconocida.
    Al final, lo que permanece es el recuerdo o reconocimiento de sus hechos y éstos no varían, reposen sus restos donde reposen.

  5. Un hueso es un claro indicio de muerte…frío,rígido,silencioso,triste,inmovil…
    Un craneo,un fémur,una tíbia,….¿sólo huesos?…Para mí cada uno de esos huesos sostuvo en algun momento de su vida una historia,..sentimientos..vida..toda una persona.Ellos hicieron posible que alguien me abrazara,o simplemente me besara.¿huesos?….No,para mi son parte de mi vida y por tanto los respeto como a ella,asi como respeto las decisiones tomadas por aquellas personas que hacen lo posible para que los restos de sus seres queridos permanezcan en el lugar adecuado para ellos,como afortunadamente ocurre en la mayoria de las veces.
    En estos casos más puntuales,como son las fosas comunes,todo es infinitamente más complicado para llegar a este punto,aunque, eso sí todo deberia realizarse sin morbosidad y con un profundo respeto hacía los demás.

  6. En mi opinión, lo importante no es dónde reposen los restos de una persona, sino los recuerdos que dejo de ella, que la hacen permanecer viva aún. Por respeto a su memoria, los restos deberían permanecer donde hubiera indicado en vida o donde su familia crea conveniente. No creo que esta situación deba causar tanta polémica. En el caso de tratarse de personajes históricos, no debemos olvidar que antes que artistas fueron personas y merecen el mismo trato en ese sentido.

  7. Esta es una discusión sin sentido… Una persona una vez muerta da igual dónde reposen sus restos, lo importante es el recuerdo que siempre permanecerá en los seres queridos.

    De los casos nombrados, el que más me sorprende es el de Antonio Machado, con todo lo que pasó y habiendo tenido que marcharse de España por su ideología política durante la Guerra Civil, tras haber fallecido en Colliure, lo más lógico sería dejarlo allí como símbolo de todos los exiliados y sobre todo porque ni siquiera lo van a dejar tranquilo tras fallecer. Dicho esto, también hay que tener en cuenta a la familia, si ellos quieren que esté enterrado en un panteón familiar, creo que se les debería hacer caso…

  8. Estoy de acuerdo con algunos de mis compañeros en que, con la cantidad de problemas que hay en el mundo y que nos ha tocado afrontar, se discutan este tipo de cosas que, aparentemente, no tienen verdaderamente mucha importancia. Pero también es cierto que para los familiares de estas personas y para aquellos que, por un motivo u otro, se sienten más cercanos a Luis Borges, a Antonio Machado o a Federico García Lorca, este tema le parecerá mucho más importante que a nosotros, que podemos debatir este tema con mucha más frialdad.

    En mi opinión, si una persona muere en un lugar y es enterrado en ese lugar, debe permanecer allí a no ser que antes de morir esa persona pidiera ser devuelto a su país.

    Si, por ejemplo, Luis Borges vivió el tiempo suficiente en Suiza como para sentir que ese era su hogar, ¿por qué no va a poder reposar allí? Pero si, como dice Matías, él expresó su deseo de ser enterrado en el panteón familiar de Argentina la cosa cambia. Creo que en última instancia son los familiares los que tienen la última palabra acerca de los resto de la persona.

    En el caso de Antonio Machado…, bueno, no debemos olvidar que él huyó a Francia para escapar de la dictadura, perseguido por sus ideales republicanos y liberales, que fue un viaje muy duro para él y que finalmente en Francia encontró el descanso…, creo que la tumba de Machado en Colliure es un símbolo que demuestra que una persona puede seguir sus ideales hasta el último momento y que se pueden llevar a cabo nuestras creencias hasta el fin de nuestra vida. En mi opinión, si verdaderamente alguien desea contemplar los restos de uno de los mayores poetas de España, no le importará visitar ese pueblecito francés donde él está enterrado.

    El caso de Federico García Lorca es, tal vez, el que resulta más claro, ya que creo (y estoy convencido de que mucha gente piensa como yo) que es un insulto que un hombre de su talla este enterrado en un barranco, víctima de la represión franquista, como si Franco aún viviera y nadie se atreviera a rescatar su restos por miedo a las represalias…
    El motivo de su ajusticiamiento fue totalmente injustificado y no merecía, ni mucho menos, la muerte ni el lugar donde está enterrado. Si por mí fuera, ya estaría enterrado en un lugar mucho más honroso.

    En fin, seguramente este tema será muy controvertido, pero esas son mis opiniones.

    Saludos.

  9. Para mí, como para la mayoría, no tiene mucho sentido la discusión: si muere en un sitio y se entierra allí, pues se queda allí y ya está. Sin embargo, hay que ponerse en el sitio de los familiares. No somos nosotros los que tenemos que discutirlo, puesto que lo vemos desde fuera y no sentimos verdaderamente lo que sienten sus allegados. Pero al igual que no debemos decidirlo nosotros, tampoco debe decidirlo, en ningún caso, alguno de los gobiernos de las ciudades implicadas. Me resulta obvio que si esto fuera así, se le intentaría sacar el máximo partido a la situación, creando morbosidad, lo que no debemos permitir, ya que se trata de la memoria de una persona, ya sea famosa o no.

    Aunque existan ciertas diferencias entre uno y otro caso, yo optaría por lo mismo para los tres: dejarlos donde están. Jorge Luis Borges hizo público su deseo de ser enterrado en el panteón familiar, ¿por qué no se le hizo caso? Si se enterró allí en contra de su voluntad, creo que es peor abrir su tumba y transportar sus restos que dejarlo en un sitio donde no quería estar. El caso de Antonio Machado es más claro, ya que él no expuso deseo alguno sobre el lugar donde quería ser enterrado y, además, es un símbolo que representa a todos los intelectuales españoles que tuvieron que exiliarse por culpa de la dictadura. El caso de Lorca es más singular; creo que lo deberían solucionar los familiares y que ningún gobierno debería meterse.

  10. Sinceramente, toda esta polémica que se levantó hace unos meses me parece un poco absurda. Como algunos de mis compañeros, opino que hay muchas cosas más importantes que esto a las que nadie se molesta en dar una solución, ni los medios de comunicación transmiten, quizás por la ausencia de morbo, no lo sé.

    Quizás soy drástica, pero pienso que la gente se debería preocupar más por aquellos que están vivos, y a duras penas continúan aquí, que por aquellos que desgraciadamente, por un motivo u otro, están muertos, porque, aunque duela, a esas personas se las tiene en el interior, y el recuerdo es lo que hace que continúen con nosotros, por así decirlo, el lugar donde se encuentren sus restos es algo secundario, que no merece más importancia de la que tiene.

    Por ejemplo, en el caso de Dióscoro Galindo, que fue fusilado, y sus nietos, después de años, quieren proporcionar a su abuelo un entierro digno, yo me pregunto, ¿De qué sirve? ¿Creen que haciendo eso se va a olvidar lo sucedido? Aunque tuviera una muerte injusta, lo pasado, allí se debe quedar, en el pasado. Trasladar los restos solo sirve para hurgar en la herida, para causar más dolor, y encima, como ha ocurrido, crear morbo, y que ciertas personas se recreen en él. Como he dicho antes, para que la persona siga con nosotros, basta con recordarla, con llevarla dentro, lo que hay enterrado son solo huesos, que jamás has visto en esa persona, y que no merece la pena que veas.

    Y por comentar otro caso, destaco el de Antonio Machado, la medida que se intentó tomar me parece desmesurada y absurda, estamos hablando de un gran poeta, que murió exiliado, y fue enterrado en Colliure. ¿Porque razón querían traerlo a España? ¿Como reclamo turístico? ¿Para ganar dinero a su costa? No lo sé, pero la verdad, como ya he dicho, me parece absurdo, y además una falta de respeto.

    En resumen, creo que mi postura ha quedado clara, y espero que no tengan que salir muchas más polémicas como esta. Porque los que están muertos, muertos están, qué más da aquí, que allí, que en cualquier otro lugar.

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