¿EL MIEDO ES LIBRE?

Pensando en la psicosis que se ha producido en el mundo con la gripe porcina, he recordado  escenas de la historia literatura en las que los personajes pasaban miedo. Han venido a mi mente: la aventura de los batanes del Quijote y dos cuentos: “El corazón delator” de Allan Poe, al que nos referíamos hace unos días, y “El miedo” de Valle-Inclán. 

Cuenta Miguel de Cervantes que don Quijote y Sancho se detienen en un paraje frondoso, donde las hojas de los árboles, movidas por el viento, producen un temeroso ruido. Los dos personajes están solos y la noche es oscura, cuando oyen a lo lejos un crujir de hierros y cadenas acompasados. Se acercan  al lugar de donde procede tan siniestro ruido, Sancho muerto de miedo y don Quijote simulando valentía, hasta que descubren que se trata de un molino de agua con seis mazos de los que se usan para golpear tejidos. 

El protagonista de “El corazón delator”, después de haber ido varias noches a la habitación del viejo, sin que éste se diera cuenta, la octava, pletórico por su sagacidad, procedió aún con mayor cautela al abrir la puerta; pero el viejo esa noche se movió repentinamente en su cama, como si se sobresaltara. Ambos permanecieron una hora sin hacer ruido. El viejo consciente de que alguien había entrado en su habitación, con intención de matarle, emitió un leve quejido, el quejido que nace del terror. 

“Ese largo y angustioso escalofrío que parece mensajero de la muerte, el verdadero escalofrío del miedo, sólo lo he sentido una vez”. Es el narrador-protagonista del cuento de Valle-Inclán el que se expresa así, al recordar un anochecer, en el interior de la capilla de un pazo, solo con su madre y su hermana, cuando percibió que en el sepulcro del guerrero entrechocaban los huesos del esqueleto.  

Son tres situaciones distintas en las que se experimenta el miedo, aunque en las tres hay una causa objetiva: los batanes, el joven que penetra en la habitación del viejo y el entrechocar de los huesos del esqueleto.  

En cambio, la psicosis generada por la gripe porcina, aunque aparentemente tenga su origen en esta enfermedad, lo cierto es que en buena medida ha sido provocada por los medios de comunicación, que, en titulares destacaban “la gripe porcina golpeará a cuatro de cada diez europeos” (El País, 1 de mayo de 2009); pero en el cuerpo de la noticia se matizaba “así lo cree el Centro Europeo de Control de Enfermedades”. Los lectores del periódico nos quedamos con la contundencia del titular de la noticia, no con la matización del cuerpo. Éste es solo un ejemplo del extraordinario despliegue informativo que han dedicado al tema los medios de comunicación. Pensemos en las cadenas de radio y televisión, y sobre todo en Internet, páginas y páginas, analizando las causas y las consecuencias de la enfermedad, con el fin de no dejar ninguna pregunta sin responder, aunque las dudas sean mayores que las certezas.  

Por eso, cabe peguntarse si, en verdad, el miedo es libre, o, como en el caso de la gripe porcina, todos estamos obligados a sentirlo.

9 pensamientos en “¿EL MIEDO ES LIBRE?

  1. A mí sinceramente lo de la gripe porcina me parece una exageración. Con los datos actuales, catalogarla de pandemia, resulta, además de un atrevimiento, insultante. Es verdad que los muertos se cuentan por centenares, de momento sólo en México y EE.UU, y resulta igualmente cierto que ha habido una extensión del virus a nivel planetario. Pero nos olvidamos muy pronto que en el planeta habitamos, millón arriba, millón abajo, cerca de 6.800.000.000 de ciudadanos, que unos 35.000 seres humanos mueren de hambre cada 24 horas, eso sí que es un drama olvidado que acaba con casi 13 millones de personas al año, y que incluso el 20% de la población española vive por debajo del umbral de la pobreza.

    En las webs hay teorías conspiratorias de todos los colores, pero está claro que el efecto del miedo a una epidemia en el mundo entero, tiene bastantes beneficiados. Si echamos la vista un poco más al Sur, la gente se muere del cólera y no es noticia, como no tienen medios para combatirlos pues da igual.

    Un saludo.

  2. El miedo, como todo en nuestra vida, es libre. Es una cuestión de sentimiento. La libertad es lo único personal e intransferible que poseemos. Sólo las personas que están privadas de libertad física (me refiero a las que están encarceladas), o mental (aquellas que no son dueñas de sus actos por tener sus facultades mentales deterioradas), sólo estas personas no son libres, aunque estoy pensando que incluso aquellas que están privadas de libertad también lo son, porque su pensamiento les pertenece y con éste pueden imaginar y sentir lo que quieran.

    Sin embargo, creo que hay cosas en la vida de las que no nos podemos librar
    y una de esas es el miedo. No creo que haya una sola persona que se libre de él. Hasta aquella que intenta mostrar a los demás que no lo siente, que no hay nada que se le ponga por delante, seguro que en el fondo esconde alguno. También es verdad que lo que a unos nos provoca miedo a otras personas no, y viceversa.

    Hay miedos que son universales, la muerte creo que es uno de ellos, el dolor etc.
    El miedo está ahí, al acecho, pero, si durante tanto tiempo ha sobrevivido la raza humana, será porque hemos aprendido a convivir con él, o a buscar otras razones en las que apoyarnos para poder sobrellevarlo…si no, yo creo que ya nos hubiéramos vuelto todos locos. Es necesario hacer cosas sin pensar que dan miedo.

    Creo que el diccionario se queda corto cuando define al miedo. Tendría que poner todas las clases de miedo que existen…desde el más complejo hasta los de «estar por casa», por ejemplo, miedo al rechazo, miedo por perder a alguien, miedo a no encontrarte ,miedo a que todo se desborde, a que acabemos en una gran guerra, a que todo se vaya al garete por unos cuantos irresponsables, miedo a no saber por qué estás aquí, cual es tu función(si es que tienes alguna), miedo a qué habrá después, miedo a la oscuridad, miedo a la soledad… Y así podríamos seguir y seguir.

    Algunos de los miedos que tenemos vienen de nuestra infancia, etapa fundamental en la vida de las personas y creo que si logramos pasar esta etapa con los menos miedos posibles, podremos no tenerlo en el futuro.

    Finalizo esta nueva entrada de tu blog, diciendo que me gustaría no tener miedos, pero no es así, tengo y muchos, y el que más me está agobiando en estos momentos es el de tener que enfrentarme a la Selectividad y a sus resultados. Me gustaría cerrar los ojos y que cuando los volviera a abrir de nuevo, todo ésto hubiese terminado, pero ésta no es la realidad .Sé que tengo que enfrentarme a él y vencerlo, es la única forma de ir creciendo.

  3. Me gustaría comenzar recordando una célebre frase de una ex profesora de nuestro centro, Concepción Lara Feria, conocida por todos como “Conchi”, la cual decía: “todo es física y química”, y en este caso yo estoy totalmente de acuerdo con ella, ya que el miedo es tan solo una reacción química que segrega en nuestro cuerpo una sustancia, la cual nos hace actuar de una forma determinada.

    Pero ¿esa reacción química se produce naturalmente? ¿O por el contrario es causada por un hecho ajeno a la propia persona? En mi opinión siempre es causada por algo ajeno, porque, si no tuviésemos contacto con cosas ajenas, sea lo que sea, no viviríamos, ya que vivir es eso, relacionarse con el medio, ya sea con personas, animales con la naturaleza…. Por eso mismo, enfocando esto al tema de la gripe porcina, todo ese miedo viene influido por los medios absolutamente. Aunque si bien cabe decir, que ciertos programas como “Salvados” de la Sexta intenta caricaturizar lo ridículo que resulta el miedo que están metiendo los medios de comunicación.

  4. ¿El miedo es libre?, yo pienso que en parte sí y en parte no. Ya que, por una parte, cada persona es diferente, y a lo que uno le da un miedo atroz a otros no. Pero también es verdad que todos tenemos un miedo por así decirlo “obligado”, que es el miedo a perder a un ser querido. O en su defecto que a éste le pase algo. En el caso de la llamada gripe porcina, ¿qué es lo que ha pasado? Lo que ha pasado es que la cultura occidental se deja influir muchísimo por la televisión y sobre todo al escuchar en ella la palabra muerte. Como se suele decir, lo que dicen en ella “va a misa”. En realidad, los medios de comunicación lo que han pretendido, con esta noticia tan exagerada, es crear un tema de conversación, y que la gente esté todo el día enganchada a la televisión o a cualquier otro medio de comunicación para saber qué pasa, mientras ellos sacan beneficios. Yo lo veo así, ya que no entiendo cómo es posible que hayan tenido tan poco tacto al informar sobre este tema. Ni en las películas se alerta tanto a la gente cuando va a ocurrir alguna catástrofe. Lo que sí es verdad es que por lo menos, por mi parte, me gusta estar informada de lo que pasa a mi alrededor. Pero hay multitud de formas de informar, y creando el pánico no es el método correcto.

    Pero todo este miedo que se ha generado, es por lo que he comentado antes del temor a perder un ser querido. Por esto yo creo que el miedo es libre hasta cierto punto, porque, al vivir en sociedad y en familia, uno siempre siente temor por los que nos rodean.

  5. Hablar de libertad de sentir miedo parece un tanto enrevesado, pues si bien es obvio que el miedo limita nuestra libertad, dudar sobre la libertad a sentirlo resulta dificil de entender.

    El hecho de sentir miedo, ya sea por el contacto con los ácaros o por la muerte, produce en nosotros una serie de limitaciones a la hora de vivir. Es verdad que no hay que pecar de temerario, pero hay que darse cuenta de que, como bien dice mi compañero, y como siempre decía nuestra querida profesora, no es más que un conjunto de reaciones químicas. Sentir miedo a la oscuridad, o a los insectos no es más que un producto del propio organismo que actúa a un estímulo determinado. Son fobias, desde mi punto de vista, ilógicas, que sin embargo, sus tratamientos y sus recuperaciones traen de cabeza a los psicologos más prestigiosos. Y es que cada persona es un mundo.

    Desde este punto de vista, yo creo que nunca tenemos libertad para sentir miedo. No somos capaces de dominarlo, y por lo tanto es nuestro propio ser, son nuestras vivencias o nuestro cerebro las que nos determinan sufrirlo o no. Así, decir que »nos están metiendo miedo» no parece del todo correcto. Es verdad que retoman excesivamente el tema de la gripe porcina, un brote vírico que no ha afectado a tanta gente como dan a entender (en comparación con la población mundial), pero cuyas cifras y consecuencias no están exageradas. Como he dicho, el hecho de informar sigue pareciendome poco razonable para defender una imposición del miedo, pues el hecho de no poder escoger »libremenete» sentir miedo nunca se da en nuestras vidas.

  6. El miedo es un sentimiento muy distinto en cada persona, y puede darse con una mayor o menor dosis. También cabe decir que el miedo puede considerarse como un sentimiento libre u obligado.

    En primer lugar, me gustaría decir que el miedo es similar al amor: ambos son libres. Lo mismo que nadie elige cuándo ni por qué enamorarse de otra persona, nadie elige cuándo tener miedo ni por qué. Por esa razón pienso que el miedo es libre, va solo. Aunque claro, como bien dicen mis compañeros, tanto el miedo como el amor, son cosa de química en nuestro cuerpo, lo que lleva a pensar que el miedo en cada persona está preestablecido, dependiendo de la “circunstancia” en la que se haya desarrollado o se desarrolle esa persona.

    Aprovechando la mención de un término de Ortega, “circunstancia” (todo lo que rodea a un sujeto, sea físico, no físico, histórico…), aclaro, como él dice, que cada sujeto es diferente según la circunstancia en la que se desarrolle, por ello, el sentimiento de miedo, es diferente en cada uno. Por ejemplo, cosas que dan mucho miedo a uno, a otro, le hacen gracia o apenas le da miedo, y viceversa. El mejor ejemplo que podemos poner es el de una película de miedo, donde a unas personas les da un miedo atroz, mientras que a otras no les da ningún miedo y se parten de risa viendo a las otras asustadas.

    En segundo lugar, me gustaría decir que el miedo en algunos casos es obligado. Pienso que hay miedos que nadie puede evitar, como bien dice mi compañera: el miedo a perder a un ser querido. No solo ese es obligado, también está el miedo a la muerte, el cual se produce simplemente por no saber qué hay después de la muerte, como bien se decía en una obra que leímos en clase. Aprovecho para incluir en este tipo de miedo a la famosa gripe porcina. Yo creo que este tema hace sentir a la gente tanto miedo por lo último que he dicho, por el hecho de morir o de sentir dolor. También, he de decir que los medios de comunicación intensifican ese sentimiento de miedo exagerando los datos. Aquí me gustaría decir que el miedo que sientes ante algo que desconoces, una vez que lo has pasado, no le tienes miedo. Un ejemplo sería cuando una persona se monta en una atracción de la feria de miedo, y cuando se monta por segunda vez, no tiene miedo, porque sabe lo que pasará.

    En conclusión, desde mi punto de vista, creo que tiene mucho que ver lo que le rodea a cada persona con el miedo que sienta. También pienso que el miedo es un sentimiento que se tiene la mayoría de las veces ante algo que desconoces, como la muerte.

  7. El miedo es una emoción completamente necesaria. Tiene un poderoso valor protector y a veces extrae unas fuerzas o habilidades de nosotros mismos que nunca hubiéramos creído poseer.

    Sin embargo, también es cierto que el miedo es una poderosa arma que los políticos no dudan en usar. Una vez escuché una frase que me gustó mucho y con la cual estoy completamente de acuerdo: Sólo hay dos formas de controlar una nación, mediante el miedo o mediante la esperanza.
    Esto es completamente cierto, los países que nosotros consideramos más «desarrollados políticamente» usan la esperanza en una mejora social y económica para gobernar, mientras que otras naciones gobernadas por dictaduras, por ejemplo, usan el miedo como arma represora para mantenerse en el poder.

    ¿El miedo es libre? Eso es una pregunta que no puede responderse con un «sí» ni con un «no» absolutos.

    En general, en circunstancias normales, el miedo es una emoción libre. No hay nada en el mundo que aterrorice a todas las personas sino que habrá cosas que llenen de pavor a alguien, mientras que otra persona opinará que asustarse de eso es una tontería.
    Y esto no siempre está relacionado con la valentía de la persona porque decidme, ¿llamaríais cobarde a alguien que tiene el valor de intentar reducir a un hombre armado en un atraco, pero que sin embargo se aterroriza cuando ve una araña?

    Si entendéis lo que quiero decir, veréis que el miedo en situaciones normales, sin que haya manipulación de por medio, es algo libre y subjetivo.

    Pero ahora os pondré en otra situación, imagináos que estáis sentados con vuestros amigos al anochecer en la casa de alguien en mitad del campo, estáis hablando y, de pronto, sale el tema del que todo el mundo acaba hablando en estas circunstancias: fantasmas, situaciones paranormales, asesinatos. Antes de hablar de ello, estabáis muy tranquilos, charlando y riendo con los amigos pero, ¿no es cierto que ahora os apretáis los unos con los otros? ¿No es verdad que veis ojos que os observan desde la oscuridad? ¿No pensáis que habéis visto algo moviéndose un poco más lejos?

    En momentos como éste, el miedo no es libre, sino que está condicionado por la situación. Tu mente ha sido influida y tus ojos ven lo que quieres ver.

    Algo parecido es lo que ha ocurrido en la actualidad con la fiebre porcina. Los medios de comunicación dan detalles escabrosos y exageran las cifras de forma que la gente se ve obligada a sentir miedo. Sin ir más lejos, no hace mucho estaba hablando con mi madre del tema, porque vi que la semana pasada iban a televisar una película que se llamaba «Infección letal» o algo parecido. En momentos como éste, se ven con mucha claridad los deseos de los medios de desatar el terror entre la población.

    Otro tema interesante que nos podríamos plantear es: ¿por qué los medios de prensa desean esto? ¿Es ético sacar beneficios del miedo general o, como algunos dicen, el periodismo no se rige por la ética?

  8. Creo que el miedo lo hemos sentido todos alguna vez en nuestra vida. El miedo forma parte de todos. Personalmente he sentido miedo en muchas ocasiones, aunque sólo haya sido por una cosa insignificante. En realidad, no sé cómo se produce el miedo ni a qué se debe, pero lo que sí puedo decir es que lo he sentido.

    El miedo se apodera de nosotros y a veces he pensado que todo está en nuestra imaginación. Todo lo que nos metemos en la cabeza, lo que pensamos, da lugar al miedo. No simplemente existe el miedo relacionado con estar sola, sino también existen otras clases de miedos. Todos sabemos algunas clases de miedos, por ejemplo, el miedo al fracaso, el miedo al rechazo, el miedo a alguna enfermedad, el miedo por ser abandonados, etc. Podría decir infinitos miedos que están siempre presentes en nosotros.

    El miedo nos lleva a hacer cosas estúpidas. ¿Quién no ha llegado a su casa y estando solo ha mirado a su alrededor para ver si hay alguién?. Vale, no todo el mundo lo hace, pero siempre hay alguien que aunque sea una estupidez, lo hace.

    En fin, pienso que detrás de ese miedo que sentimos siempre hemos de encontrarnos algo bueno. Siempre he pensado así, incluso en los momentos que he sentido miedo. Cuando siento miedo, me paro, reflexiono y digo, bueno espero que este miedo acabe pronto.

  9. El principal origen del miedo es lo desconocido. En el caso de la gripe porcina, por ejemplo, sentimos miedo de lo que pueda llegar a suceder, al ser una enfermedad nueva, aunque por desgracia los medios de comunicación, en lugar de informar objetivamente, se aprovechan de la situación para causar una mayor expectación y así crear una sociedad totalmente sensacionalista.
    En mi opinión el miedo no es libre, es un impulso, posible de controlar aveces, pero no podemos hacerlo desaparecer. Además el miedo totalmente irracional que nos produce, por ejemplo, encontrarnos junto a un cadáver es propio del ser humano y la culpable de llevarnos a él es nuestra imaginación, signo de inteligencia. Pero no debemos confundir nunca el miedo irracional con la precaución y el sentido común.

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