Me sumo al comentario elogioso de nuestro compañero Francisco Pérez Galisteo, en Ticágora, sobre la charla coloquio del profesor Ciro Milione, acerca de la Constitución Española. No creo que exagere en su apreciación ni que se haya dejado llevar por un entusiasmo injustificado. Al contrario, yo también me sentí seducido por las palabras del profesor de la universidad de Córdoba. En este caso, unas palabras acompañadas del gesto y de la técnica. Agradecimos que el conferenciante no permaneciera sentado, durante todo el tiempo, porque no sólo se comunica con la palabra hablada, sino también con los gestos de la cara, con los movimientos del cuerpo y de las manos, con los silencios. A través de este lenguaje no verbal pudimos percibir la pasión que ponía en su mensaje de que la constitución es tan importante para un país, como los cimientos para una casa. Todo aderezado, además, con imágenes divertidas proyectadas en la pantalla. Y de vez en cuando, como recuerda Paco en su comentario, una pregunta para que los que escuchábamos pensáramos en la respuesta: “¿tiene poder el rey?”. División de opiniones, que le sirvió al conferenciante, como buen republicano, para dar su opinión crítica sobre la monarquía, que no es elegida por el pueblo.
El mensaje final: la constitución es como una luz que nos guía en el camino, una utopía que da sentido a nuestra vida en sociedad y que nos permite elegir continuamente en libertad, es decir, ser personas.
Nuestra felicitación al profesor Ciro Milione, con el que disfrutamos por lo que dijo y por cómo lo dijo; al DACE, que se encargó de la organización de la actividad; al compañero Francisco Pérez Galisteo por su implicación en la misma; y al alumnado de 1º de Bachillerato por la atención y el respeto con el que siguieron la charla.
No sabría decir hasta que punto se podría considerar la constitución un avance y no todo lo contrario. Ya que en España existía una constitución, una república, unas verdaderas libertades, que fueron arrebatadas por un dictador y sus seguidores. Más tarde, por fín se votó la tan esperada constitución, después de haber acabado con cualquier ideal entre los ciudadanos españoles, durante la guerra civil. España dijo sí a la constitucion, una España repremida, una España destruida que buscaba la más mínima oportunidad de escapar de tal represión. Pero para los muertos de la II República española no creo que fuera un avance, sino más bien una forma de represión encubierta, una igualdad hipócrita, encabezada por un rey, residuo de la dictadura franquista, un rey que no puede ser juzgado y que nadie eligió nunca de forma democrática. Juan Carlos de Borbón, incluido con el lote de la famosa constitución, de la tan esperada libertad. Aquella bendita constitución acabó con el régimen franquista es cierto, al igual que convirtió a España en un pueblo pasivo en lo que a política se refiere. Proclamó una nueva etapa, la del olvido, en la que la memoria histórica asusta, en la que la verdad se olvida para no recobrar viejos rencores. Pero, tristemente, de los que defendieron la libertad del pueblo español pocos vivieron para contarlo y ni tan siquiera perduran en nuestra memoria.
Por supuesto, la constitución es la base de cualquier paÃs: establece unas leyes máximas que cualquier ciudadano, sea de ese paÃs o no, debe cumplir. Sin embargo, en España, la constitución no siempre ha servido para este fin: un ejemplo de ello lo tenemos con la primera que hubo en nuestro paÃs, la de 1812. En muchos casos, como es éste, la constitución ha servido como un medio de control de masas por el grupo â??dominanteâ? del momento. A pesar de ello, ningún español se rindió, y consiguieron hacer una constitución que habla sobre igualdad y libertad, si bien habrá cosas que necesitan cambiarse. Me refiero, por ejemplo, a lo que hemos hablado alguna vez en Historia: que el rey deba ser el varón y, si no se puede porque los reyes no han tenido un hijo, la niña, como último caso, cosa muy injusta si nos referimos a España como un paÃs donde todo el mundo se llena la boca con palabras sobre la igualdad entre sexos.
Aunque haya cosas que deban cambiarse, la constitución supone un gran paso, una gran evolución para las personas. En este sentido, un aspecto positivo es que limitan el poder del rey, y lo veo perfecto, porque el poder no se puede concentrar en una sola persona, pues el poder corrompe como se puede observar a lo largo de toda la historia de España. Asà que esta división de poderes que establece la constitución me parece el mejor método para conseguir un gobierno del paÃs más justo.
En conclusión, una constitución puede ser la mejor herramienta para que un paÃs siga la dirección correcta, si bien puede convertirse en la peor. Actualmente, nuestro paÃs puede ser considerado uno de los mejores en los que vivir gracias a la constitución que tiene como base, a pesar de que ésta necesita algún cambio.