ENTRE MUROS

Una película necesaria, porque refleja con crudeza el día a día en un instituto de enseñanza secundaria, situado en un barrio periférico de París, donde se mezclan alumnos de diferentes nacionalidades, la mayoría hijos de inmigrantes.

  “La clase”, título con el que ha sido estrenada en España, es una película dirigida por Laurent Cantet,  que obtuvo la Palma de Oro del pasado Festival de Cannes y que muestra las dificultades de un profesor de lengua para impartir sus clases con normalidad. Los primeros planos de los alumnos desmotivados, que charlan sin parar con sus compañeros o dormitan sobre sus pupitres, mientras el profesor explica, son reveladores de lo que hoy día sucede en las aulas y que es desconocido por la mayor parte de la sociedad. 

En la actitud paciente del profesor que, en todo momento, dialoga con sus alumnos, a pesar del mal comportamiento de éstos, nos podemos reconocer la mayoría de los que trabajamos en educación secundaria. También, en la de otro profesor que, en un momento de tensión, cansado de que sus alumnos no le escuchen y le falten al respeto, se desahoga airadamente con sus compañeros de claustro. E, igualmente, en las reuniones, donde los profesores tratan de discernir el grado de rigidez  y flexibilidad con el que aplicar las normas de funcionamiento del centro. 

Una película dura de ver, por su crudeza y realismo, porque, después de una semana entre muros, es como volver allí, sin ningún tipo de concesiones, aunque también con los momentos de satisfacción para cualquier profesor: aquellos en que los alumnos reconocen los conocimientos aprendidos, durante el año.

4 pensamientos en “ENTRE MUROS

  1. Aunque no haya visto esta película, el tema me invita a comentar, seguramente, en la misma línea que la crítica que realiza dicho largometraje.

    Cada día puede observarse el pésimo respeto que se establece entre alumno y prefesor y, aunque es mucho mayor en estudiantes de bachillerato, pues al ser una ensañanza postobligatoria el desinterés es menor; se dan casos en nuestras aulas.

    Sin embago, si en nuestro barrio, el cual nos proporciona un confort alto, y nos muestra un mínimo resquicio de violencia, las clases puntualmente parecen leoneras; en barrios periféricos, cuyo nivel de delincuencia es elevado y donde la educación paterna que reciben es cuanto menos cuestionable, la vida en las aulas debe convertirse completamente en un infierno (como, según la entrada, ocurre en la película).

    Así, por el hecho de que haya lugares así, se debe buscar responsabilidades. ¿De quién es la culpa de que la violencia esté mal repartida?¿ Es la mala educación la que lleva a las familias vivir en esos lugares o son esos lugares los que invitan a sus habitantes a heredar una educación basada en la violencia?

    En referencia a este tema, en televición se pudo ver, hace algo más de un mes, un reportaje en el que se mostraba la manera de pensar de un barrio cordobés, »Los Viquingos», en el que sus conciudadanos se autodenominaban »bichos». En éste pude apreciar las malas condiciones, siendo estas muy extremas, en el que viven sus habitantes; y así también, la actitud reacia al cambio.

    Concluyendo, cabría reflexionar sobre qué motiva las malas relaciones entre el clautro y el alumnado, siendo esta reflexión de suma importancia en lugares en los que la educación que manda es la de la calle.

  2. Al igual que mi compañero, tampoco he visto la película. Sin embargo, y sobre todo porque me recuerda a ti, Matías, quiero comentar en esta entrada.
    Aunque esta película refleje la indisciplina de los alumnos de un instituto de la periferia, no creo que haga falta desplazarse ni siquiera de centro para poder observarlo nosotros mismos: esta situación de indiferencia a los profesores, a la misma enseñanza, se ha vuelto extrema. Los jóvenes de 12 años, recién entrados en el instituto, supuestamente con ganas de estudiar (porque en el colegio, al menos en mi caso, te presentan los libros de tal manera que cuando acabas los 6 años de primaria, tienes ganas de más), son los primeros que comienzan a fallar en las notas, a ignorar al profesorado y a “liarla” en la clase. ¿Cuál puede ser el motivo? Yo pienso que a esa edad el motivo es llamar la atención, no sólo de sus compañeros de clase, sino también de los más mayores, para sentirse especiales. Entonces, la pregunta podría ser que para qué quieren sentirse más especiales, si se supone que cada cual en su familia ya se siente así. ¿No tenemos una respuesta? ¿No sería ésta que los niños están faltos de cariño en sus casas? (Hablando siempre con excepciones, claro está.) Es cierto que este caso se va reduciendo conforme aumenta el curso (bien porque la gente madura, bien porque han repetido), pero aun en nuestra clase, que estamos en 2º de Bachillerato, por poner un ejemplo, podemos observar estos casos. ¿Acaso nosotros mismos no nos quejamos de la indiferencia y el murmullo continuo que viene desde el fondo de la clase? Pues bien, a esto hay que ponerle solución, ya que entorpece la labor de los profesores e impide que los demás presten atención. Pero, ¿cómo solucionarlo? ¿Acaso lo mejor sería que los profesores fueran estrictos y todos saliéramos perdiendo? No: la solución está al alcance de todos. Simplemente, poner nuestro granito de arena, ir a clase si vamos a atender, faltar si vamos a molestar o no tenemos ganas, porque la enseñanza (al menos en bachiller) no es obligatoria.

  3. A pesar de que no he visto la película, solo el hecho de leer la entrada, ha despertado en mí el interés por comentar sobre el tema de la misma. Además, añado que dudo que me haga falta verla, ya que lo que se cuenta de ella, es algo que muchos hemos vivido y estamos hartos de vivir diariamente en clase.

    Cuando he leído la entrada me he acordado de ti, Matías, por no decir algún otro profesor de este centro o de algún otro de los centros por los que he estado, cuando estáis en las clases constantemente mandando callar a algunos alumnos, porque no hacen caso. La verdad es que algunos profesores se tienen el cielo ganado por soportar a ciertos individuos, casi a diario, sin llevar a cabo ni una tragedia.

    Recuerdo perfectamente situaciones como las de la película: los típicos alumnos problemáticos que no dejan dar la clase, que hacen caso omiso a las órdenes del profesor y que están en clase por obligación. También, como ocurre en nuestra clase, alumnos que están aburridos o lo que sea, y se ponen a hablar, a comer o a jugar con los ordenadores, sin darse cuenta de que están molestando a los demás compañeros. Vamos a ver, me pregunto: ¿Qué hacen en la clase, si no están prestando atención? Como bien dices, Matías, casi a diario en la clase, váyanse, si no os van a poner ni un parte ni nada, es más, os lo dicen por vuestro bien, para que no estéis, si no queréis, y además, en el caso de nuestra clase, no es obligatorio que vengan.

    Antes de finalizar, he de decir que no estoy de acuerdo con mi compañero David con que las clases de Bachillerato sean las más conflictivas. Personalmente, creo que es al contrario, es después de la Universidad, donde más respeto hacia el profesor hay, porque los alumnos son más responsables, aunque eso no quita que siga habiendo ciertos individuos que les haga falta madurar. Además, pienso que las clases más problemáticas, y muchos profesores están de acuerdo conmigo, son las de la ESO, y cada día más, porque los jóvenes muestran menos interés por aprender, y asisten a clase solo a pasar el rato y por obligación.

    Aprovecho, ahora que menciono el problema de los jóvenes y la enseñanza secundaria, para decir que, desde mi punto de vista, la culpa de que sus hijos sean como son en la clases es de los padres, ya que no les enseñan correctamente, les consiente todo lo que quieren, haciendo que los niños se desinteresen por aprender, porque, cuando regresen a casa, sus padres no les dirán nada, si acaso una bronca, pero al minuto es como si no hubiese pasado nada. Seguro que esto no solo lo pienso yo, sino que hay mucha gente de acuerdo conmigo, en que hay padres que les compran todo lo que les piden los hijos a pesar de que suspende todo o es muy conflictivo.

    Para concluir, he de decir que, para que la enseñanza se lleve a cabo en condiciones, todos debemos colaborar, refiriéndome con esto, a que algunos profesores debían consentir menos el comportamiento de determinadas personas, y que estás personas, si van a asistir a clase para charlar con el amigo, o para hacer otra cosa que impida que los profesores impartan las clases y, como consecuencia, sus compañeros no puedan enterarse de las clases, es mejor que no acudan a las clases, sería agradecido por todos.

  4. Esta situación es muy común es la aulas, dado la sociedad en la cual vivimos, Donde no se valora el conocimiento, mas bien se rechaza, siendo suplantado por las ideas de personajes estúpidos y vacíos, que son ahora icono de muchos jóvenes. Con solo encender la televisión, nos encontramos multitud de “periodistas” que más que informar, desinforman y manipulan. En lugar de hablar de temas importantes, nos cuentan la vida de Belén Esteban y demás personajes pintorescos. Poco a poco, va calando un nuevo modelo de sociedad en nosotros, en el cual el conocimiento sobra.
    Además, la mayor parte de los padres trabajan durante todo el día, esto supone que desgraciadamente la labor de la educación en casa recae sobre los medios de comunicación; ademas, los padres también se ven sometidos a esta nueva manera de manipular a las masas. Esto conlleva que muchos profesores,interesados realmente en educar, pierdan el interés y las fuerzas.
    De esta manera, se crea una sociedad llena de borregos, incapaces de pensar por ellos mismos, y por lo tanto indefensos ante las decisiones de otros. Parece que no nos damos cuenta de que el saber nos acerca a la libertad, y esta a la felicidad.

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