EL SENTIMIENTO O LA RAZÓN

Ayer por la noche, vi la película “Sleepers”, en la que un grupo de jóvenes son encerrados en un terrible reformatorio, donde sufren todo tipo de vejaciones y abusos sexuales. Esta experiencia marcará sus vidas para siempre. Años después, dos de ellos, ya convertidos en adultos, encuentran por casualidad a uno de los vigilantes del reformatorio, el que con más saña cometía los abusos, y lo matan. 

Este episodio de venganza me ha hecho recordar un debate que surgió, hace unos días, en clase, sobre la legitimidad o no de  tomarte la justicia por tu cuenta. En concreto, nos planteamos el caso de los padres de Marta del Castillo, si algún día tuvieran la oportunidad de vengarse del asesino de su hija. ¿Qué debían hacer? 

Las opiniones fueron encontradas: de un lado, los que matarían a este joven; de otro, los que dejarían que los tribunales administraran justicia. Todo dependía de qué pesara más en cada uno: si el sentimiento o la razón.  En primera instancia, siempre es el deseo de venganza, el ojo por ojo y diente por diente, el que se apodera de nosotros; pero, transcurrido un tiempo, llegamos a la conclusión de que corresponde a los jueces, de acuerdo con nuestras leyes, poner el castigo correspondiente a los culpables. 

Como me pedisteis que replanteara, en el blog, el debate sobre este espinoso tema, aquí lo tenéis.        

 

18 pensamientos en “EL SENTIMIENTO O LA RAZÓN

  1. Respecto a este tema, me gustaría empezar diciendo que siempre deberíamos usar la razón, pero por suerte o por desgracia, no siempre es así. Muchas veces, por no decir la mayoría de ellas, nos dejamos llevar por nuestros sentimientos y esto nos lleva a unos resultados que no siempre son los más deseables.
    El hacerle caso a los sentimientos es porque es lo fácil, haces lo que sientes que debes hacer y lo haces y punto, incluso llegas a sentirte a gusto contigo mismo, aunque sepas que lo que has hecho no es lo correcto, ya que sabes que hay otros métodos para llegar a la solución, aunque no son como a ti te gustan. Pero el tiempo pone a todo el mundo en su sitio y, por ello, creo que deberíamos dejar que la justicia dicte el castigo de estas personas que han cometido el delito, aunque muchas veces la justicia no es lo suficientemente dura y rápida como debería ser.

    En el caso de Marta del Castillo, pienso que debería estar contemplado en nuestro código penal la cadena perpetua para aquellos que han acabado con una vida y, según los derechos humanos, el primer derecho es el derecho a vivir, derecho que estos jóvenes han violado y no han respetado y no me parecería justo que estuviesen sólo 5 ó 10 años en la cárcel, cuando han acabado con toda una vida por delante de una joven. Sin embargo, si los padres de Marta se dejasen llevar por los sentimientos, sería peor, porque al final saldrían perdiendo ellos, puesto que, si los matan o los agreden, también pueden ir a la cárcel y será otro daño más para la familia. Deberían dejar que la justicia actúe, aunque es difícil reprimir los sentimientos.

    Lo mismo pasa en el tema del amor. Muchas veces decimos que tenemos que actuar con la razón y, si una persona nos está haciendo daño o no estamos bien con ella, deberíamos actuar razonadamente y dejar esa relación, y sin embargo nos dejamos llevar por los sentimientos, porque no somos capaces de negar lo que sentimos por la esa persona y, aunque sabemos que no deberíamos actuar así, porque no es razonado, aun así lo hacemos.

    En conclusión, deberíamos actuar mediante la razón que es lo más ético y lo mas razonable y, sin embargo, la mayoría de las veces nos dejamos llevar por los sentimientos, que deberíamos saber controlar, aunque sea duro y difícil.

  2. Razón o sentimiento. Cuando uno persona adulta actúa, sabe perfectamente lo que está haciendo, y conoce muy bien las consecuencias de ese acto. La razón la utilizamos siempre, para hacer cualquier cosa, ya sea apasionada o calculada. Cualquier acto que hacemos lo hemos de pensar previamente, y así utilizamos la cabeza, por lo tanto razonamos (si se le puede llamar así en todos los casos). Sin embargo, eso de utilizar los sentimientos creo que es una excusa utilizada en numerosas ocasiones.

    Claro, uno hace algo contra alguien y le hace daño por venganza, y dice que se dejó llevar por los sentimientos…, eso es cierto y no es cierto a la vez. Es cierto, porque es verdad que es un acto impulsivo, y ACTUÓ según lo que sentía, mas, aún así, tuvo que razonar para hacerlo. Hemos de actuar, según nuestra razón, y hay personas que no razonan bien.

    Pero no debemos escudarnos en que «lo hice porque seguí mis sentimientos». No, tú actuaste mal, y te pusiste a su altura.

    Con respecto al tema de la cadena perpetua (y hablando de éste extenderé mi opinión sobre el uso de la razón y los sentimientos), estoy totalmente en contra. Creo que te contradices un poco, Cristina. Nombras la Declaración Universal de los Derechos Humanos, diciendo que el primer derecho que tiene todo ser humano es el derecho a vivir. Bueno, dejando a un lado que ese que tú nombras se encuentra en el tercer artículo y no en el primero, además, en este mismo, lo que se dice concretamente es que “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Pues bien, estar encerrado dentro de una habitación durante toda una existencia creo que no es el mismo concepto de vida al que se refiere en este artículo. A decir verdad, eso está muy lejos de llamarse vida, y creo que, si se mata a alguien, lo que se debe hacer es intentar reinsertar a ese asesino para que deje de serlo, y no apartarlo de la sociedad por siempre, como si fuese basura.

    Esa persona a la que la mayoría de la sociedad repudia, seguramente tiene un problema psicológico, o tal vez sea drogodependiente…, quizá, si TODOS nos volcásemos un poco más por ellos, y se investigase más en la psicología (pero en estos temas, no en la psicología de los consumidores para llamar su atención y hacer que compren numerosos productor inútiles y absolutamente prescindibles); tal vez, si cambiásemos el punto de vista desde el que los miramos y lo que primase fuese el bienestar de TODOS y cada uno de los individuos que habitan este planeta, posiblemente se producirían menos asesinatos, menos violaciones y menos incumplimientos de los derechos humanos universales y básicos en cualquier sociedad.

    ¿Durante la reinserción debemos mantener una cierta vigilancia y control sobre esa persona que ha delinquido?, creo que es necesario. De ahí, a repudiarlo y no darle un trato siquiera humano al igual que hacemos con los barrios marginales de nuestras ciudades o con otros países tercermundistas, hay una gran distancia.

    No nos equivoquemos, que un individuo no respete los derechos humanos universales no le da derecho a NADIE a incumplirlos también, sin singularidades, aunque sea excepcionalmente contra ese individuo que los incumplió previamente.
    Y es que como bien dice la ya nombrada declaración en el artículo 2, “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”, cualquier otra condición…

    Como dijo Marco Aurelio “El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele”.

    En conclusión, pienso que el que crea en el “Ojo por ojo, diente por diente” no puede creer para nada en la justicia. Y es que hoy en día nos llenamos la boca de vlores e ideas muy justas, muy modernas y muy éticas, pero a la hora de la verdad la mayoría ni sabemos bien lo que decimos (con todas sus resultas), ni somos coherentes con ello.

    No cuesta tanto pensar…

  3. Según mi punto de vista, cuando por desgracia nos sucede algún caso,como el de Marta del Castillo, siempre actuamos movidos por nuestros sentimientos y no dejamos actuar a la justicia.

    Yo pienso que mucha gente dice «si me pasara algo así, lo mataría», pero es que también muchas veces estos temas no podemos dejarlos en manos de la justicia, porque no trata de solucionarlos debidamente, si lo llegan a encontrar al asesino, lo condenan a cárcel a un número determinado de años, pero luego que, si por buena conducta, buen comportamiento… empiezan a rebajarle años y se puede tirar por un asesinato de ese tipo pues un año o dos, por eso, creo que muchas personas se toman la justicia por su mano.

    Deberíamos actuar conforme a la razón, pero también pienso que la justicia debería actuar más adecuadamente para que nosotros no perdamos los papeles y podamos controlarnos.

  4. Este tema es delicado, ya que siempre donde existen sentimientos tan fuertes, hay además un conflicto, como bien resume el titulo. Pero no debemos olvidar que vivimos en sociedad, donde todas las personas debemos convivir, por ello, existen unas leyes y normas que todo ciudadano debe cumplir. Por ello, pienso que en estos casos, yo comprendería que, por ejemplo, los padres de Marta del Castillo deseen la muerte de su asesino, pero no podemos ignorar que la ley debe y tiene que ser objetiva para aproximarse a tomar una decisión lo mas justa posible.

    La cadena perpetua es un tema que continuamente se escucha últimamente en televisión, sinceramente me parece que es imposible de llevar a cabo. Esta condena, por muchas películas americanas que cuenten otra cosa, no existe en realidad, solo que los condenados salen en libertad cuando su caso es revisado y aprobado y están en una especie de libertad condicional crónica. Aparte de ello, primero debemos plantearnos qué finalidad queremos conseguir con una condena. Desde el punto de vista de nuestro código penal, se busca la reinserción, por eso, es totalmente inviable una cadena perpetua o de muerte.
    La condena a muerte simplemente me parece inhumana, no creo que el verdugo sea menos asesino que el criminal.
    Aparte de todas estas razones, pienso que los medios de información nos manipulan, con el caso de Marta del Castillo, por ejemplo, les interesaba a ellos la noticia y nos bombardean con ella y oigo a gente que se dedican a repetir la opinión de los periodista, sin fijarse en las consecuencias que tal opinión conlleva, y sin pararse a pensar como formar la suya propia.
    Para mí la cadena perpetua solo debe realizarse a personas con problemas mentales, con una fijación concreta, ya sea violar, asesinar…
    Es muy difícil con estos casos ser justo e imparcial, pero nunca debemos abandonar la razón que nos llevará por el camino indicado, en estas situaciones. “Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”.

  5. Es volver a leer el tema y recordar los sucesivos argumentos que se plantearon en clase. Por mi parte, la separación entre Corazón y Cerebro es tan demagógica como ilógica. Todo el mundo sabe que los sentimientos son pensamientos, y no materiales de otra naturaleza que salgan de nuestro corazón y circulen por nuestras venas.

    Así, como dice muy bien una de mis compañeras, las pasiones están pensadas, racionalizadas, para haber llegado a ellas han surgido una serie de ideas, buenas o malas, pero todas ellas procendentes de la razón. En algunos casos la razón es joven o incompetente, y prefiere actuar sin prever los acontecimientos que de sus actos pueden derivar o acepta esas consecuencias por muy negras que puedan parecerle. Pero, en ambos casos, utilizar la excusa de las pasiones atenta contra la inteligencia de nosotros mismos.

    Además, al hablar de este tema, parece haber surgido el de la cadena perpetua, y aunque en principio no quería continuar con este tema, de la misma forma que lo han hecho mis compañeros, lo haré yo.

    Pues bien, el hecho de estar de acuerdo con la cadena perputua, o no, no supone estar en desacuerdo o en acuerdo con la Declaración de Derechos Universales. Si bien »todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”`, hay determinados individuos que atentan contra ese derecho, y de la misma forma deben ser castigados. ¿Castigados cómo?, pues parece ser que el más eficaz (por el hecho de que llevamos milenios de historia utilizándolo y no ha sido reemplazado por otro) es la cárcel. Realmente una vida en la cárcel es muy distinta a la que se cita en la nombrada declaración de derechos, pero una vida en la que los individuos puedan comportarse libremente atentando contra la gente que le rodea también difiere mucho de la vida que se intenta conseguir con el tercer artículo, ¿no creéis?

    ¿Reinserción? Es una mentira como cualquier otra. A los delincuentes no se les encierra en una cárcel para que se reinserten en la sociedad, no nos engañemos. Si existen las prisiones no es para otra cosa que para guiar nuestra razón, para que aquellas personas que no sepan distinguir el bien del mal queden alentadas a no actuar de determinada forma, y en definitiva, para castigar. Aquel que no se dé cuenta de ello es porque no se ha parado a ver una cárcel por dentro. Su funcionamiento, la vida que puedes vivir allí dentro, dista mucho de la vida que queremos que los delincuentes recobren fuera. Si acaso un ex criminal no reincide es por el miedo, el temor que le puede llegar a causar el hecho de que puede entrar en prisión. Si nuestra sociedad creyese en la reinserción, crearía grandes escuelas para los presos, grandes universidades, y les obligaría a estudiar la ética que cree más justa, los valores que deben tomarse y les otorgarían conociemientos suficientes como para poder formar parte de la vida social, para poder desempeñar un trabajo. Sin embargo, lo único que puede encontrarse un preso en una cárcel es la ley del más fuerte, el acoso, la corrupción, la violencia; aspectos que queremos eliminar de nuestras vidas.

    Así, concluyendo, parece absurdo seguir hablando de la reinserción, de la manera que queremos hacerlo, pues parece no ser apreciada por nadie. Para una sociedad como la nuestra, el hecho de que un criminal cumpla una condena u otra no está motivada por la educación que ha recibido, ni por la evolución que ha sufrido. La diferencia que marca nuestra sociedad en el número de años que debe residir en una prisión es el delito, y desde este punto de vista, la acumulación de delitos pueden desembocar en una condena tan larga que haga lógico el cumplimiento de cadenas perpetuas.

  6. Para mí es un tema muy delicado de opinar y de reflexionar.
    Yo, en principio, estoy de acuerdo con algunos de mis compañeros en que nuestros actos deben ser guiados por la razón hasta en los momentos malos de nuestras vidas en los que estamos nerviosos y, como consecuencia de ello, decimos cosas que en el fondo no las sentimos o en los momentos de dolor, entre otros. Lo ideal es siempre reflexionar, ser objetivo, ponernos en el lugar de los demás, antes de hablar o de actuar y, así, probablemente seamos más acertados con lo que decimos o hacemos y luego estaremos más satisfechos y orgullosos de nosotros mismos.

    Si en nuestro país hay unas leyes, pienso que serán para algo, para cumplirlas, ya que sin leyes el mundo sería un caos, además el familiar al que pierdes nadie te lo va ya a devolver , y suponiendo que haya sido asesinado, si te tomas la justicia por tu mano o haces que lo maten, lo único que conseguirás es ponerte a su altura, hacer que sufra su familia la cual no ha tenido nada que ver y ser tú ahora el que o la que esté encerrado durante muchos años de tu vida, todos habréis escuchado alguna vez el refrán de «no hagas lo que no quieres que te hagan». También, una persona una vez que le quites la vida, dejará de sufrir, sólo sufrirán sus familiares, mientras que encerrada en una cárcel, es decir, sin vida, sufrirá mucho más y se dará cuenta de lo que ha hecho, del gran error irremediable que ha cometido e injustificable. Eso, vivir con ese remordimiento, ese cargo de conciencia toda tu vida o ver cómo van pasando los años y va escando día a día tu vida, debe ser incluso peor que la muerte.

    Todo esto es ético, justo, lo ideal, pero reflexionando y cambiando un poco los papeles, ¿ y si alguna persona asesinara a alguien de mi familia o a algún ser querido para mí, qué desearía yo para él? Como he dicho al principio es un tema muy delicado, ya que yo pienso y creo en lo que he explicado arriba, pero sinceramente, si eso me pasara a mí no sabría cuál sería mi reacción, si en ese momento me cambiarían mis ideales respecto a este tema o no, o desearía la muerte o la cadena perpetua de la cual estoy en contra o me dejaría guiar acertadamente por mi razón. Creo que es muy fácil opinar, pero hasta que no estás en la situación no sabes de verdad lo que es ese dolor ese sentimiento ni lo que desearíamos o haríamos en momento. Nunca podemos decir “de esta agua no beberé” ya que aunque sepamos que es lo mejor , nunca sabremos si en realidad seremos fieles a nosotros mismos en ciertos momentos de nuestras vidas.

  7. Este tema me resulta tremendamente fascinante y muy controvertido, ya que incluso yo he experimentado distintas opiniones sobre este asunto a lo largo de mi vida.

    Me atrevería a decir (y espero no pecar de arrogancia) que algunos de mis compañeros están enfocando el tema de los sentimientos y de la razón de forma equivocada.

    Nuestra capacidad de pensar, y más concretamente nuestra mente, nuestro cerebro, es el que controla todas nuestras acciones, hasta ahí estamos de acuerdo. Ahora bien, la idea de los sentimientos salidos del «corazón» es una licencia poética que no hay que tomarse al pie de la letra. No estoy discutiendo que los impulsos y los sentimientos tengan una «naturaleza» o una «esencia» distinta a la de los pensamientos racionales, biológicamente son lo mismo, lo que yo defiendo es que no es lo mismo actuar por impulso que actuar meditadamente.

    ¿Decís que hasta las acciones más impulsivas y pasionales están razonadas? Pues yo opino que os equivocáis completamente, si eso fuera cierto habría muchísimos menos criminales de los que hay hoy en día, porque hay muchos asesinos que lo son simplemente porque no han sabido controlarse, porque en un momento dado han sentido un impulso tan fuerte que han actuado sin reflexionar, con drásticas consecuencias.

    A los que opinan que no existe diferencia entre actuar con la razón o con el sentimiento, ¿de verdad creéis que es lo mismo, que se usa la misma facultad cerebral si lo preferís así, cuando alguien realiza un problema matemático que cuando observa a un mendigo durmiendo en un banco y se apiada de él? ¿En serio, podéis pensar que alguien usa la cabeza, medita o razona, llamadlo como queráis, cuando se interpone entre alguien a quien quiere proteger y una bala?
    Podéis decir que estoy usando un caso muy extremo, pero no, no es un ejemplo extremo, es un ejemplo en el que se ve muy claramente lo que es un impulso y lo mucho que dista, a la hora de valorarlo social o humanamente, de un acto razonado.

    La ideología que cada uno tenga es una de las cosas que tienen una base profundamente emocional, por ejemplo, cada uno tiene su idea del bien y del mal y es algo que, por decirlo de alguna forma, sale de dentro y si preguntas por qué piensas que hacer eso esta bien o está mal muchos responderán: No lo sé, es algo que no sé explicar.

    Por otro lado, hay otras cosas que deben de estar sometidas al juicio de la razón, como la justicia. Si la justicia dependiera de las emociones, como ocurre en la película, cada uno se la tomaría por su propia mano y viviríamos en una caótica anarquía en la que cada persona sería juez de todos. Y es que las personas que están implicadas emocionalmente en un caso no deberían juzgarlo ya que los sentimientos se interpondrían ante un juicio objetivo y para quien no lo sepa, la venganza no es sinónimo de justicia.

    Y ya que también se habla del asunto de la cadena perpetua, hablaré.

    Me parece demasiado simplista e idealista la visión que algunos compañeros han dicho sobre la reinserción.
    Yo creo en las segundas oportunidades, y por ello, no apoyo la pena de muerte. Sin embargo, opino que la reinserción social es algo que no puede aplicarse en todos los casos. Como una imagen vale más que mil palabras os pondré otro ejemplo:
    Un violador, cumple condena por su delito, unos pocos años entre rejas y después se le concede la libertad pero cuando sale vuelve a cometer el mismo crimen por el que se le detuvo y así una y otra vez, como el tristemente famoso violador de la Vall d´Hebrón, José Rodríguez Salvador, acusado de 16 violaciones y condenado a 311 años de cárcel… pero va a salir cuando ha cumplido 16.
    Alicia, ya que tú hablabas de poner en práctica la reinserción, ¿si tú fueras jueza sacarías a este hombre de prisión? Porque te aseguro que si tú lo liberaras y este hombre reincidiera, lo volvería a meter en la cárcel pero a ti también te juzgaría porque si es un delito penado no socorrer a alguien cuando lo necesita, también debe serlo dejar paso franco a un criminal, que es lo que muchos jueces hacen consciente o incoscientemente.

    Los Derechos Humanos deben respetarse, estoy completamente de acuerdo, pero no se debe llegar a un fanatismo tal que no nos demos cuenta de que hay personas a las que no podemos ayudar sin poner en peligro a montones de inocentes, una ciudad no puede convertirse en una jaula de ratones en la que metemos una serpiente sólo para comprobar su bondad, no sería seguro ni justo para los ciudadanos.

  8. Lo primero que tengo que decir es que me he quedado bastante impresionando con la intervención de mi compañero Fran y que estoy de acuerdo con las cosas que dice. Segundo, es que se plantea un tema que todos hemos podido escuchar y discutir a lo largo de nuestros días.

    Para empezar, he de reconocer que, por experiencia, los sentimientos de venganza siempre salen antes, por alguna manera decirlo, que la razón en casos como los del película de “Sleepers”. Es verdad que, cuando matan a alguien que quieres mucho, que te hacen mucho daño o cualquier cosa similar, y te encuentras con la persona culpable, lo primero que piensas es en devolverle el daño que te ha hecho, pero como bien sabemos, no somos animales que actúan por instintos sino que somos seres racionales y, como tales, somos capaces de razonar y evitar tragedias. Aunque, también, o eso creo yo, hay ocasiones donde los sentimientos son tan fuertes, que no eres capaz de pararte a meditar y llevas a cabo cualquier locura, de la cual posteriormente te puedes arrepentir o no. Éste último sería el caso de aquella persona que pone en juego su vida para salvar la de otra sin meditar ni pensar ni nada, simplemente por puros sentimientos, pero en este caso se trata de algo bueno.

    Centrándome ahora en el tema de la reinserción, mi postura es como la de mi compañero: creo en las segundas oportunidades, diferenciando siempre, cuando hay posibilidad y cuando no, y no apoyo la pena de muerte. Pienso que la reinserción social es algo que no siempre se puede aplicar y todas las veces que se quiera, porque, de esta manera, lo único que hacemos es poner a personas inocentes en peligro sin motivos. Siempre hay casos en los que se puede aplicar, siempre y cuando, se vea que el individuo mejora y se esté seguro que no hay ni un problema; y también hay casos en los que no, como es el del violador que, tras las sucesivas oportunidades que se le ha dado, sigue haciéndolo. Por este motivo, creo que cualquier persona que permita que haya individuos, como el violador, sin hacer nada por remediarlo, debe ser juzgada por ello.

    Por último, como todos, estoy de acuerdo en que los derechos humanos deben cumplirse y ser respetados, pero lo que no debemos hacer es que, por llevarlos a rajatabla, pongamos la vida de otras personas en peligro sabiéndolo.

  9. Nadie es más que nadie para decidir sobre su vida, nadie. ¿Quién eres tú para decidir sobre otra persona?, ¿quién eres para saber que algo es mejor que otra idea?, ¿quién dice que tus ideales son los correctos?, ¿y si una vida no valiese nada por sí sola?…¿por qué deberíamos protegerla?.
    Mas vivimos en sociedad, y nos creemos con derecho a decidir sobre otras personas. Dejando esto a un lado, para proteger a la población de personas como el mencionado violador, no es necesario tenerlo encerrado. Aún así, por supuesto yo tampoco lo dejaría salir de nuevo tras tantas reincidencias, pero no hay que ser muy astuto para saberlo.
    Creo en la reinserción siempre que sea posible, eso es obvio. Nunca he dicho que la reinserción sea válida para absolutamente todos los presos, ni siquiera lo he dado a entender. Y obviamente si un preso ha reincidido tantas veces pienso que es un peligro para la sociedad, y aunque no me considere alguien más que él para arrebatarle su libertad, estaría de acuerdo en que siguiera encarcelado.

    El problema es que las cárceles de hoy en día no están destinadas a la reinserción (porque yo sí creo en ella David), sino al aislamiento y al arrinconamiento de personas enfermas, que sufren, que agonizan, que son drogodependientes, etc… y a las que nadie quiere como vecinas. Ahí está el verdadero problema.
    Si desde el gobierno se luchara por una verdadera reinserción y todos creyeran en ella, estoy segura, Francisco Ríos, de que con una buena organización y control, no se darían casos como el de tu ejemplo.

    Por cierto chicos, no olvideis que no era la pena de muerte lo que comentábamos, sino la cadena perpetua.

  10. Un tema escabroso el que se nos presenta, sin lugar a dudas. No he podido iniciar mi comentario sin leer por lo alto los de mis compañeros, y me ha llamado mucho la atención lo que se ha dicho de que todos nuestros actos están completamente razonados. Creo que la mente humana tiene una capacidad increíble para relacionarse con el medio, pero no se me olvida en ningún momento que no dejamos de ser animales, racionales, pero animales al fin y al cabo. Con la naturaleza que tenemos, no podemos esperar que seamos perfectos y que actuemos siempre de acuerdo a nuestra razón, porque el instinto sigue inmerso en nosotros y no podemos escapar de él.

    Con respecto a lo que dice el texto de la venganza, no sé si el padre de Marta del Castillo mataría a su asesino o no lo haría, lo que sí tengo claro es que, si lo hiciera, yo, como ser humano, lo entendería perfectamente. Sin embargo, no digo que lo perdonase o no lo castigase, ya que, también como ser humano, tengo mi razón que me dicta que eso no está bien y que no podemos permitir que nuestros instintos prevalezcan sobre nuestra razón, porque eso nos hace imperfectos y tenemos que evolucionar hacia la perfección.

    Este tema me recuerda a otra película americana en la que asesinan a la hija de un hombre y éste coge una ametralladora, va al juzgado y vacía todo un cargador sobre el juzgado. En esa ocasión, había ensañamiento y premeditación, pero todo el mundo lo defendió y sacó la cara por él. No se qué haríais vosotros, pero yo lo penalizaría por las razones que he expuesto antes. En esa película también se trata el racismo, pero eso no viene al caso.

    Aunque se salga un poco del tema, ya que lo habéis mencionado, yo también daré mi opinión sobre la cadena perpetua. Estoy completamente a favor. Es verdad que no somos quién para matar a alguien, pero sí para suprimir su libertad, ya que, si se hace, es porque se ha comportado como un animal y se le debe castigar. No digo que esté en contra de las segundas oportunidades, pero sí lo estoy de las terceras y cuartas, ya que así pasan cosas como la del violador que citasteis anteriormente. Por supuesto, creo que la reinserción es un intento en vano de «arreglar» a una persona, ya que, si una persona está mal de la cabeza, no vas a cambiarla por mucho que quieras.

    Por último, me gustaría pedirle a la señorita Alicia Dakota que nos dijese cuál es la forma de proteger a la sociedad de un violador si no es encerrándolo. ¿Enviarlo a una isla desierta?

  11. Este me parece un tema muy interesante para debatir y veo que esta generando diversas opiniones y enfrentamientos.

    Yo pienso que siempre deberíamos hacer uso de la razón, ya que si nos guiáramos por los sentimientos, estos nos llevarían a cometer actos de los que luego lo más probable es que acabáramos arrepintiéndonos. Pero, ¿cómo podemos controlar nuestros sentimientos?, ya que estos pueden llegar a ser muy fuertes y tener una gran influencia sobre nosotros. En mi opinión, lo mejor es recapacitar, es decir, si por ejemplo, una persona mata a alguien de tu familia o a un ser querido por ti, ¿por qué has de ir en busca de venganza?, eso solo te ayudará a sentirte mejor, pero no te devolverá a esa persona a la que echas de menos. Por eso, hay que dejar que la justicia haga su trabajo y con el paso del tiempo y el apoyo de la gente que se encuentra a tu alrededor irás encontrándote cada vez más animado y saldrás en busca de nuevas aventuras.

    Por otra parte, estoy de acuerdo con Alicia en que nosotros no tenemos el derecho a decidir sobre otras personas y en que las cárceles de hoy en día se utilizan como método de aislamiento entre los criminales y el resto de la población, y no pensando en la reinserción de estas personas que en algún momento de su vida y por distintas razones cometieron algún delito. Pero he de decir, que muchas de esas personas se tienen merecido ese trato que reciben, pues, al igual que nosotros no tenemos el derecho de decidir sobre alguien, ellos tampoco, aunque sé que en las cárceles hay personas que en verdad no son delincuentes, sino que fueron obligados por otras personas o por una serie de circunstancias a delinquir.

    Para finalizar, y sé que esta opinión generará debate, yo soy de los que piensan que la pena de muerte debería establecerse para aquellas personas que han cometido un crimen, pues yo creo que muchos, por miedo a morir, se lo pensarían antes de realizar un crimen.

    Un saludo y espero que os agrade el comentario.

  12. Tras leer algunos de los comentarios de mis compañeros, he de decir que estoy bastante de acuerdo con muchas de las opiniones expuestas por ellos.

    Es un tema que ya me había planteado varias veces estos últimos años, cuando he conocido historias tan terribles como la del padre de la chica alemana a la que mantuvo secuestrada casi toda su vida y a la que maltrató, violó y con la que tiene ocho hijos , a los que mantuvo también encerrados en ese sótano de su casa, sin ver la luz, sin relacionarse con nadie y tratándolos como animales. Y yo he pensado ¿Qué haría con él? ¿Qué castigo sería justo por todos sus crímenes?

    Cuando conoces casos, como el del profesor Neira que trató de ayudar a Violeta Santander del ataque de su novio Antonio Puerta y que recibe unos golpes por los que se ha encontrado entre la vida y la muerte y aún hoy presenta secuelas de los mismos, pienso ¿merece la pena ayudar al prójimo, cuando ni siquiera la víctima parece querer que la ayudaran?

    Y en tantos y tantos casos que salen en las noticias diariamente en los que ves que violadores, asesinos, maltratadores y pederastas que cometen atropellos una y otra vez y que son puestos en libertad en razón de unas leyes que creo que a veces los protegen más que a las propias víctimas. En todos estos casos pienso, ¿hay de verdad justicia o quizás debiéramos tomárnosla por nuestra cuenta?

    Entonces, es cuando me doy cuenta que no podemos crear una sociedad en la que impere la ley del ojo por ojo, porque entonces nos pondríamos a la altura de aquel al que castigamos y entonces ¿quién nos castigaría a nosotros?

    Creo sinceramente que, aunque muchos de nosotros hayamos pensado alguna vez en que sería justo tomarse la justicia por nuestra mano en algunos casos, me consta que la mayoría usaríamos nuestra razón para saber que es la justicia la que debe juzgar y actuar, aunque a veces creamos que no es justa, pero para que lo sea, también deberíamos usar esa razón y cambiar aquellas leyes que ya hemos comprobado que comprometen la seguridad y el bienestar de la mayoría de los ciudadanos.

    Un claro ejemplo que me asombró y me da muestras del uso de la razón en casos especialmente crueles ha sido el asesinato de la niña Mari Luz, todo un ejemplo de cómo ha fallado la justicia en el caso de su asesino, que no debería haber estado libre, y sin embargo es de admirar cómo su familia, su padre Antonio Cortés y su abuelo se pusieron en manos de la justicia e impidieron con su manera de ser y de razonar que el asesino pudiera ser linchado por los propios vecinos y familiares de la niña.

    Por último, quiero decir que no creo en la pena de muerte, pero sí creo que debiera existir la cadena perpetua en determinados casos en los que la reinserción se puede ver que no es posible, por el tipo de persona, el delito que haya cometido, la reincidencia en el mismo, etc.

  13. Pues, señor Sergio Pedraza, si ha leído usted mi comentario por completo verá que acepto que se encierre en la cárcel (siempre con un sistema de reinserción), puesto que no se me ocurre otra solución mejor.
    Dices que sí «somos alguien» para suprimir la libertad de otra persona, ¿por qué?, ¿quién eres tú que tienes derecho a encerrar a esa persona por «X» años de vida?, ¿quién te ha otorgado ese derecho?. No son preguntas retóricas, esperaría que las contestases.

    El que una persona mate no te da el derecho a matarla, o a encerrarla.

    En cuanto a tu aportación, Alfredo, me ha agradado bastante, pero quisiera añadir algo al tema de la pena de muerte. Por supuesto, estoy totalmente en contra, el problema de los delitos tiene mucha historia, y se debe poner remedio al principio del problema, no al final. Se debe evitar que se delinca, y no amenazando. Se supone que no somos idiotas y que reflexionamos…pero ¿creamos leyes para infundir miedo a las personas e impedir que delincan?. Si acaso funcionara… El caso es que además de que creo que no tendría éxito, y que seguirían cometiéndose las mismas violaciones, asesinatos, y muchos más maltratos; además de eso, considero que NADIE, absolutamente por ninguna razón, tiene el derecho de quitarle la vida a otro ser humano, sea por lo que sea.

    Debemos pensar bien las consecuencias que acarrearía aceptar la pena de muerte o la cadena perpetua. ¿Quién decide?, ¿qué criterios sigue para decir sí o no?, ¿por qué?…, ¿de veras dejaríais tan gran decisión en manos de alguien que ni siquiera (y digo ni siquiera porque me seguiría pareciendo incorrecto) ha sido elegido democráticamente?. Yo no, rotundamente no.

  14. El problema de lo que planteas, señorita Alicia Dakota, es que no exista ningún otro método que pueda reemplazar a la cadena perpetua para los criminales más recalcitrantes.

    La reinserción no funciona y no sirve en muchos casos, la pena de muerte es una crueldad intolerable…
    ¿Qué debemos hacer? Dime, ¿tienes tú una solución? No podemos permitir que la misericordia nos nuble el juicio y nos haga dejar libres a aquellos que ponen en peligro la paz de una ciudad.

    Dices que no somos nadie para encerrar a otra persona. Bien, estoy de acuerdo en que ninguna persona, actuando independientemente, tiene derecho a ello.
    Sin embargo, en un juicio legal, donde el criminal ha sido defendido por un abogado y ha sido condenado, sí, por supuesto, tenemos derecho a encerrarlo. Porque en ese momento el criminal no está siendo condenado por un hombre que actúa por su propia cuenta, está siendo condenado por un hombre investido con el poder y la autoridad que le ha dado el Gobierno y el resto de los ciudadanos y que, además, ha recibido una rigurosa educación de manos de expertos juristas y éticos en la que le han preparado para casos muy difíciles. Por decirlo de alguna forma, toda la sociedad lo encierra porque cumple nuestro ideal de justicia que, si bien no es perfecto, es lo más justo que hemos podido desarrollar por ahora.

    Comprendo que es normal sentir piedad por condenar a alguien a ver cuatro paredes el resto de su vida, pero hay que recordar que la justicia, para que sea efectiva, debe ser implacable en este tipo de casos.

  15. ¿Razón?, yo más bien lo llamaría conciencia, o quizás nunca podremos denominar al fenómeno que nos hace parar y expulsar de nuestra cabeza pensamientos escalofriantes, como el de matar o torturar a alguien.

    Sin embargo, vemos cada día miles de muertes, violaciones, secuestros, muchos con una razón de ser para el brazo ejecutor(razón que él toma por justa), y muchos otros lo hacen simplemente porque son sicópatas, no tienen un objetivo claro.
    Estos asesinos en serie de la historia, que han dado mucho que hablar, ¿no se guiaban por la razón?, yo pienso que sí, pues hay que tener mucho ingenio y razonamiento para no dejar pistas en la escena del crimen, tomar una apariencia normal, etc, incluso algunos juegan con las autoridades, dejando pequeños «regalitos».

    No, desde luego, razón no les falta, les falta juicios morales, no distinguen para nada lo justo de lo injusto, lo bueno de lo malo, una cosa frena a la otra, yo puedo ser el padre de Marta del Castillo y ver justo matar al asesino, pero mi mano se detendría en el momento de hacerlo, porque sabemos que no está bien, que no merece la pena y que no voy a lograr que vuelva mi hija.

    Un saludo.

  16. Creo que se está cometiendo un gran error, pues en mi opinión, se está glorificando los derechos humanos sin darnos cuenta de que, en definitiva, son de la misma naturaleza que la justicia: se hizo a manos del hombre.

    Ya que en otros comentarios se ha incluido la filosofía, lo haré también en esta entrada. Para que nos entendamos, Ali, estás cometiendo el mismo error que cometió Marx ante el ideal de Dios, según palabras de Nietsche, y es que cuestionas todo el tiempo el hecho de que una persona (o una sociedad) quite el derecho a otro individuo(derecho incluido en la famosa declaración) sin cuestionarte siquiera el hecho de que tengamos derechos y sin recordar que hemos sido nosotros mismo quienes nos los hemos implantado. Puestos a ser escépticos, y de paso redundantes, ¿qué derecho tuvo la persona que firmó la Declaración de los Derechos Humanos a otorgarnos esos derechos?, ¿y por qué esos y no otros?. En nuestra situación parecen justos ¿pero realmente tenemos esa capacidad de saber lo que es más justo? Llegados a este punto, de la misma forma que sabemos cuáles son nuestros derechos, debemos saber cuales son nuestros deberes, y de esta forma, cuáles son las penas más justas, que, en definitiva, es de lo que se encarga la justicia.

    Quizás lo de Nietsche lo haya comprendido una pequeña porción de gente (en definitiva los que atendemos a las clases de filosofía), y el trabalenguas siguiente, incluso la mitad, pero lo que quiero decir es que si renunciamos a la Justicia, y por tanto, a nuestros deberes, no podemos seguir creyendo en nuestros derechos. Es tan necesaria una cosa como otra, pues anulando una anulas las dos. Y en este aspecto, no es una persona la que decide lo justo o lo injusto, como dice mi compañero Fran, sino que somos todos, a través de la libertad de expresión, los que apoyamos y determinamos las deciciones que se toman en los juzgados; en principio los de nuestro pais, y poco a poco los de todo el mundo.

  17. Claro y conciso Antonio, me ha encantado tu comentario, sobre todo el párrafo final. De acuerdo contigo en esto último, además te ha quedado muy bonito.

  18. Según lo expuesto, pienso que no deberíamos dejarnos llevar por los sentimientos y dejar que la justicia ( como es en el caso de Marta del Castillo) haga su trabajo.

    El caso es que también debemos ponernos en el pellejo de los familiares de esta chica, y pensándolo bien llegamos a la conclusión de que nos dejaríamos llevar por los sentimientos. Es más prescindible usar la razón respecto a estos temas, pero pienso que si a mí me sucediera tal acontecimiento, me dejaría llevar por mis sentmientos. Poniéndome en lugar de esta familia, creo que estaría igual de desesperada que ellos, al no saber nada sobre mi hija.

    Centrándome en el tema que me parece más importante: la pena de muerte. Considerando esto, por una parte, creo que la pena de muerte debería estar siempre presente en todos los países, puesto que me parece injusto que personas que causan algún daño grave a otra persona, (como violaciones, asesinatos…) sean condenados a ‘tales’ años y que al portarse bien dentro de la cárcel, le rebajen la condena. Esto es lo que me parece más bajo, y yo, en estos casos utilizaría este método. Por otra parte, pienso en que es cruel todo esto, si ejecutamos a una persona que es condenada sin haber realizado ningún delito.

    En conclusión, debemos utilizar la razón ante casos extremos, y tenerla presente en todo momento, mientras que los sentimientos dejarlos a parte, aunque sea difícil.

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