â??EL AVAROâ? DE MOLIÃ?RE
DIRECCIÃ?N Y PUESTA EN ESCENA: JOSÃ? ANTONIO ORTIZ.

Cuando Moliére, que interpretaba el papel de Harpagón, representó por primera vez esta obra, en 1668, los moralistas se escandalizaron al ver que el vicio de la avaricia no se castigaba, sino que se ridiculizaba. Quizá no percibieron, como sí hemos percibido los espectadores de este montaje de José Antonio Ortiz, la fuerza que puede tener el ridículo para criticar algo en clave de humor. Nuestros mejores autores de teatro cómico, como Carlos Arniches en sus sainetes o Miguel Mihura en â??Tres sombreros de copaâ? lo han utilizado. Quién no recuerda, en esta última obra, la ridiculización de su pusilánime protagonista, Dionisio, que no logra romper con las ataduras que le unen a un mundo convencional.
La técnica del ridículo la aplica José Antonio Ortiz a la caracterización de los personajes, que desde que aparecen, por primera vez, en escena muestran gestos y actitudes exagerados, que definen su personalidad; porque, en el fondo, en las comedias de Moliére se presta mayor atención al carácter, al tipo, que al mismo desarrollo de la intriga. Recuerdan estos personajes, por su gesticulación, por sus movimientos en escena, por sus guiños al espectador, por su maquillaje blanco, que concentra toda la expresión en el rostro, a la comedia del arte italiana del siglo XVI, que tanto influyó en el teatro europeo y donde la mímica desempeñaba un papel muy importante. Todos los actores brillan a gran altura en este aspecto, pero destacan el protagonista, Ricardo Luna, al que ya le habíamos visto bordar el personaje de Novecento y que vuelve a demostrar su capacidad interpretativa; Alejandro Bueno en el papel de Flecha, que muestra una vivacidad y una chispa que nos hace recordar a los criados Pierrot y Arlequín de la citada comedia del arte; y Carmen Rey, cuya inolvidable interpretación de Frosina, Pitita en el montaje de José Antonio, parece inspirada en la Cruela de Vil de â??101 dálmatasâ?. Quizá la dicción en algunos momentos de la obra sea algo precipitada y las escenas en las que se concentran todos los personajes resulten, en ocasiones, menos creíbles, pero esto es pecata minuta si lo comparamos con la favorable impresión global.
A la relevancia y lucimiento de los actores contribuyen una escenografía sobria â?? telón de fondo blanco, seis columnas distribuidas a ambos lados del espacio escénico y sillón de época- y un cuidado vestuario.

La adaptación que ha hecho José Antonio Ortiz es bastante fiel al texto de Moliére; ha introducido escasos pero significativos cambios para actualizarlo, entre ellos los de algunos nombres de personajes, y ha prescindido de algún diálogo, como por ejemplo la discusión entre Valerio y el cocinero, pero sustituyéndolo con habilidad y sentido dramático por escenas de mimo superpuestas a otros diálogos.

Esta fidelidad a la obra del autor francés, que reconocemos también en la túnica que luce el protagonista o en el sillón de época â??aunque éste último tenga más que nada un valor simbólico-, la combina con elementos modernos como la decoración minimalista de las columnas o la resolución de determinadas escenas, como el monólogo de Hartagón â?? Jeremías en el montaje- cuando lamenta el robo del dinero, que es comentado mediante gestos por los demás personajes situados a ambos lados del espacio escénico, que al final acaban haciendo la estatua.

El cóctel de elementos clásicos y modernos resulta eficaz, desde el punto de vista dramático, y contribuye a que una obra del siglo XVI sea vista con agrado, incluso por jóvenes poco habituados a asistir a representaciones teatrales.

Si siempre han sido controvertidas las adaptaciones de los clásicos, creo que en esta ocasión José Antonio Ortiz ha elegido la opción adecuada: ni un salto en el vacío, al estilo de Camilo Bieito, ni un montaje sin riesgo alguno. Además, el mensaje final no es sólo la denuncia de un vicio tan actual como la avaricia, sino también mostrar dos actitudes ante la vida, que tienen igualmente plena vigencia y que están latentes en el texto de Moliére, pero que se han resaltado en este montaje: la autenticidad y la falsedad. El personaje del cocinero lo resume muy bien: â??Me apalean por decir la verdad y quieren mandarme a la cárcel por mentirâ?.

26 pensamientos en “

  1. ¡Hola! Soy Maria y este año representaré El avaro de Molière, hago el papel de Frosina, y me gustaria saber más sobre este personaje para poder profundizar en él. Gracias de antemano y recibe un cordial saludo.

  2. Amigos bµeno primeramente feli¢itar al autor de esta hermo§a el avaro de molâ??ere y pedIrles que si me Podrâ??an mandãr el â? resumenâ? y los Lenguãjes que Hay. â??Mandenmelo enseguidaâ?? pls ……

  3. hola quisiera saver cual es su mensaje y que quiere decir con el pessonaje del avaro de molier la verdad no se me iso interesante y muy aburrida, le recomiendo que escriba algo mas interesante para los chaos

  4. Hola: me podrían decir como encontrar un sitio, donde pueda ver el vestuario que usaban o usan los actores de EL AVARO de Moliere..un saludo..

  5. el avaro es una obra poco divertida pero muy interesante en el aspecto de la vida real ya que muchos hombres en el mundo existe la avaricia .

  6. como se puede tomar la avaricia con risa y el matrimonio de un viejo con una joven mujer a la fuerza como si nada, se rompen ciertos criterios de personas liberales adema de una insulto a la misma sociedad…

  7. quisiera saber como el humor se convierte, en «EL AVARO», en una herramiente que utiliza moliere que permite cuestionar a la sociedad de la época.

  8. el avaro sigue siendo tema del momento por que lo que se refleja en la obra se refleja en las circunstancias de nuestra vida cotidiana . y si quieren mi opinion mas al respecto agrguen este correo xcelulax@

  9. la verdad la novela es un sorete, no me gusto para nada y ademas mi profesora me hace leer media hora x dia de esta pija, la voy a matar!!!!!!
    me voy a coger un rato con mi anaconda,
    salu2 juan

  10. A mi la obra me gusto muchisimo estubo muy interesante , pero lo que no me gusto fue la parte donde decia que el hombre lo que mas le importa es el dinero y no se valora de si mismo y solo le importa su fOrtUnA.

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