«Baila el chikichiki»

 

A propósito del revuelo que se ha formado sobre Chikilicuatre y su "Baila el chikichiki", Manu Guerrero en su página Web hace una interesante reflexión en la que manifiesta irónicamente su extrañeza por las críticas a esta canción, cuando, si revisamos nuestra tradición española de música de baile, nos encontramos letras muy similares, como la de "Paquito el chocolatero" o "Macarena". 

Si queréis leer el artículo completo pinchad en esta dirección: http://www.manuguerrero.es/web/index.php?op=blog&id=152

 He recibido un correo electrónico en el que se cuestiona la ley electoral vigente en España, que da lugar a contradicciones como que el PSOE con 11.054.524 votos haya obtenido 169 diputados e Izquierda Unida con 963.040 votos tan sólo haya conseguido 2 diputados. Esto significa que al primero de los partidos citados le ha costado 7 veces menos la obtención de un diputado que al segundo. Se trata de un ley electoral que beneficia a los partidos mayoritarios en detrimento de los minoritarios. No es necesario situarse en el punto de vista de Izquierda Unida para llegar a la conclusión de que este sistema electoral, desde un punto de vista estrictamente democrático, deja bastante que desear. No sé que pensáis vosotros. ¿Habría que reformar la ley electoral vigente en nuestro país? ¿Es justo que un partido necesite 7 veces más votos que otro para conseguir un diputado en el Congreso?

FUENTE OVEJUNA de Lope de Vega

MONTAJE DE LA COMPAÑÍA “ESCENARIOS EDUCATIVOS”

 

                   LAS DIFICULTADES DE ADAPTAR UN CLÁSICO

 

 

Hacer la adaptación de una obra clásica para escolares supone de entrada un problema que es necesario resolver: la reducción de un texto de dos horas aproximadamente de duración a la mitad. Todo aquello que se suprima, si es relevante para el desarrollo de la acción, ha de ser sustituido. De lo contrario, se pierde la ilación del tema y se ve perjudicado el ritmo de la obra, que es justo lo que se produce en el montaje de “Fuente Ovejuna”, que vimos ayer en el teatro “Avanti”. Como es sabido Lope de Vega en esta obra presenta dos acciones: una política y otra social. Pues bien, de la primera no tenemos noticias hasta el segundo acto, justo cuando los Reyes Católicos reconquistan Ciudad Real, que está en manos del Maestre de Calatrava, con lo cual el espectador que no conozca la obra no sabe muy bien a qué viene esta escena. El defecto se podría haber corregido con la figura de un narrador que informara de los acontecimientos pasados, necesarios para entender el presente. De hecho, en otros momentos de la obra, como el principio, es utilizado con eficacia para presentarnos a los personajes y el lugar donde se va a desarrollar la acción.

 

Otro de los problemas para un grupo de teatro que cuenta con un número reducido de actores es que debe afrontar una obra coral, con un número muy superior de personajes y en la que, además, el verdadero protagonista es un colectivo: el pueblo de Fuente Ovejuna. El primero de estos dos inconvenientes lo resuelven asignando a un mismo actor varios personajes, con la extraordinaria dificultad que ello implica, pues al diferente vestuario han de añadir una gesticulación y una voz también distinta. El recurso más fácil, por ejemplo, cuando una actriz debe desempeñar un personaje masculino es recurrir al falsete, con el riesgo, de provocar la risa del espectador en un momento en que se pretende justo lo contrario. El segundo de los inconvenientes es prácticamente imposible de resolver. Un ejemplo lo tenemos en la reunión del concejo de Fuente Ovejuna, una vez que Laurencia ha sido raptada y Frondoso apresado. Es una escena que necesariamente debe ser coral, porque el pueblo va a tomar la decisión de sublevarse contra el Comendador y que, sin embargo, con tan sólo tres personajes en escena resultó muy poco creíble.

 

A estas sombras del montaje que vimos ayer, cabría añadir la falta de mesura en la interpretación, pues los actores y actrices pasaban del estado anímico normal al enfado, de manera abrupta y gritando, de tal manera, que resultaba difícil entender lo que decían. El mejor ejemplo de lo que decimos es el discurso de Laurencia al concejo, después de haber sido ultrajada por el Comendador, un discurso muy bien estructurado, que acabará convenciendo a los hombres para llevar a cabo la sublevación, y que desgraciadamente apenas entendimos por la exaltación desmesurada de la actriz que interpretaba al personaje.

 

Pero no todo fueron sombras, pues hubo escenas muy conseguidas como, por ejemplo, la muerte del Comendador, que resultó creíble y llena de dramatismo, siendo además uno de los escasos momentos en los que el segundo plano de la escenografía cobraba todo su sentido. O la de la guerra entre las tropas del Maestre de Calatrava y las de los Reyes Católicos, resuelta con imaginación, mediante el recurso de las dos banderas enarboladas por un actor cruzándose y descruzándose. También alcanzaron un buen nivel las interpretaciones de Mengo y Jacinta, particularmente el actor que desempeñaba el primero de estos dos personajes, dotado de una bonita voz, que incluso exhibió entonando canciones populares.

 

En cualquier caso, el montaje de Escenarios Educativos ha merecido la pena por varias razones: porque ha sido un excelente complemento de la obra leída en clase; por lo que ha supuesto para los alumnos de familiarización con el género dramático y con el oficio de actuar; y por el contenido general de la obra que nos queda el mensaje saludable de un pueblo que no se resigna a los abusos de un poderoso.

 

Podéis centrar vuestras intervenciones en cualquiera de los aspectos que hemos comentado o podéis plantearos otras cuestiones, como la actualidad de “Fuente Ovejuna”, en particular de algunos personajes, como Laurencia, que demuestra un valor y una capacidad de decisión infrecuentes en el teatro clásico.

Fotos en TICágora

LA SOLEDAD de Jaime Rosales

Una película incómoda de ver por el grado de implicación que exige y consigue del espectador. Por su contenido que viene a demostrarnos lo que todos sabemos: que tras la Arcadia del presente, tras la aparente felicidad que se nos vende a través de los medios de comunicación, el dolor forma parte de nuestras vidas, aunque sólo sea por el mero hecho de que somos humanos y, por consiguiente,  frágiles y propensos a a las enfermedades y la muerte. En efecto las dos historias que se cuentan, la de Adela y la de Antonia, parten de una situación de felicidad, que por un golpe del destino, se tornan  tristeza y soledad.  Pero no sólo nos implican estas historias, sino también la forma de contárnoslas, con unos diálogos escuetos, libres de cualquier tipo de aderezo retórico, y sobre todo con la imagen acompañada del silencio –pocas veces la ausencia de banda sonora ha sido más expresiva en una película-, una imagen que con frecuencia se nos ofrece doble, por el recurso de dividir la pantalla en dos y mostrarnos así puntos de vista diferentes de la misma escena. Con ello, aumenta extraordinariamente el conocimiento de los personajes y de la historia por parte del espectador, te obliga a pensar y, a la larga, te convierte en una especie de cómplice, o testigo de excepción, de todo lo que está ocurriendo. Además, los planos fijos contribuyen a esta exigencia, que acaba resultando incómoda, aunque placentera, porque constatas que la película no pueda avanzar sin tu contribución, sin la contribución del espectador.  Este gusto por la imagen fija alcanza su punto culminante en dos secuencias: la del atentado terrorista, con el plano sostenido del autobús humeante y las personas que salen precipitadas de su interior, sin que se nos diga nada sobre las terribles consecuencias del mismo, que conoceremos después, mediante un eficaz uso de la elipsis; y la de la muerte de Antonia, con la cámara fija situada fuera de la habitación, que nos muestra  el lento, aunque repentino, proceso de la desaparición de la vida.  Al final, lo que te queda es la naturalidad en la forma de narrar y filmar la vida cotidiana, tan infrecuente hoy día en las salas de proyección; el predominio de la imagen, como debe ser en el buen cine, y la conciencia de la fragilidad humana.      .     

Ayer publicaba El País un reportaje titulado “Los menores se enganchan a la cirugía estética”, en el que se informaba del auge de estas intervenciones entre los adolescentes españoles. Muchos acuden para solucionar una verdadera patología, como, por ejemplo, la reducción de mamas en caso de malformación; pero otros lo hacen, porque tienen una percepción de sí mismos que no les agrada. Aunque parezca mentira, hay jóvenes que van a la consulta del especialista con una foto de su ídolo para operarse y tener una nariz o unos labios igual que éste. En concreto, España es el país europeo que más intervenciones de este tipo registra. Según los expertos no son aconsejables, porque “pueden provocar alteraciones en el desarrollo del paciente o llegar a resultar inútiles con el paso del tiempo y el cambio en el cuerpo del menor”. Sin embargo, no existe ninguna normativa que las regule.

¿Que opináis vosotros? ¿Se debe modificar la normativa legal para impedir una operación de cirugía estética a una persona menor de edad? ¿Depende de los casos? ¿Veis normal este tipo de intervenciones? ¿Debe adaptarse la cirugía estética a la moda o, por el contrario, está para solucionar verdaderos problemas?

 

LA DESPEDIDA DE ÁNGEL GONZÁLEZ

El Poeta Ángel González murió el pasado 12 de enero y nadie sabía que dejó 27 textos inéditos. “Tengo alguna cosa…Pero son poemas muy tristes, me han salido muy negros y no creo que los deba publicar”. Así de discreto respondía a sus amigos cuando éstos le preguntaban si había escrito algo, después de la publicación en 2001 de su obra maestra, “Otoños y otras luces”. El País ha dado a conocer tres de estos poemas en los que el autor asturiano parece despedirse de la vida. Reproducimos el titulado “No hay prisa”: 

“Deja que pasen estos días,

deja que pasen estos años,

y entre tanto

agradece el regalo de la luz

del cielo de diciembre,

tan discreta

que es casi sólo transparencia,

no ofende y es muy bella. 

 

Deja que pasen estos años,

son pocos ya,

sé paciente y espera

con la seguridad de que con ellos

habrá pasado

definitivamente todo.” 

Aunque escrito en plena depresión, con dolor profundo, desprende este poema un sosiego y una serenidad ante la muerte que recuerda vagamente a las Coplas  de Jorge Manrique y la actitud resignada de su padre ante la dama de luto. Fiel a sí mismo, Ángel González intentó hasta el final de su vida aproximarse a la realidad, incluyendo en este concepto “la realidad de la materia de la que el poema está hecho”. Es decir, el idioma hablado, del que huyen muchos poetas, y que él trato de utilizar e incluso imitar. De ahí la cercanía e inmediatez de estos versos sencillos, pero amorosamente trabajados.    

SI ESTO ES UN HOMBRE

LA LECCIÓN IMPERECEDERA DE PRIMO LEVI

"Escribo aquello que no sabría decir a nadie” podemos leer en una de las páginas de este libro, traducido por primera vez al castellano en 1987 y reeditado en 2007 por El Aleph Editores. Su autor, que se encontraba prisionero en el campo de concentración nazi de Auschwitz, sintió la necesidad de relatar las atrocidades que estaba viviendo: la deportación de familias enteras en vagones cerrados; la muerte en las cámaras de gas; las torturas físicas y psicológicas; el trabajo agotador; la suciedad; el hambre; y sobre todo cómo las propias víctimas se convertían en cómplices de las atrocidades cometidas contra ellas mismas.

Los alemanes, en efecto, tenían organizado el campo de tal manera que ofrecían “a algunos individuos en estado de esclavitud una posición privilegiada (…), exigiéndoles a cambio la traición a la solidaridad natural con sus compañeros”. Los que aceptaban este ofrecimiento se comportaban con mayor crueldad si cabe, pues, si no lo hacían así, otros más idóneos podían ocupar su puesto.

Los demás supervivientes –apenas un 5% de los que ingresaban en el campo-, con el paso del tiempo, acaban transformándose en seres dóciles, incapaces de rebelarse contra los torturadores alemanes, con una única preocupación en la cabeza: satisfacer la rabia cotidiana del hambre; seres insolidarios, despojados de cualquier humanidad, que esperan la muerte del vecino para quitarle un trozo de pan. Así, cuando Auschwitz es desalojado y quedan sólo los enfermos, en el barracón donde se encuentra el protagonista, ocurre un hecho inconcebible hasta ese momento: se propone que cada uno de los más graves dé una rebanada de pan a los tres que trabajan, como muestra de gratitud, y la proposición es aceptada. Este simple gesto de humanidad entre ellos lo interpreta el narrador-protagonista como “el principio del proceso mediante el cual, nosotros, los que no estábamos muertos, empezamos lentamente a volver a ser hombres”.

Pero Primo Levi no sólo denuncia las atrocidades que se cometían en los campos de concentración, sino también lo que subyace detrás de éstas: el odio irracional y el desprecio hacia los judíos, los gitanos y los eslavos, difundidos por la propaganda nazi. Es decir, la semilla de la intolerancia que germinó con inusitado vigor en Alemania, durante el mandato de Hitler.

Por eso, al final de la lectura, nos queda el mensaje imperecedero de que debemos desconfiar de las personas que tratan de convencernos con argumentos distintos de la razón, de quienes predican verdades simples y fáciles de adquirir, pero no demostradas. Es preferible conformarse con verdades más modestas, fruto del trabajo y del razonamiento.

¿TIENE FUTURO EL LIBRO IMPRESO?

Se ha inventado un nuevo dispositivo de lectura de libros electrónicos llamado Kindle, que ha comenzado a venderse en Estados Unidos, aunque su expansión no tardará en llegar al resto del mundo. Este aparato mide 18 centímetros de largo por 13 de ancho y pesa 300 gramos. Puede almacenar hasta 200 libros; tiene incorporados diccionarios para consultar el significado de palabras; su iluminación es variable y el tamaño de la letra se pude adaptar al gusto y a la vista del lector. Además, podemos escuchar la voz del autor, ver imágenes que se describen en la novela y, por su puesto, conectarnos a Internet para hacer las consultas que consideremos pertinentes.

Es un espacio de lectura más cercano a los jóvenes, pues la vida de éstos cada día está más ligada a los medios electrónicos. De hecho, en algunos países, la comunicación a través de Internet o por teléfonos móviles, supera a las relaciones personales que se mantienen cara a cara.

No obstante, este nuevo invento no deja de suscitarnos, al menos a los lectores antiguos, algunas dudas: ¿Tiene sus días contados el libro impreso o podrán convivir los dos soportes: el digital y el de papel? ¿Serán necesarias, a partir de ahora, las librerías tradicionales? ¿Cómo serán las nuevas librerías? ¿Estamos todos preparados para Kindle?

A mí personalmente me gustaría que no desapareciera el libro impreso, ese discreto amigo que me acompaña, desde hace tiempo, y que me ha ayudado a conocerme mejor. El tacto suave del papel, el olor de la tinta, el sonido de las hojas al pasarse, forman parte de mí, como la sombra que proyecta mi cuerpo.

ANTONIO B. EL RUSO, CIUDADANO DE TERCERA

Ramiro Pinilla cuenta en el prólogo de esta novela-biografía que no sabe muy bien lo que le movió a conocer a su protagonista, Antonio Bayo; pero que, tras entrevistarse con él, durante una hora aproximadamente, en el año 1973, tuvo el convencimiento de que eran ciertas todas las barbaridades que le contó. Le llegó a decir: “Mi vida ha sido tan dura y tan cabrona, que quien la lea llorará como nunca ha llorado. Me han tratado como a un perro: he sufrido como nadie.”  

Antonio Bayo había nacido en La Baña, pueblo leonés que parecía haber sido ignorado por la civilización, pues en el cuartel de la Guardia Civil le torturaban salvajemente hasta hacerle confesar todos los delitos cometidos en el pueblo: los suyos y los de los demás; una vez encerrado, el juez le incitaba a robar, si quería recuperar su libertad; el sacerdote pagaba a su madre un puñado de patatas, a cambio de sus servicios sexuales; etc.  

El problema de Antonio Bayo era la miseria en la que vivían él, su madre y su hermano; de hecho la novela gira en torno al hambre que padece. Para satisfacerla, roba y es detenido y, cuando recupera la libertad, como no encuentra trabajo, porque nadie se fía de él, vuelve a robar y la historia se repite. Así, una y otra vez, a lo largo de más de 600 páginas, en una progresión creciente de dolor, que parece no tener fin. Cuando pensamos que ya hemos llegado al máximo de iniquidad, aún nos queda algo peor. Por eso, en ningún momento, disminuye el interés de esta novela, estructurada en secuencias, en la que Ramiro Pinilla denuncia la injusticia social y la violación de los derechos humanos en España, durante la dictadura del general Franco.

La voz que narra los hechos es la del propio Antonio, en un estilo sencillo, que el autor califica de invisible, porque su intención es que el mensaje no sea traicionado por el texto, es decir, que pase lo más inadvertido posible.  

Estamos, pues, ante un libro que cuenta una historia real, que no miente, aunque en algunos momentos, dado lo terrible de las situaciones, nos lo pueda parecer. Si alguien tiene dudas sobre lo perniciosas e inmorales que pueden llegar a ser las dictaduras, y desea, al mismo tiempo, “disfrutar” de una buena novela, “Antonio B. el Ruso, ciudadano de tercera” es su lectura.

MANU GUERRERO

UN EJEMPLO DE VOCACIÃ?N Y COHERENCIA

Lo mismo que en las guerras hay francotiradores que resisten a las tropas de ocupación, también en el periodismo hay profesionales que resisten al poder de los grandes grupos mediáticos. Son islas en medio de un océano, en el que la información tiende a homogeneizarse; periodistas heterodoxos que nadan contracorriente, que se alejan de lo políticamente correcto. Manu Guerrero es uno de ellos. Desde su cuidada página Web, ejerce diariamente la libertad de expresión, guiado por una curiosidad innata que ya demostró cuando era alumno del IES Gran Capitán. Hace más de diez años que estuvo con nosotros, pero su deseo permanente de aprender, sus inquietudes culturales, que le llevaron a colaborar en la Revista Cultural â??¡BUFP!â?, y a participar en montajes teatrales y recitales poéticos, entre otras actividades, hicieron de él un alumno singular, un alumno que se salía de la norma y que anunciaba el periodista que ha llegado a ser.

En la historia de nuestra revista, figuran colaboraciones suyas tan destacadas como las siguientes:

· Entrevistas: a Manuel Martínez, vocalista de Medina Azahara; a los componentes de la Selección Española de Baloncesto, al periodista Javier Cremades; etc.

· Artículos de opinión: sobre la influencia de la publicidad en los jóvenes (â??Las anunciadas y túâ?); â??Noâ?; sobre la contaminación del río Guadalquivir (â??Nuestro ríoâ?); etc.

· Relatos: â??En una ridícula horaâ?.

· Crítica de libros: â??Más allá del jardínâ? de Antonio Gala.

Como se puede apreciar, sus inquietudes le llevaron a abordar una gran variedad de temas en diferentes subgéneros periodísticos y siempre desde una perspectiva crítica.

Sobre sus valores humanos, valgan como ejemplo estas palabras que respondió a la pregunta, que le hicimos para la Revista â??¡BUFPâ?¦!â?, de que imaginara una vida feliz y que la contara en no más de siete líneas: â??En la vida que ahora mismo estoy imaginando, no hay conflictos sangrientos, pues existe piedad, solidaridad, amorâ?¦ Allí no constan extremos y sí perfectos puntos medios entre desiertos y selvas. El esfuerzo se valora mucho y la igualdad se rompe en el umbral del comportamiento. El contigo es eficaz, pues enseña a todos a odiar la envidia y a familiarizarse con el respeto.â?

Si algo satisface especialmente a un profesor, es comprobar que un alumno suyo, que mostraba curiosidad intelectual y dotes para la escritura, se haya convertido con el paso del tiempo y con el esfuerzo en un gran profesional de la información y la comunicación. Es el caso de Manu Guerrero, cuya página Web invitamos a visitar.