ENHORABUENA A ISRAEL

VIDA, MUERTE Y SENTIMIENTO DEL INDESEABLE

 

Que la verdad es verdad y la mentira es verdad cambiada,

que el odio es el sentimiento por el que rijo y destrozo al amor,

que vivo en lo oculto para poder revelar lo escondido,

que mi alma ya está podrida y nadie ayuda a este moribundo.

 

Yo miento por confundir la certeza,

yo rompo la amistad y el cariño para extinguirlos,

yo soy el conocido desconocido para descubrir lo que se conoce,

yo actúo únicamente por dañar de cualquier manera.

 

Ellos tiene la realidad distorsionada por mis palabras,

ellos se enemistan por mi culpa,

ellos no saben que lo sé por mi máscara,

ellos se debilitan por mi responsabilidad.

 

Ella es a la que puedo mentir,

ella es a la que, con su presencia, yo enmendé mis acciones,

ella es la que me impide usar nunca más mi disfraz,

ella es la que me concederá la muerte o la sanación de mi alma.

 

Me arrepiento de difundir hechos inciertos,

me arrepiento de enfadar a mis amigos y parejas,

me arrepiento de espiar a cualquier semejante,

me arrepiento de estropear mi espíritu.

 

Y mi tortura es callar eternamente por culpa de un mal camino

y tendrá que alejarme de ella por haber alejado a otros de sus queridos

y la sombra me espera para engullirme en soledad

y el alma me ha arrebatado a mí mismo y se destruirá sin piedad.

 

Este es el poema que le han publicado a nuestro alumno de 2º B de Bachillerato, Israel Guillén Izquiano, en el libro Poesía desde el aula, que recoge textos seleccionados en todos los Institutos de Enseñanza Secundaria de Córdoba. Lo edita la Delegación de Cultura de la Diputación de Córdoba. Enhorabuena a Israel, que demuestra, en este poema de corte existencial sobre el ser indeseable que todos llevamos dentro, buenas maneras para el difícil género de la poesía. A destacar, el ritmo sostenido en todo el poema, mediante la repetición de conceptos y estructuras sintácticas; los versos avanzan como aldabonazos que golpearan la puerta de nuestra conciencia.

El libro está a disposición de los que lo quieran leer en la Biblioteca y en el Departamento de Lengua.

Hoy se ha publicado la noticia de que una jueza de Córdoba ha absuelto a unos padres por el absentismo escolar de sus hijos. Al parecer, éstos faltaron a clase de forma reiterada durante los cursos 2003/04 y 2005/06. La fiscalía pedía pena de un año de prisión para los padres. 

Esta noticia saca a la luz un tema, que suele ser objeto de debate en nuestra sociedad. La legislación española establece la enseñanza secundaria obligatoria hasta los 16 años, lo cual se considera un logro social, que nos ha permitido ponernos al nivel de otros países desarrollados y democráticos. Cuanto más preparados estén nuestros jóvenes, más posibilidades tendrán de insertarse en el mundo laboral. Además, con la enseñanza secundaria obligatoria se compensan las diferencias existentes entre las personas a causa de su procedencia social.  Es decir, a niños y jóvenes, que por su origen humilde, no tendrían la posibilidad de estudiar y formarse, como sucede en los países subdesarrollados, se les ofrece la oportunidad de hacerlo de forma gratuita.  

En cambio, otros sectores de la población se quejan de que los alumnos tengan que estar estudiando contra su voluntad, perjudicándose a sí mismos y al resto de sus compañeros, cuando podían estar trabajando. 

¿Qué opináis vosotros? En las aulas de nuestro instituto conviven alumnos motivados por los estudios con otros que carecen del más mínimo interés. Conocéis bien el problema. ¿Tiene la sociedad, y con ella sus gobernantes, la obligación de garantizar un mínimo de formación a sus ciudadanos o, por el contrario, los padres son libres para hacer lo que quieran con sus hijos?  ¿Debe ser obligatoria la enseñanza para todos los jóvenes hasta los 16 años, incluyendo a los que no quieren? 

Los profesores, por nuestra parte, tenemos la convicción, como dice Gabriel Celaya, de que educar es como poner en marcha una barca; pero, para eso, tenemos que ejercer de marinos, de piratas, de poetas… Y armarnos de mucha paciencia, sobre todo con las barcas no diseñadas, en principio, para la navegación, porque al final siempre nos queda la esperanza de que esas barcas, esos jóvenes, llevarán nuestra carga de palabras hacia islas lejanas.  

La proposición de ley para la despenalización de la eutanasia presentada por Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados ha sido rechazada con los votos del PSOE y PP. Para los socialistas “no existe un sentir social mayoritario que exija esa reforma legal”. Sin embargo, según una encuesta del CIS del año 2006, el 76 % de los españoles está a favor de su despenalización. Los populares, por su parte, apoyan la opción del refuerzo de los cuidados paliativos frente a lo que consideran “homicidio eutanásico”.

Mientras tanto, los enfermos o familiares que solicitan una muerte digna, porque sufren enfermedades graves, que les producen padecimientos nsoportables, o que se encuentran en estado vegetativo, aparecen con frecuencia en los medios de comunicación. Hoy mismo hemos conocido la noticia de que en Italia, que tiene una legislación similar a la nuestra en esta materia, se abre la vía para desconectar a un mujer que lleva 15 años en coma irreversible. “Desde el 18 de enero de 1992, cuando tuvo el accidente, Eluana no ha existido… Desconectad las máquinas, dejad morir a mi hija, tened un poco de piedad” ha declarado su padre, Beppino Englaro, que lleva 15 años batallando legalmente para que dejen de alimentarla artificialmente.

Ya no es sólo la encuesta del CIS que mencionaba, vosotros mismos, en vuestras intervenciones, matizadas y lejos de radicalismos, os habéis manifestado mayoritariamente a favor de la despenalización de la eutanasia. No sé, a veces, se tiene la impresión de que la política va por un lado y la sociedad por otro.

A iniciativa de Izquierda Unida, se debatirá el próximo 16 de octubre en el Congreso de los Diputados una Proposición de Ley que pide la legalización de la eutanasia. Este grupo parlamentario propone que no se condene a quien facilite la “muerte digna y sin dolor de otra persona, a petición expresa, libre e inequívoca de ésta, en el caso de que padezca una enfermedad incurable o dolores permanentes e insoportables.  Hace tres años el estreno de la película de Alejandro Amenábar “Mar adentro” sobre al vida del tetraplégico gallego Ramón Sampedro reabrió el debate en España sobre el derecho a la eutanasia; pero sin que se llegara a concretar en iniciativas legales. En cambio, en otros países de nuestro entorno, como Bégica y Holanda, sí está reconocido este derecho. Lo cierto es que los casos de personas con enfermedades irreversibles o que padecen sufrimientos físicos o psicológicos insoportables existen en nuestra sociedad, el más reciente el de Inmaculada Echeverría, paralizada desde el cuello hasta las extremidades inferiores, que finalmente consiguió ser desenchufada del aparato que la mantenía artificialmente con vida. ¿Estáis de acuerdo con que se plantee en el parlamento este debate? ¿Tenemos derecho los ciudadanos a la eutanasia pasiva, es decir, a que no se prolongue nuestra vida por medios artificiales? O un paso más ¿debe regularse el derecho a morir con dignidad, mediante la eutanasia activa? Dejo en el aire estas preguntas para suscitar vuestras intervenciones y abrir, de esta forma, un debate sobre un tema que preocupa a nuestra sociedad. Los que quieran conocer opiniones a favor y en contra de la eutanasia pueden pinchar en estas direcciones: 

  • A favor

 http://espiral.org/node/19 

http://personal2.redestb.es/admd/ramtest.html 

  • En contra

 http://www.geaweb.org/03Bio/123.

htm http://webcatolicodejavier.org/eutanasia.html 

 

MATAHARIS

En medio de tanto fuego de artificio del cine actual, conmueve esta película tan humana, en la que tres mujeres detectives que están acostumbradas a inmiscuirse en los problemas de los demás, no están preparadas en cambio para afrontar los suyos propios. En efecto, se entrelazan lo personal y lo profesional y es justamente el equilibrio entre estas dos facetas de la vida uno de los aciertos de â??Mataharisâ?. El proceso de entrecruzamiento es lo suficientemente lento como para que se establezcan las conexiones con naturalidad y, durante el mismo, afloran problemas tan habituales de la pareja como: la incomunicación que va minando la relación; la desconfianza motivada por la falta de sinceridad; y el complejo de culpa, cuando se antepone la vida profesional a la personal. Los desenlaces de las tres historias son tan diversos como la propia vida de pareja: la separación, el reencuentro y la incertidumbre.

En la presentación de â??Mataharisâ? en el Festival de San Sebastián, su directora, Iciar Bollaín, dijo que como espectadora de cine se sentía interesada por ver a mujeres trabajando y luchando por salir adelante, haciendo frente al desamor, la incomunicación, los dilemas éticos y el desgaste emocional. Es el mejor resumen que se puede hacer de la película y, a la vez, el mejor reclamo para verla.

ILUSIONES

Hay algo mágico en el hecho de volver a visitar un lugar en el que hemos vivido y del que tuvimos que alejarnos durante un tiempo. Antonio Machado aprovecha esa magia para escribir algunos de sus mejores poemas. En el titulado “El poeta visita el patio de la casa en que nació” comienza mostrándonos lo que él vio, nos sitúa en el lugar donde estuvo y hace como si buscara algo:

“El limonero lánguido suspende
una pálida rama polvorienta
sobre el encanto de la fuente limpia,
y allá en el fondo sueñan
los frutos de oro… 
                                                                                               

Es una tarde clara,
casi de primavera,
tibia tarde de marzo
que el hálito de abril cercano lleva;
y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja:
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o, en el aire,
algún vagar de túnica ligera. (…)”

 Busca una ilusión simple y lejana, al mismo tiempo; un recuerdo alegre que le hizo vibrar, emocionarse, cuando era niño, y que quiere experimentar ahora también, cuando vuelve a visitar el patio con la fuente y el limonero. La emoción, pues, está ligada al lugar que describe.

Estoy seguro de que lo que le sucede a Machado os sucede a muchos de vosotros. Sin ir más lejos, ahora que os reincorporáis, después del verano, a los estudios en el instituto, al caminar de nuevo por sus pasillos y vestíbulos, al penetrar en las aulas, que os son tan familiares, estáis buscando también alguna ilusión, algún recuerdo, alguna mirada, algún aroma. 

Si lo preferís, podéis comentar de qué ilusión habla Machado. El poema completo está en la siguiente dirección

:http://www.poesia-inter.net/amach007.htm

 

MURAKAMI

 El verano,  por el tiempo libre del que disponemos, es buena época para descubrir escritores a los que no habíamos leído. A mi me ha  sucedido con Murakami, un novelista japonés que ha sabido aunar calidad con popularidad. Los protagonistas de sus novelas son jóvenes que han construido la felicidad en un círculo reducido que comienza a abrirse cuando se hacen adultos y las cosas del exterior anegan ese paraíso y las que había dentro se desparraman fuera. Personajes introvertidos, que levantan un muro a su alrededor y hacen lo imposible para que nadie se meta dentro. Personajes insatisfechos por diversas causas: por ser hijos únicos y tener el estigma de niños mimados y consentidos (“Al sur de la frontera”); o por ser víctimas de la separación de sus padres y experimentar la sensación de vacío por la ausencia de uno de ellos (“Kafka en la orilla”); o por las dificultades para materializar su amor (“Tokio blues”). Personajes, en fin, que sufren en el paso de la adolescencia al periodo adulto , que se resisten a cambiar y que optan por refugiarse en el mundo de ficción de la literatura, como válvula de escape.  Así, el mundo exterior aparece siempre como una especie de enemigo que les acecha amenazante; pero al que obligatoriamente han de enfrentarse. El consejo que le da un soldado al joven protagonista de “Kafka en la orilla”, aunque hemos de interpretarlo en un sentido metafórico, es significativo al respecto: “-No olvides lo de la bayoneta –le dice -. Se la clavas en el estómago al enemigo y la empujas hacia un lado. Luego vas retorciéndola hasta hacerle trizas las vísceras. Si no, vas a ser tú quien acabe con la bayoneta clavada en el estómago. El mundo exterior es así.”  Las novelas de Murakami son en el fondo una metáfora del vivir humano y lo que implica hacerlo en sociedad: la renuncia a una parte de nosotros mismos que es siempre dolorosa. La existencia concebida como un laberinto en el que nos obligan a entrar cuando nacemos, pero del que desconocemos el itinerario a  seguir. Y justamente en el aprendizaje de este camino radica la esencia de su mundo novelesco. Una idea clásica que nos remonta a la Odisea de Homero, pero que es llevada a cabo por el escritor japonés con originalidad, fundamentalmente por el tono confesional que le proporciona el uso predominante de la primera persona narrativa y por el estilo sencillo de su escritura. En este sentido, llama la atención la sintaxis, a base de oraciones simples o de oraciones compuestas de escasa complejidad, y cómo, de esta forma, consigue la fluidez narrativa suficiente para envolver al lector. Es decir, un tipo de construcción que sería más propia de un estilo impresionista produce el efecto envolvente del periodo oracional amplio, gracias sobre todo a una eficaz utilización de los procedimientos de cohesión textual. Veamos un ejemplo, en el que subrayamos los mecanismos lingüísticos (recurrencias semánticas, deíxis, conectores extraoracionales.) que le van dando cohesión al párrafo: “Cada uno de nosotros sigue perdiendo algo muy preciado (…) Oportunidades importantes, posibilidades, sentimientos que no podrán recuperarse jamás. Esto es parte de lo que significa estar vivo. Pero dentro de nuestra cabeza, porque creo que es ahí donde debe de estar, hay un pequeño cuarto donde vamos dejando todo esto en forma de recuerdos. Seguro que es algo parecido a las estanterías de esta biblioteca. Y nosotros, para localizar dónde se esconde algo de nuestro corazón, tenemos que ir haciendo siempre fichas catalográficas.” En conjunto, sus historias son el resultado de la combinación de dos mundos: el occidental que apreciamos, por ejemplo, en el contexto histórico de mayo del 68 donde se desarrollan algunas de ellas y que despertó grandes expectativas de cambio, tanto en lo personal como en lo social, que en gran parte se vieron defraudadas; y el oriental que nos viene dado por el componente espiritual que impregna estas historias y que produce en el lector como un sentimiento de extrañeza, desconcertante y atractivo, al mismo tiempo, que nos sumerge en un profundo sueño del que ni siquiera despertamos al acabar la lectura.

LA ZAPATERA PRODIGIOSA de Federico García Lorca

MONTAJE DEL GRUPO "NUMERELE IMPARE" dirgido por Daniel Sergio Pardo

Escribía León Felipe que todo el ritmo del mundo pasa por el cristal de una ventana. Se refería al pastor que va detrás de las cabras, a una mujer agobiada con una carga de leña en su espalda, a los mendigos que van arrastrando sus miserias y a una niña que va a la escuela de muy mala gana. Pues bien, todo el ritmo de la obra “La zapatera prodigiosa” de García Lorca pasa también a través de una ventana: los encantos de la zapaterita, las insinuaciones procaces de sus pretendientes, los chismorreos de las vecinas y los enfados del zapatero. Y es que pocas veces una ventana desempeña un papel tan importante en el desarrollo de una obra teatral, montada con agilidad y sencillez, en consonancia con los chicos jóvenes que la representaban: desde la simple, pero eficaz escenografía, pasando por una música muy bien seleccionada, que nos sitúa en la época republicana, hasta la notable interpretación, hecha, en general, con desenfado y un punto de espontaneidad. A destacar, sobre todo en el primer acto, las interpretaciones de la zapatera y su marido. Parece increíble que una alumna de 2º de ESO, apenas una niña, se mueva y gesticule con la gracia de Isabel Mª González. Por momentos, daba la impresión de que su frágil figura se transformaba, como por arte de magia, en la de una mujer seductora a la que ningún hombre puede resistirse. Casi a su misma altura raya el zapatero, interpretado por Israel Guillén, con un tono de voz grave y una dicción bastante aceptable, así como el resto de los personajes que, una y otra vez, pasaban a través de la ventana, que actúa como elemento de unión. Lástima, que el ritmo de la obra decaiga progresivamente en el 2º acto, probablemente por la falta de tiempo para ensayar. Pero, en conjunto, este montaje de “La zapatera prodigiosa” posee ritmo y frescura, y con unas escenas grupales –recuerdo ahora el montaje de “Tesmosforias” – de nuevo muy logradas. Se aprecia incluso en el buen ánimo de los actores y actrices cuando, por ejemplo, manifestan su asombro, mediante exclamaciones dichas al unísono, ante la historia que cuenta el titiritero. Plantea, además, un tema tan actual como la lucha de una mujer contra la realidad que la cerca. Nuestra felicitación, pues, a este grupo joven para que siga haciéndonos disfrutar con el teatro, y a quienes sabemos que lo impulsan y apoyan desde el DACE y la Casa de la Juventud.

Leyendo “La noche del oráculo”, novela en la que Paul Auster, nos descubre los entresijos de la creación literaria (la idea inicial, las fuentes en las que se inspira para construir los personajes, etc.), pero integrándolos en la historia que cuenta, haciendo que formen parte de ella, como una materia literaria más, he pensado en el oficio de escritor, en esa extraña forma de pasarse la vida encerrado en una habitación rellenando folios con el fin, como dice el propio Auster, “de dar vida a lo que no existe, salvo en la propia imaginación”, y me he preguntado si este viejo oficio tiene alguna finalidad práctica, si con los libros, que son el resultado del mismo, se puede transformar la sociedad –algunos autores lo creyeron así, aunque luego se dieron cuenta de que era un imposible-, o se puede parar una guerra o paliar el hambre en el mundo. La verdad es que no he encontrado respuestas afirmativas a estas interrogantes. Quizá los libros tengan otras utilidades, desde el punto de vista de los lectores: despiertan nuestra curiosidad ante lo que nos rodea, son un estímulo permanente para la imaginación; nos hacen relativizar las verdades absolutas; y quizá lo más importante nos producen placer, eso sí un placer diferente al que nos proporciona la comida o el ejercicio físico; pero placer, al fin y al cabo. A mí, por ejemplo, me dio pena que se acabara la novela que he citado al principio, y por eso, durante algunos días, prolongué su final, o esa fue mi ilusión al menos, leyendo pocas páginas. Ahora, me está ocurriendo lo mismo con “Hoy, Júpiter” de Luis Landero. Y luego está esa especie de misterio de dialogar con alguien que no conoces, porque leer, en realidad, es cosa de dos. Dice Paul Auster sobre la novela que es “el único lugar del mundo donde dos extraños pueden encontrarse en condiciones de absoluta intimidad”. No sé qué pensáis vosotros de todo esto.