Esta mañana, en la clase de 2º de Bachillerato, hemos leído, como ejemplo de los géneros periodísticos de opinión, dos textos, que abordaban, desde distintos ángulos, un mismo tema.
El primero ponía de relieve la contradicción del parlamento catalán, al prohibir, hace unos meses, las corridas de toros, con el argumento de que el animal no debe sufrir de manera gratuita, y aprobar, la semana pasada, la celebración de los “correbous”, otro festejo que también causa dolor a los toros.
El segundo de los textos justificaba las dos decisiones del parlamento catalán, entre otras razones, porque en las corridas se acababa matando al animal, mientras que en los «correbous» no.
La lectura de los mismos suscitó un animado debate, en el que se manifestaron puntos de vista también opuestos: por un lado, los que reconocían que les gustan las corridas de toros, porque las consideran como un arte; y por otro, los que las califican como una forma de torturar inútilmente a un animal.
En medio, los matices: si prohibimos las corridas de toros, con el argumento de que se hace sufrir a un animal, habría que cerrar también las granjas y los mataderos, y transformarnos todos en vegetarianos; no es lo mismo convertir el dolor de un animal, en un espectáculo público, que causarle éste, en lugares discretos, destinados a la crianza y sacrificio de ganado para el consumo humano; tampoco es equiparable una corrida de toros, que forma parte de la tradición española, se rige por unas normas asumidas por todos y tiene como finalidad la lidia del animal, que los espectáculos callejeros, donde la gente se divierte, alanceando a un toro o colocándole antorchas en los cuernos; etc.
Como el tiempo para el debate fue breve y la mayoría se quedó sin intervenir, os animo ahora a expresar vuestra opinión.
Si queréis más información y opiniones sobre las corridas de toros os remito a otra entrada de este blog.